¹⁷ | Decisión y anheló

2.1K 194 137
                                    

La piedad tiene ropaje humano. Y para Ami; ese ropaje tiene como único dueño al emperador.

O al menos así solía ser.

Las pequeñas manos de la doncella pasan una vez mas por la piel lastimada, la toalla humedecida en hierbas medicinales que absorbe y desborda cantidades ridiculas de sangre es el único consuelo que quiere y puede proporcionar.

Hay mucha sangre.

Se lamento en silencioso ante esto sabiendo que deberia evitar que siga así si es que quiere que el rubio no muera, llamar a un medico es tentador pero la situación no es de una gravedad tal como para convocarlos.

Podía encargarse sola.

Ella quería hacerlo sola.

Lelio no se mueve pero Ami sabe que esta vivo. Su débil respiración lo delate y luego de confirmar una vez mas el pulso de este se aleja. Pasos pequeños en dirección al mueble en donde descansa la palangana con agua que ya se enfría.

" . . . "

Remoja la toalla, admira sin interes el agua descolorida de un tono rosa y con el único sonido del crepitar de la chimenea, que ella misma encendió, acepta que debería cambiarla. Por el bien del principe caido y una correcta sanación.

Pero no puede.

No le apatecia salir de la habitación.

No tenía fuerzas para dejar al rubio solo.

¿Y si al regresar esta mas palido? ¿Mas frío? ¿Débil?¿muerto?

Exprimio la toalla con fuerza mientras recordaba la forma en la que  todos la miraron cuando en vez de ir a la cama se paro frente a la oficina del medico a exigir las hierbas para el tratamiento del rubio acordé al protocolo.

Los ojos ardieron; la picazón caractertica de las lagrimas asomandose. De solo pensar que el contrario estaria en condiciones tan malas hasta el día siguiente, si es que alguien se apiada de él, le provoco una mueva oleada de impotencia.

No estaba Nian, en su lugar un ayudante salio a recibirla. Frotandose los ojos con un cansancio que no le correspondia al hombre que recién iniciaba su turno y que sin tacto trato de no cumplir con sus obligaciones.

" Ami, a estas horas... "

" ¿A estas horas? "

El medico se estremecio ante la mirada critica de la pelirosa.

' Oh, no... '

Ami inclino la cabeza antes de abrir la boca y soltar un tono de voz gelido que jamas creyo ser capaz de usar.

" A estas horas su excelencia, el concubino imperial, se encuentra sirviendo en la primera noche con su majestad ¿acaso el medico le esta diciendo a esta sirvienta que los cuidados tipicos de la ocasión no son merecidos por mi señor? ¿Debo hablar con su majestad y arrodilarme para que lo autorice a usted a realizar el trabajo que le corresponde? "

El medico tartamudeó.
Ami alzo una ceja, tan interrogante como amenazante.

Le termino proporcionando todo lo que necesitaba de mala gana y ella tomo lo que se le fue arrojado en una canasta con la cabeza en alto. Sin avergonzarse al saber que al igual que sus amigas el medico estaria pensando que Ami era un bicho raro.

El amado concubino de Secramise [ Las joyas de la princesa ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora