El amado concubino de Secramise [ Las joyas de la princesa ]

¹³ | 𝓓𝓾𝓵𝓬𝓮 🔞

En este capítulo se narra una escena explicita de beso. Como soy consciente de la incomodidad que esto puede generar a muchos lectores sugiero pasar de largo hasta que aparezca el primer separador.

Tengan lindo día.

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Cuando era joven, Lelio había oído muchas veces viejas expresiones de nobles o sirvientes. Palabras que antes no parecía entender ahora cobraban total sentido, como por ejemplo lo que su nana solía murmurar cuando veía a las concubina de su padre en la misma mesa.

' La tensión podría cortarse con un cuchillo '

La partida de los sirvientes y el médico dejaron a Lelio a solas con el hombre que más aborrecía en estos días. Por lo cual no se esforzó en iniciar el tema de conversación, pero mantuvo la mínima educación de mirarlo a los ojos; fingiendo estar atento a él.

Jaider camino despacio, su apariencia despreocupada junto al fuerte aroma a jabón delataba que el monarca se acababa de bañar. Lelio confirmo en silencio esto al notar como el cabello grisaseo del mayor se encontraba más oscuro de lo usual y sin su típico peinado hacia atrás.

Cuando la distancia entre ambos fue demasiado invasiva. El monarca tomo al rubio por la barbilla con brusquedad, obligándolo a alzar la mirada y mantener el contacto visual.

" Nian me informo de su mejoría ciento de veces, pero de la misma forma; me informo cientos de veces sobre sus decaidas. "

Entrecerró los ojos.

" Creo que usted sabe a lo que quiero llegar. "

Incluso si lo hiciera ¿Para que te respondería?

Lelio se mordió la lengua. Era inevitable que Jaider se diera cuenta sobre las intenciones tras sus acciones, pero disimulo sus emociones lo mejor que pudo en la expresión más fría que pudo realizar.

Al no recibir respuesta, el agarre en su barbilla se volvió más fuerte y la expresión del mayor se torno sombría.

" En estos momentos requiero de respuestas Lord Lelio. Después de que me responda puede seguir jugando al mudo por el tiempo que quiera. "

La risa que lleno sus oídos dejo a Jaider de piedra.

" Creí que su majestad quería ahorrarse el disgusto de oír como mi lengua suelta palabras mordazes. Pido disculpas por asumir de forma incorrecta sus deseos. "

Era una voz ronca como la de todo hombre, pero con una suavidad digna del terciopelo que estremeció hasta la última celula del ojipurpura.

Estaba hablando con sarcasmo, se estaba burlando en su propia cara.

Pero extrañamente no se sentía molestó. Al igual que aquella vez que Lelio demostró su hostilidad hacia él empujándolo contra la pared, lo único que corría por la mente del emperador era el deseo de seguir oyéndolo, viéndolo.

Sintiéndolo.

Su pulgar acarició el labio inferior del rubio de forma inconsciente. La calidez del cuerpo ajeno y la ternura del gesto saco de onda a Lelio, quién por reflejo trato de alejarse. Pero la firmeza del agarre se lo impidió.

Por mucho que quisiera apartarlo de un manotazo, tuvo que apretar los puños contra las sábanas para controlarse. Debía manejar su emociones, golpear al emperador solo le provocaría problemas, no solo a él; sino que a toda Orian.

Apretó los labios en una fina línea y junto valor para murmurar con calma.

" Por favor suelteme. "

" Primero responda Lord Lelio. "