Lorens Barnnes
Llega la noche, estoy en mi cuarto preparándome para la cena en la casa de los Harrisson. Me puse mis botas negras con una cadena, unos chores cortos color gris y mi camiseta blanca, me recojo el cabello en una trenza y le doy vueltas quedando como rueda trenzada pegada a mi cabeza, unos mechones anaranjados caen por mi cara.
En ese momento entra mi mamá.
-Te vez muy bonita hija.
-Gracias mamá. Oliver fue muy amable en invitarme a su casa.
-Amable no es la palabra que usaría- me abraza por atrás.
-No inventes mamá.
-¿Que?. No dije nada malo- me llega un mensaje, lo reviso y es de Oliver.
-Bueno, ya vinieron por mi.
-Adiós hija, que te valla bien- bajo las escaleras.
-Nos vemos más tarde-vajo por el porche, donde un auto está estacionado. La ventana del conductor se baja, y veo a Oliver, me subo y cierra la puerta.
-Te ves muy bonita.
-Gracias.
La carretera estaba oscura, no tardamos mucho en llegar. Me bajé del auto, igual Oliver, nos pusimos alfrente de la de la puerta. Oliver sacó de su bolsillo unas llaves y la abrió. Benjamín, Anny la sr Marianna y Aidan estaban sentados en los muebles y en el sofá, al vernos entrar se levantan y se hacercan.
-Ho Lorens, me alegra mucho que estés aquí- dice la sr Marianna, y me da un abrazo, después le siguió Anny, y después Benjamín, pero él me dió la mano, Aidan solo se quedó ahí, parado. No me afecta, solo lo ignoro.
-Vamos, sientate- me invita la sr Marianna, y nos sentamos en el mueble. Me senté en el sofá y junto a mí se sentó Aidan. Tragame tierra.
-Y cuéntame Lorens ¿como están tus padres?- preguntó la sr Marianna
-Mi mamá esta bien, trabaja como enfermera. Y mi papá falleció.
-Lo siento tanto. ¿De que murió?.
-Mamá- lo regaña Oliver.
-No, no te preocupes. Sufría de una enfermedad muy grabe, no me acuerdo del nombre, cielos fue hace tanto tiempo, pero lo fue debilitando, hasta que ya fue demasiado tarde.
-Lo siento mucho.
-No se preocupe- no me sentía nada cómoda hablando de esto. Dios mándame una señal para poder irme.
-Voy a revisar como va en pollo- dice Anny levantándose ¡Bingo!.
-Yo te acompaño- le digo y me levanto, y nos vamos a la cocina. Anny abre el horno con unos guantes para verificar el pollo, olía muy bien.
-Y ¿como es la preparatoria en donde estudias?.
-Nada diferente. Solo que tareas le sobran- Anny se ríe.
-Me gustaría seguir asistiendo- dice en una risa.
-¿Por qué? ¿qué, no vaz?.
-Lorens, tengo 21.
-¡21! No pareces ni de 18.
-Gracias, pero sí, tengo 21 Benjamín es mi gemelo.
-Si, son en realidad bastante parecidos, excepto los ojos.
-Él sacó los de mi papá, y los de mi mamá.
-Debe ser difícil convivir con puros chicos.
-Si, la verdad que sí- se ríe-Oye, deberías quedarte y hacer una pijamada con migo.
-No suena mala la idea, pero no trage ni pillama ni mi cepillo dental, y mañana hay clases.
-No importa, yo te presto un cepillo nuevo, y tengo varias pillamas, y mañana es sábado.
-Jenial, solo le aviso a mi mamá.
-Esta bien- Anny se voltea con un guante en la mano y saca pollo del horno, se ve delicioso, con mucha salsa y vegetales. Anny lo lleva al comedor y los sirve en los platos yo alludo llenando las copas de vino rojo. Todos se sientan, de último Anny.
Me siento en el medio, al lado mío está Oliver, en una esquina está Benjamín, en la otra está la sr Marianna. Al frente mío está Aidan, y a su lado está Anny.
-Provecho- dice la sr Marianna, dios que hambre tengo.
-Mamá, Lorens se va a quedar a dormir.
-A, que parece bien, ya sabes Lorens, eres bienvenida.
-Muchas gracias de verdad, me siento como en casa.
Después de que dijera eso, todos se quedaron callados, comiendo y bebiendo su vino, era un incómodo cilencio.
-Y, Benjamín ¿como va los preparativos para tu boda?- pregunta la sr Marianna. Benjamín coje una servilleta y se limpia la boca antes de hablar.
-Muy bien, ya emos escogido el menú de la boda.
-¿Que van a servir?- pregunta Oliver.
-Es comida italiana.
-se escucha elegante- agrega Anny, ya no me seinto parte de la conversación.
-Di algo Lorens- me dice mi conciencia.
-¿Ya escogieron el bestido?- pregunta la sr Marianna.
-Si, es de color champán.
-Que lindo, adoro esas flores- digo
-Algo menos estúpido-me dice mi conciencia.
-¿Por qué lo dices.Benjamín se empieza a reír, igual que la sr Marianna, Anny y Oliver.
-El champán no es una flor es un color- me explicó Benjamín en carcajadas. Otra vez. Tragame tierra.
Veo a mi alrededor, y no lo creo, Aidan se ríe, sus dientes era perfectamente blancos, su risa era dulce, me hacía también reír, me alegraba verlo reír, por alguna razón.
Después de comer, Anny y yo estábamos en su habitación, poniendo mandas y almohadas por todos lados, Anny me prestó una de sus pillamos, el pantalón era amarillo con margarita, y la camiseta era blanca con en el medio otra margarita.
Nos sentamos sobre las sábanas.
-Y bueno cuéntame algo sobre ti.
-¿algo sobre mí?.
-Si, tus cosas favoritas.
-Bueno, mis flores favoritas son las margarita. Mi lugar favorito es el Café Margaritas. Mi color favorito es el lila, y bueno, no tengo ni cantantes ni canción favorita.
-Interesante, por un minuto creí que ibas a decir que tu flor favorita era la de champán- dijo en carcajadas, yo también me reí.
Me despierto de repente, estoy un poco sudada, veo el reloj y son las 11pm. Anny estaba dormida, mi corazón estaba acelerado. Me levanto y salgo a la cocina para tomar un poco de agua.
Mis pasos no se escuchan ya que estoy usando medias. Llego a la cocina y enciendo de las tres lámparas que cuelgan del techo, la del medio, tomo un vaso de vidrio y abro la llave y lo lleno de agua. Me volte y Aidan está en pillamos con un vaso en la mano, apoyado del mesón blanco
-¡A!- gritó del susto, ¡dios míos, este chico me provocará un infarto uno de estos días!.
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Yo, el Desastre ✔ Libro#1
RomanceLorens. Una chica de 17 que estudia en una preparatoria, solo tiene una amiga, Glouy, ella no sabía que su vida cambiaría ese día tan común, tan normal, pero cambió y conoce a un chico, un chico diferente a los demás, que oculta un secreto, Loren...