Lorens Barnnes

-¿Porque gritas?.

-Me asustaste Aidan- él me ignora y pasa por mi lado para dejar el vaso en el lava platos. El tiene una pillama toda negra, las mangas de su camisa le llegan hasta los hombros, y abajo salen otras mangas negras.

-¿No puedes dormir, verdad?, me pasa lo mismo, desperté muy agitada- digo.

Aidan se acerca, y se pone frente a mí, apenas puedo verle los ojos entre su cabello.

-¿Tuviste una pesadilla?- me pregunta.

-si. ¿Quieres que te la cuente?- Le pregunto.

Él no me dice nada y se apoya en el mesón.

-Bueno, aparecí en una habitación, tenía un presentimiento de que algo se hacercaba, entonces agarro uno de los tronco que se encontraban en la chimenea y luego yo...

Aidan se empieza a ir

-¡Oye, te estoy hablando!. Le digo -eso es de mala educación.

-No te dije que te iba a escuchar- Rayos.

-si pero...

Me interrumpie -eso si es mala educación, obligarme a escuchar tus absurdos sueños- me quedo callada.

-¿quieres que te cuente mi pesadilla?.

-Cuentame algo sobre ti.

-¿Sobre mí?.

-¿Vez a alguien más aquí?.

-¿Que quieres que te diga?.

-Cual quien cosa, solo lo necesario que calme tu sed de tener una conversación con migo- dice y se pone alfrente de la cocina, y la enciende y pone arriba una cafetera con agua.

Se voltea y se apoya de la misma. Me siento en la silla del mesón, y empiezo.

-Bueno, me gustan las Margaritas, mis favoritas de hecho, de niña se me hacía difícil hacer amigos, solo e tenido una amiga, hasta que tu hermano llegó, todos los de tu familia son agradables...

Sigo y sigo hablando, Aidan solo se me queda mirando, bueno eso creo, su cabello no me permite ver sus ojos. La cafetera empezó a silbar, él se voltea mientras sigo hablando. Aidan puso dos tasas color verde menta en el mesón, frente a él, tomó la cafetera y lo vertió en las tazas, una cuerda pequeña sobresalía de su contenido, él empuja una taza hacía mi.

-Gracias- la tomo con la dos manos y le doy un sorbo mirando hacía otro lado. Aidan está parado desde la otra esquina del mesón, sostiene la taza con solo una mano.

-Cuéntame algo sobre ti- le digo rodeando mis dos manos en la taza, unos mechones se posan junto y sobre mis ojos.

-¿Sobre mí?.

-Si.

-¡Ja! ¿Y porque crees que te diría algo sobre mí?.

-Yo te dije algo sobre mí, es lo justo.

-¿Que quieres saber?.

-Tus cosas favoritas. ¿Flor favorita?.

-Rosas negras.

-¿Existen Rosas negras?.

-Mi paciencia no dudará tanto tiempo Lorens- me entra un escalofrío al escuchar mi nombre saliendo de sus labios.

-¿Comida favorita?.

-Pizza.

-¿Color favorito?.

-Negro- Aidan se me hacerca y recoge las tazas. Bostezo.

-Deberías irte a dormir.

-Na, no tengo sueño, me gusta platicar con tigo, aunque no me contestes algunas veces, aunque se que aveces a nadie le guste hablar con migo

-Yo si- no se si sentía emoción o algo parecido ¿Aidan dijo que le gustaba hablar con migo? Debía confirmarlo.

-¿Te gusta hablar con migo?.

-No, Yo si tengo sueño. Yo si me voy a dormir- doce se da la vuelta y se aleja.

-a.

-Buenas noches- dice y se va.

[...]

23-5-20 Casa de Lucas

El sofá es muy cómodo, estar en medias, con muchas almohadas y mantas, era como sentarse en una nube, tomo el control y oprimo play.

-¡Rápido Lucas, ya empezó!.

-Ya voy, Ya voy- Lucas viene con un enorme tazón de palomitas. Se sienta a mi lado y las pone en la mesa, el se sienta derecho en el sofá, yo tengo mis piernas de lado arriba, y apoyo mi cara en su hombro, él pasa su mano por mi hombro y me abraza.

Meto una palomita en mi boca. Él me mira, con una sonrisa.

-¿Que pasa?- rio un poco confundida.

-Nada, que tengo a la novia más hermosa del mundo.

-Vamos Lucas, sin ser cursi.

-No es ser cursi. Es la verdad- lo miro con una sonrisa. Y le doy un beso.

*****

Oliver me abre la puerta.

-¿Segura que no quieres desayunar?.

-No, gracias Oliver, comeré en la Cafetería, no ests muy lejos de aquí.

-Bueno, esta bien, muchas gracias por venir.

-Gracias por recibirme- me le hacerco para darle un abrazo, pero Oliver hace un movimiento rápido y me da un beso en la mejilla.

-adiós- dice y cierra la puerta. Me quedo paralizada. Después de estar unos minutos parada frente la puerta de Oliver. Me voy a la Cafetería Margaritas.

El día está muy bonito, las hojas de los árboles empiezan a volar con la brisa fresca, algunos árboles ya no tenían casi hojas porque ya se hacercaba el invierno mi temporada favorita.

Cuando llego a la Cafetería entro, una pequeña campana suena, me siento en una de las sillas de la barra. Se me hacerca una chica, le doy mi orden y se va.

Me volteo para ver a mi alrededor, hay una gran ventana, donde se ven los árboles, alfrente, varias mesitas muy lindas, donde algunas personas platican, del otro extremo, hay un gran escenario color negro, donde los aspirantes a ser cantantes podían tocar unas de sus canciones todos los sábados y domingos.

La chica me trae mi café, yo le doy el dinero, me volteo y lo tomo, centro mi mirada en el humo que sale de mi café, alguien se pone al lado mío, no le presto atención. La persona saca una libreta de si chaqueta y la pone sobre la barra, la libreta es negra, y venía con un lapicero negro, me volteo para ver de quien se trataba, y era Aidan, tenía un cigarro en la boca, su nariz estaba roja por el frío que estaba haciendo afuera. La chica se hacerca y sirve un café, ella le echa una mirada, y le hacerca un papel, Aidan se saca el cigarro de la boca y lo entierra en el papel, apagándolo.

-Hola Aidan- lo saludo.

El se voltea, poniéndoce de espalda contra la barra, se revisa los bolsillos. Vuelvo a fijar mi mirada en mi café.

-Te traje esto- dice. Vuelvo a mirarlo, y tiene una sonrisa, y su pulgar e dedo índice sostenían una pequeña margarita.

-¿Son tus favoritas no?.

Yo, el Desastre ✔ Libro#1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora