Capítulo 1

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Manjiro Sano, o mejor conocido como Mikey, líder de una pandilla, su hermano Shinichiro estaba en casa acomodando la mesa para poder cenar en familia. Después de la cena, Manjiro para sorpresa de todos, ayudó, eso era algo que no creía nadie. Lavó sus Dientes, se ducho y se acostó a dormir. Sintiendo que ya había dormido bastante, abrió sus ojos, pero, esa no era su casa, ni mucho menos su cama. Se levantó para mirarse al espejo, dónde Soltó un fuerte grito haciendo que una chica de cabellos rosas entrará.

—Princesa, ¿está bien? —Preguntó su dama de compañía, Mikey no sabía que pasaba, ¿por qué de pronto era una chica? Una muy linda, por cierto— el baño está listo, así que, sería de gran ayuda que viniera. Sus vestido ya está preparado. Escogimos el color rosa, porque ese color le queda perfecto.

No quedó más opción que bañarse, y por él mismo, así que la ayudaron a vestirse porque claramente no se alcanzaba, algo que sí le sorprendió fue que entre varias personas la peinaran, y colocaran una corona en su cabeza.

Bajó para buscar a alguien conocido, pues ahí estaba Hinata. Se metió a una oficina viendo a Emma y Shinichiro

—Emma, princesa de mi corazón.

—Mi majestad, quiero pedirle que por favor, no me case con él —La pequeña rubia estaba de rodillas, rogándole a su hermano, tenía 13 años.

—Emma, yo tomé esa decisión, será lo mejor, muchos de mis soldados se distraían por ver a la belleza de este palacio, eres la princesa más hermosa. Incluso otros te ven con deseo. Y no creas que no he visto como miras a Ken, tú esposo será aquel príncipe, entiende eso.

Mikey escuchó eso, ¿su hermano estaba obligando a casar a su hermana? ¿Por qué?Iba nuevamente caminando por los pasillos, se acercó a donde estaban todos reunidos, tenía que fingir al menos que era parte de aquella dinastía, ni siquiera había luz. Todo era nuevo para él, pues no conocía nada, ni siquiera sabía porque había llegado.

—Emma, no puedes entrar, te lo he dicho desde que eras una niña —Comentó para indicarle que se fuera, al ver no se movía, llamó a un guardia. Pero la princesa sacó un cuchillo, haciendo que se detuvieran.

—Mi majestad, hasta ahora he seguido el camino que usted ha escogido para mí, me olvide de mi propio futuro y de mi corazón para complacerlo a usted, olvide mis propios sueños. Nunca experimente aquella primavera de la que todos hablan. ¿Cuándo perdió su conciencia y la visión correcta de justicia, mi majestad? ¿Qué fue lo que le hizo a mi querido hermano?

Mikey escucho aquello, ¿Qué era lo que pasaba en aquel palacio? ¿Por qué aquí estaban distanciados? ¿Por qué no eran felices?

—Amor mío, al fin te encuentro —Esa voz, volteó a ver y era el chico llorón que había conocido, ¿amor dijo? Sin pensarlo mucho quito el cuchillo de su hermana, para evitar una desgracia.

—No soy tu amor, no vuelvas a decirme de aquella manera a quien amas es a Hinata, cállate.

Para todos era una sorpresa que hablara de manera tan poco educada, pues Manjiro era la princesa más educada del palacio, siempre ayudaba en el pueblo, la gran princesa de la dinastía, princesa de la caridad. Jamás cuestionaba una orden de su hermano, y justo ahora, lo está haciendo. Siempre bajaba la cabeza y decía que sí, aquella princesa Manjiro sufría en silencio, muchas veces tuvo que ser golpeada, violada, pero siempre se dijo que era por el bien el imperio.La princesa Manjiro, una mujer que se tuvo que casar sin amor, y dar hijos para que la sangre real continuara

Esa mirada es mía Donde viven las historias. Descúbrelo ahora