Esa mirada es mía

Capítulo 5

Manjiro por fin se calmó y su hermano mayor le dio un chocolate, después se arregló portando el uniforme de la ToMan. Camino hasta el parque en el que había quedado con Ryuguji, al verlo se acercó a él, se colocó de rodillas, lo que no contaba es que más miembros estaban escondidos.
—¿Vas a decirme la verdad?

—Es cierto, no soy él, soy hija de un soberano, era un antiguo emperador, soy parte de una dinastía importante, la dinastía de Akashi

Todos escuchaban atentamente, pues si tenían sospechas de aquel Mikey, pues siempre les llevaba comida, y si bien, aquello les gustaba, su amigo, el Real era más importante.
—En mi palacio me casaron a los 6 años, con un hombre de 26 años, justamente es Takemichi con quien me casé, le di 4 hijos en cuanto cumplí los 14 años, un hijo por año, a excepción del último que le di gemelos, cuando tuve 10 años, tuvimos nuestro primer encuentro sexual.

Takemichi se asqueo de él mismo de su otra época, Manjiro era una niña, se caso y tuvo relaciones siendo una niña. Se disculparía por eso, debió haber sido una experiencia completamente horrible para la princesa.

—Posteriormente, varios hombres tomaron de mi cuerpo, si desobedecía, solía ser golpeada, no tenía permitido hablar, es por eso mismo que mi hermana Emma, intentó suicidarse. Al menos a ella no la casaron a los 6 años, porque tuve que negociar con Shin, en cuanto ella tuviera más edad.. Podría casarse. Soy conocía como la princesa caritativa.

—¿Qué pasará con nuestro Mikey?

—Posiblemente esté pasando lo que yo en ese palacio, pues aún a mis 16 años, seguía siendo abusada, no puedo defenderme. Y yo, no pienso volver ahí, aquí soy feliz, aquí me quedaré.

Habló sentando de rodillas, no iba a volver a aquel lugar, jamás lo haría. El tatuado suspiro para levantarla. Los demás salieron y esto dejó sorprendida a la chica.

Mikey paseaba por los pasillos, hasta que sintió que alguien la jaló por detrás y le puso un trapo en la boca y nariz, sabiendo lo que era trato de forcejear, era fuerte y varias veces estrelló al chico contra la pared. Ya comenzaba a sentirse débil, hasta que perdió la conciencia de todo.

—Tú, Mikey. Debes aprender tu lugar, maldita zorra.

Dijo su esposo para llevársela a la cama, donde tuvo relaciones con ella, una y otra vez, él estaba inconsciente, no cabía duda, aquel palacio era una prisión de oro,

Manjiro estaba sentada frente a todos, claramente de rodillas, lo sumisa que era, sorprendía a todos, pues Mikey jamás haría algo así.

Parecía un perrito esperando alguna indicación y si podía levantarse, mientras Chifuyu buscaba alguna idea para poder regresarla.

—Yo no quiero volver.

—Tendrás que hacerlo, esta no es tu vida, Manjiro, le estás robando la vida a alguien más.

—¿Yo no les importo? Mi hogar, mi palacio, yo sufro, más que su tonto amigo, yo quiero salvarme. ¡Por qué no les importa eso!

—En cuanto llegues a tu mundo, podrás estar a salvo.

Comenzó a llorar otra vez, se negaba a irse de ahí, no quería, aquí la trataban con amor, haría todo lo que fuera para evitar que sucediera aquello