«Lo volvería a hacer, Taehyung. De la misma manera y sin cambiar nada de lo que dije ni de lo que hice».
La voz de Jungkook retumbaba en su mente creando un eco que provocaba pequeñas descargas que se sentían como latigazos. Cualquier rayo de esperanza acababa de ser fulminado con su afirmación. El corazón le bombeaba con tal rabia que se preguntó si él no sería capaz de escucharlo, de oír su perplejidad, decepción e incluso el escalofrío que le subía por la espalda.
Pero si lo hacía no daba muestras. Jeon Jungkook estaba extremadamente rígido y se limitaba a mirarlo con expresión impasible sin apartar sus ojos de hielo ni un segundo. Titubeó. Deseaba zarandearlo, gritarle y descargar una por una todas las consecuencias que había tenido aquello de lo que no se arrepentía.
Erosionar su agonizante conciencia, sí. Revelarle por qué su afirmación lo convertía en un desgraciado de mierda. Sin embargo, se mantuvo sereno, alzó la barbilla y puso especial cuidado en no desviar la vista del iceberg de sus ojos. Escondió los temblores que le sacudían el cuerpo y ni siquiera parpadeó.
—Devuélveme el sobre.
—Ahora mismo —Observó cómo entraba en su casa y seguidamente salía con el enorme papel blanco—. Todo tuyo.
Taehyung avanzó un paso y se lo quitó de las manos.
—Gracias.
Bien, así acababa todo. Con una entrega devuelta, un nudo en la garganta que ya desharía y un agradecimiento que rezumaba amargura. Con todo, superaba con creces a lo acontecido cinco años atrás. Salía fortalecido, renovado y fuerte. Cuando se borra cualquier motivo para mantener a alguien en tus pensamientos, eres libre para olvidarle. Su final feliz era no volver a encontrárselo. Jamás.
El sobre se arrugó contra la palma de su mano y giró sobre sus talones para alejarse. Zancada a zancada estaba más cerca. Lo tenía fácil.
Inspiró hondo.
—Buen viaje de vuelta, Kim.
¿Por qué lo hizo? ¿Por qué no lo dejó alejarse y se encendió el cigarro? ¿De algún modo supo de su intención de no volver a cruzárselo y quiso mantenerlo durante un segundo más? Porque lo conocía, lo conocía muy bien, y era perfectamente consciente de que había contenido el veneno mordiéndose la lengua y de que, si lo provocaba, dejaría que fluyera.
Retrocedió.
—No me voy, Jeon. Me quedo. Vamos a hacerlo sin ti. No te necesitamos. Eres libre de seguir regodeándote en tu propia miseria.
—Mi plan favorito —ironizó—. Y sabes que es mi afición porque…
—Eres tan egoísta que te crees dueño del dolor. Te lo permití entonces. Todos lo hicimos. Ya no. ¿Sabes un secreto? El golpe impactó a más gente y no solo a ti. Ni siquiera te llevaste la peor parte. Así que tú tortúrate, que el resto vamos a pasar la maldita página, aunque hacerlo sea elegir el camino más difícil.
—¿Traías el discurso ensayado? Es muy motivador.
—No es motivador, es la verdad que mereces escuchar. Ahora continúa negándola y siendo desagradable con el mundo, a lo mejor funciona.
Taehyung emprendió de nuevo el paso sin intención de dar marcha atrás. Conforme se alejaba descendiendo por la cuesta empinada, recordó todas las veces en las que la boca se le había quedado seca y la cara acartonada de tanto llorar. Las ojeras, los ojos hinchados y cómo escocían al frotarlos. El reflejo desangelado y sin luz que le devolvía el espejo.
No iba a derramar ni una lágrima más en nombre de Jungkook. Ni una más.
❀ ○ ❀ ○ ❀
Cada persona vive su dolor de distinta manera, algunas incluso dejan de vivir...
:(
❀ Harumi ❀
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That Summer ❀ Kooktae
Romance•• Taehyung y Jungkook estaban destinados a colisionar en Gwangyang. El primero iba todos los veranos. El segundo vivía allí. Dos desconocidos que cayeron abrazados a la piscina aquel mes de julio. Cinco años después, Taehyung vuelve dispuesto a c...