[ 08 ]

1.3K 143 22
                                    

Diciembre, 1976

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Diciembre, 1976.

El día de volver a Grimmauld Place había llegado para Venus y Regulus Black.

Se encontraban en la estación King Kross, los Rosier habían acabado de irse apenas unos minutos.

La mente de Venus parecía no estar presente en ese momento. La rubia pensaba a cada minuto que pasaba en la carta que su madre había enviado, sinceramente eso la había hecho temer de lo que pudiera suceder. Recordaba cada palabra escrita, cada advertencia y amenaza de lo que pasaría si no cumplía las reglas dichas por Walburga al pie de la letra.

Aún recordaba lo que único del escrito que la había dejado pensando...

No deberías estar preocupada por tu reciente compromiso, siempre es aceptable querida, claro que la diferencia de edad no importa en nuestra familia.

—Justo cómo cada año...—murmuro Regulus, sacándola de sus pensamientos, mientras tomaba la mano de su hermana cuando Kreacher apareció, mirando a todos lados con desagradó, pareció sonreír cuando miro a los hermanos Black esperarlo junto a sus baúles.

—No se porque te sorprendes, siempre ha sido así. Es un milagro para todos si se aparecen por aquí. —dijo Venus—Espera aquí. Regreso en unos minutos.

Se alejó de su hermano menor sin quiera esperar respuesta alguna.

Caminó por la orilla del andén hasta dar con su objetivo, lo tomó del brazo llevándolo a una de las columnas que se encontraban ahí, asegurandose de no ser vista.

—Venus. —dijo Sirius en un tono molesto.

—Orion. Esperó que tus vacaciones con los Potter sea de tu agrado, y espero pasen una feliz navidad, si sabes a lo que me refiero, no me gustaría enterarme por el profeta que...algo muy horrible les suceda. —Venus dirigió su mirada hacía los padres de James Potter.

Sirius la tomo bruscamente del brazo, con su varita en mano, justo a la altura del cuello de la rubia.

—Atrevete a hacerles daño y me asegurare...

—Tus amenazas no funcionan conmigo Orion—Venus lo interrumpio—Si no quieres que algo malo les suceda...—se acercó a Sirius dejando sus rostros a unos centímetros separados—Alejate de Emma y de Regulus. No quiero saber que volviste a llamarlo mounstro frente a todo tu grupito de leones estúpidos, porque ahora sí, Orion, lo único que quedará de ti, serán cenizas.

Sirius soltó a Venus del brazo, guardando su varita en uno de sus bolsillos, saliendo rápidamente de dónde se encontraba. Se acercó hasta los Potter, quienes le sonrieron en cuanto lo vieron.

—¡Mi niño!—exclamo Euphemia besando las mejilla Sirius. —Espero hayas tenido un gran año. —Sirius sonrió.

Desde que el Black mayor había escapado de casa y mudado con los Potter, estos lo habían recibido como a su segundo hijo, no les había importado de dónde venía, ellos lo amaban como si hubiera estado en sus vidas desde siempre.

Sirius sintió la pesada mirada de Venus sobre el, pero cuando miro hacia la columna dónde habían discutido, la rubia ya no se encontraba ahí.













































Cuando llegaron a Grimmauld Place, Regulus se había ido con su padre a petición de Walburga, quien había mandado a Kreacher a ayudar a Venus a probarse el vestido que usaría en la noche siguiente.

—Kreacher, juro que si continuas apretando mi corset, moriré en este instante. —dijo Venus con una mueca.

—Perdón, ama Venus—dijo Kreacher bajando las orejas—Si gusta puedo dejarlo más suelto.

—Ni se te ocurra Kreacher. —entro Walburga a la habitación, con frialdad miro al elfo indicándole con la mirada que se retirará, quien temeroso lo hizo en un chasquido. Miró a Venus, acercandosele y apretando a un más el corset—No quiero que mañana seas una vergüenza frente a todas las grandes familias que se reunirán para tu compromiso.

Venus se sostuvo de la cabecera, Walburga era demasiado brusca a la hora de apretar los nudos del corset.

—No quiero que seas una desepcion para nuestro apellido ¿Escuchaste? Nuestra familia ya tiene suficiente con el estúpido de Sirius y Andrómeda. Quiero que te comportes y obedezcas a todo lo que te diga o todo el mundo sé enterará de la clase de mounstro que eres.

Venus no se inmutó, no sabía si había sido la mitad de Whisky que había tomado antes de llegar a Grimmauld Place, pero eso la había hecho sonreír socarrona.

—Bien dicen que todo se aprende de la madre ¿No te parece?—Walburga la giró bruscamente de los hombros, para después golpear su mejilla violentamente, sacando un poco de sangre de ella.

Venus levanto la mirada y miro a su madre sin lágrimas en los ojos, la miro enojada.

—Eres un mounstro, no se te ocurra confundirte conmigo. —hablo Walburga mirándola fríamente.

—El mounstro aquí eres tu, madre. —dijo Venus acercandose a Walburga—Dime tu, si supuestamente no eres un mounstro ¿Por qué diablos tomaste una poción que sabías que podía matarme, solo para mejorar mi ADN? Que según tu, me haría mejor persona ¿Pero adivina qué, Walburga? Si dices que soy un mounstro, cómo tú me llamas, me convertiré en algo mucho peor.
















































NOTA DE LA AUTORA:

Recuerden que está es una duologia con msh_black y el capítulo del otro fic ya está publicado en su perfil ❤️

Los amo y no olviden votar ❤️

𝐂𝐑𝐀𝐙𝐘 𝐋𝐎𝐕𝐄; Evan RosierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora