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Ridiculez, presión, frustración

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Ridiculez, presión, frustración.

Esas eran algunas palabra que venían a su mente al ver todo lo que sucedía a su alrededor. Desde que despertó había tenido brujas desconocidas en su habitación, arreglando su cabello, perfumadas lociones sobre su piel, tijeras y pinzas que habían despuntado su cabello, toda la mañana estuvo rodeada de jóvenes brujas que intentaban maquillarla con exageración, tampoco podía decir nada porque cada vez que lo intentaba era interrumpida.

No había visto a su hermano en todo lo que iba del día, su madre no la habia dejado salir de la habitación, a menos que fuera para una urgencia, aunque dada la pelea del día anterior, dudaba mucho que fuera así. Suspiro mirando por la ventana, eran más de las 5pm, minutos antes había escuchado la puerta de la planta baja abrirse, había salido a escondidas de las jóvenes brujas de su habitación, pudo ver a Walburga abrazar con mucha efusividad, algo que hizo a Venus dudar.

—Tienen cinco segundos para salir de esta habitación—Emma entro al cuarto de la Black, quien la miró con una pequeña sonrisa de agradecimiento.

La brujas desconocidas se vieron entre ellas, para después poner su mirada en Emma, quien las miro encarnando una ceja con superioridad. —Cinco... cuatro...—al ver que la chica Rosier iba enserio, empezaron a recoger todas sus cosas, para después hacer una reverencia y salir de la habitación.

—¡Gracias!—Venus se lanzó abrazar a Emma, quien la abrazo con fuerza evitando que cayera. —¡Te amo!—dejo un beso en su mejilla para después dirigirse al vestido, el cual portaria esa noche.

—¿Enserio usarás ese corset?—dijo Emma a su lado. Venus miró a Rosier con una gran sonrisa—¿Sin corset? Me agrada tu idea. —Emma sonrió.

—¿Que usarás?—pregunto Venus mientras se dirigía a su cama, no recibió respuesta de Rosier, así que la miro. Emma miraba para otro lado—Adivino. Usarás el vestido que Regulus te regalo.

—¿Es pregunta o afirmación?—dijo Emma acercandose al vestido de Black.

—Es una afirmación.











































Una hora más tarde, Venus se miraba frente a el espejo, portaba un vestido negro, con am­plio escote, si bien no usaba corset, pero el vestido era muy ajustado al cuerpo, apretando la cintura. Tenía un amplio vuelo en la parte de la falda, algo larga, sin dejar ver los pies de la joven. Portaba un collar de diamantes, que su padre le había regalado esa misma noche. Su cabello rubio, estaba recogido, peinado en bucles perfectamente bien hechos, con un maquillaje natural.

La puerta del baño fue abierta, por dónde Emma salió, luciendo un precioso vestido negro, con algunos encajes dorados, escote profundo, ajustado de la cintura y hombros anchos. Maquillaje brillante y sencillo, su cabello caía como cascada arreglado en unos perfectos bucles. Portaba unas arracadas oro con destellos verdes esmeralda, que hacía juego con su collar de perlas que tenía una piedra de esmeralda en el centro.

Venus sonrió cuando vio Emma emocionada, sabía cuánto había deseado usar ese vestido.

—Luces preciosa. —dijo Venus con un gran sonrisa, abrazandola por los hombros.

—Gracias. ¿Y que decir de ti?—Emma tomó su mano dándole una media vuelta—Estas hermosa. —Venus le sonrió.

La puerta de la habitación fue tocada: —Pueden entrar—avisó y la puerta se abrió dejando ver a Evan y Regulus, quienes portaban un traje negro a su medida.

Regulus se acercó a Venus, dejando un beso en mejilla: —Estas muy bonita esta noche hermana.

—¿Solo hoy?—dijo Venus divertida.

—Solo hoy. —bromeo el ojigris, riendo para después acercarse a Emma, tomando su mano y besando el dorso de esta.

—Te ves muy hermosa hoy. —dijo Regulus con una sonrisa.

Venus miró la mano que Evan le extendió y con delicadeza la tomó siendo sacada de la habitación y siendo llevada al balcón de una de las habitaciones.

—¿Que hacemos aquí?—pregunto la rubia sin apartar la vista de la puesta de sol, que dejaba ver desde donde se encontraban. Sintió como Evan la abrazaba por detrás, pasando sus brazos por su cintura, inclinándose y comenzaba a besar su cuello—Evan...

El Rosier se detuvo, mientras acariciaba su cintura delicado: —Este juego lo empezaste tu y solo tu puedes acabarlo. ¿Quieres que acabé y todo siga como antes?—Venus negó con una pequeña sonrisa en su rostro—Bien. Tus deseos son órdenes. Solo disfruta querida.

Venus cerró sus ojos y ladeo la cabeza, cuando el rubio comenzó a besar su cuello.






























NOTA DE LA AUTORA:

Recuerden que está es una duologia con msh_black y el capítulo del otro fic ya está publicado en su perfil ❤️

Los amo y no olviden votar ❤️

𝐂𝐑𝐀𝐙𝐘 𝐋𝐎𝐕𝐄; Evan RosierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora