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17 DE MARZO, 1978
Venus sentía la mano de Evan en su cintura, dejando leves caricias en ella. El rubio trataba de hacer que dejará de jugar con sus dedos con nerviosismo. El sabía lo que sucedía cuando la rubia estaba rodeada de gente mayor a ella, después de aquel evento, sabía que la chica sentía inseguridad, pero el estaba a su lado, y no iba a apartarse de ella. Jamás.
La rubia Black miraba a su hermano menor, intentar apartar a Lydia de su lado. Después de todo, la pelirroja seguía con la necesidad de que sus padres la comprometieran con Regulus, pues su antiguo prometido ya se había casado, así que ya no era una opción. Regulus parecía estar buscando a la misma persona que su hermana mayor.
Emma Rosier.
Fijó una última vez sus ojos en su prima Narcissa, la cual se encontraba al lado de su ahora, esposo, Lucius Malfoy. Cissy del otro lado del patio, en el que todos los invitados veían a la feliz pareja ser felicitados, le asintió a Venus y Venus ante eso no pudo evitar sonreír. Asegurándose de salir sin ser vista por Regulus, tomo a Evan de la mano y ambos salieron con rapidez de ahí, hacía el laberinto que el jardín de la mansión Malfoy ofrecía.
—¡Victoria!—Venus se separó de Evan, en el momento que notó la cabellera rubia de Emma acercarse junto a Rabastan y un bulto en sus brazos.
—¡Maia!—Emma corrió levantando un poco su vestido para evitar caerse y correr deliberadamente hacía su mejor amiga. Ambas encontrándose en el medio de aquel jardín siendo sostenidas por la otra, como si no se hubieran visto en años. —Te extrañé. —murmuró la Rosier en el oído de su amiga, dejando un beso en su frente para separarse y observar el rostro de Venus.
—Yo también. —Venus le dio una gran sonrisa, emocionada después de no haberla visto por casi un mes. La rubia de ojos grises abrazó a Emma una vez más con total felicidad, siendo correspondida. Venus se separó de ella minutos después dejando un beso en cada mejilla de Rosier, y observando a todos lados para asegurarse de que nadie más que ellos estaban ahí. —¿Me presentarás a mi ahijada?—Emma asintió con una gran sonrisa emocionada.
Emma se acercó hasta Rabastan, quien se había quedado al lado de Evan, al no querer interrumpir el abrazo de ambas rubias, pues a pesar de que muchas personas lo mirarán exagerado, ellas dos no, Emma y Venus no podrían una semana sin la otra, y así estuvieron siempre desde que se habían conocido, nunca pasaban tanto tiempo alejada de la otra. Ambas eran un alma dividida en dos cuerpos.
Eran su persona.
La rubia de ojos castaños no necesitó de caminar mucho, pues a diferencia de dónde estaban Venus y ella anteriormente, ahora la rubia Black había caminado hasta ponerse al lado de Evan, saludando a Rabastan en el proceso.
—¿Puedo...?—la pregunta de Venus quedó a medias cuando señaló a la bebé con un asentamiento de cabeza. Emma asintió con una sonrisa dejando que la ojigris tomara entre sus brazos a la bebé con delicadeza. —Es preciosa. —acaricio la mejilla de pequeña en sus brazos con una gran sonrisa. Evan sonrió ante la imagen abrazando a su hermana por los hombros. —Hola, bebé, soy tu mami Venus.
