Human |JeffBarcode|

15

Jeff pidió pizza, porque no había nada comestible en la cocina. Apenas había estado allí desde la desaparición de Barcode, prefiriendo pedir comida para llevar y comer en la sala de estar. Ver su cocina vacía, ver todos los pequeños artilugios innecesarios que Barcode había insistido en comprar, lo había enfurecido terriblemente. Así que había evitado la cocina como una plaga. Pero ahora Barcode estaba de vuelta. Barcode estaba de vuelta. Jeff apenas podía apartar sus ojos de él mientras comían sus pizzas. Tenía que recordarse a sí mismo que Barcode no era tan inocente y genuino como parecía, que no debía perdonarlo tan fácilmente. Pero no podía dejar de mirar fijamente, hambriento por verlo.

Sus ojos se encontraron a través de la mesa, y Barcode le sonrió, sus pómulos se volvieron un poco rosados. Jeff quería besarlos, luego lamer hasta esa boca rosada hasta que Barcode estuviera temblando de nuevo y haciendo esos pequeños ruidos suyos.

—Mmm, esto es lo mejor que he comido aquí! ¿Cómo es que no me has hablado de la pizza? —Dijo Apo antes de tomar otro bocado de pizza y gemir con aprecio.

Barcode arrugó la nariz.

—Porque he visto a gente en la televisión decir que no es saludable comerla.

Jeff los miró con desconcierto. Había pensado que el extraño olvido de Barcode sobre tantas cosas obvias era solo una peculiaridad de él, pero su amigo parecía compartirlo. Apo era tan raro como Barcode. Y al igual que Barcode , parecía un personaje que se había escapado de un cuento de hadas de Disney. Era etéreamente hermoso con una piel extrañamente tostada, un largo cabello plateado y profundos ojos verdes. También había algo... fuera de su aspecto. No era el color del cabello; Apo no fue el primer tipo que Jeff había visto que se teñía el pelo con colores extraños. No, era otra cosa. Alguna cualidad que Barcode tenía también.

—¿Cuánto tiempo te vas a quedar aquí? —Dijo Jeff, mirando a Apo.

Apo se detuvo a medio masticar. Él intercambió una larga mirada con Barcode. Casi parecía como si estuvieran comunicándose sin hablar. Deben haber sido muy cercanos.

—Espero que esté bien que me quede con vosotros hasta que encuentre un trabajo —dijo Apo y tomó un sorbo de té.

Jeff reprimió un resoplido. Le sería imposible responder negativamente sin verse como un imbécil. Este tipo no era tan despistado socialmente como Barcode tendía a serlo.

—Tendrás que compartir con Barcode —dijo Jeff—. No hay habitación libre. A menos que quieras dormir en el sofá.

—Él puede tomar mi habitación —dijo Barcode, mirando a Jeff por debajo de sus pestañas—. Puedo compartir contigo.

Jeff se humedeció los labios y asintió.
Barcode bajó la mirada de nuevo. Mientras tanto, Apo se atragantó con su té y comenzó a toser, con los ojos como platos.

—¿Vas a compartir una cama con Jeff? —Dijo, mirando a Barcode como si le hubiera crecido una segunda cabeza.

Barcode miró su pizza como si fuera la cosa más interesante del mundo.

—Prefiero compartir una cama con Jeff que contigo. Ni siquiera sabes cómo abrazar.

Apo lo miró con una mirada vagamente escandalizada. Jeff se habría reído si no estuviera ocupado tratando de no mostrar cuánto le afectó la mera idea de que Barcode durmiera en su cama. Dormir. Cierto.

—Está bien —dijo Apo, dándole a Barcode la mirada de “hablaremos más tarde”.

—¿Cuánto tiempo hace que se conocen? —Dijo Jeff, compadeciéndose de Barcode, que parecía que estaba a punto de estallar en llamas. No debería haber sido tan entrañable. Cristo, era jodidamente imposible permanecer enojado con esa cara.