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Barcode genuinamente trató de esperar el regreso de Jeff del trabajo, pero a las once de la mañana ya tenía un montón de emociones. Las palabras anteriores de Apo, de que Jeff no era realmente suyo y nunca lo sería, formaron un nudo de ansiedad en la boca del estómago. Quería ver a Jeff.

Así fue como terminó en la oficina de Jeff antes del almuerzo. En retrospectiva, probablemente no fue su mejor idea.

Apoyado en el escritorio de la oficina de Jeff, Barcode trató de ignorar la conversación de Ping y Jeff.
El intentó. De verdad. Pero con sus sentidos intensificados, su silenciosa discusión no fue silenciosa para él en absoluto. No pudo evitar escucharlo.

-¿Estás bromeando, hombre? -Ping siseó furioso, mirando a Barcode por encima del hombro antes de volverse hacia Jeff-. ¿Lo estás perdonando? ¿Así?

Jeff estaba apoyando su hombro contra la pared del fondo, sus brazos cruzados sobre su pecho. Su postura era relajada y confiada, pero sus ojos entrecerrados revelaban que no era nada más que relajado.

Sus hombros se veían tan increíbles en esa camisa azul, la tela acentuaba si ancho. Barcode se retorció. Ya que habían tenido relaciones sexuales, o quizás, ya que su vínculo se había roto, seguía atrapado en ese tipo de pensamientos cada vez que miraba a Jeff. No era que viera a Jeff de una manera diferente. Era solo que... además de querer ser sostenido en los brazos de Jeff, él también seguía mirando esos brazos. Quería pasar sus manos sobre esos brazos, deslizar sus manos debajo de la ropa de Jeff y sentirlo en todas partes, sentir su piel cálida y sus músculos duros.

-Sí -dijo Jeff, su voz tranquila pero firme-. Sé cómo se ve, pero no conoces a Barcode. Yo lo hago.

Ping enarcó las cejas.

-¿Tú? -Él resopló-. ¡Por el amor de Dios, Jeff! ¡No entiendo cómo puedes ser tan ciego con él! Ese pequeño imbécil te ha estado mintiendo todo el tiempo, desaparece sin previo aviso y luego reaparece meses más tarde sin explicación, ¿y lo perdonas? ¿Así? ¿Es tan bueno chupando tu polla?

Un músculo saltó en la mandíbula apretada de Jeff. Se inclinó hacia Ping y soltó algo en voz muy baja para que Barcode lo escuchara.

Barcode miró hacia abajo, tratando de no sentirse ofendido por las acusaciones de Ping. Entendió por qué estaba enojado. Desde el punto de vista de Ping, Barcode se veía... no bien. Pero no le gustaba que Ping estuviera haciendo que Jeff se sintiera mal y enojado.

-Si tienes un problema conmigo, deberías hablarlo conmigo -dijo Barcode amistosamente-. Estoy aquí, ya sabes.

Ping se volvió hacia él con el ceño fruncido.

-Mira, no me malinterpretes -dijo-. No tenía nada contra ti. Pero luego hiciste un acto de desaparición, y mi mejor amigo era un gilipollas miserable cuando te habías ido...

-Ping -dijo Jeff, una advertencia en su tono.

-Bien -dijo Ping, levantando las manos con un resoplido-. Estoy callando. ¿Pero no tienes una novia o algo así?

-Yo... -dijo Barcode-. Es complicado.

-Increíble -dijo Ping, sacudiendo la cabeza-. Lo que sea - Miró a Jeff-. No me digas que no te advertí cuando te joda de nuevo.

Salió de la oficina de Jeff, murmurando algo enojado en voz baja.

El silencio cayó sobre la habitación.
Barcode miró a Jeff vacilante. No le gustaba la expresión en su cara.

-La cosa es que -dijo Jeff con una sonrisa sin humor-, Ping tiene razón.

A Barcode se le cayó el estómago.
Jeff se acercó a Barcode, la expresión de su rostro casi sombría. Poniendo sus manos sobre el escritorio a ambos lados de Barcode, Jeff lo miró fijamente.

-Vas a joderme -dijo, con un tono muy suave, contradiciendo la mirada sombría y sin sonreír en sus ojos-. ¿No es cierto, bebé?

Barcode tragó, lamiendo sus labios. Jeff se inclinó y presionó su nariz contra la mejilla de Barcode, acariciándola.

-Sí, lo harás.

Sacudió la cabeza aturdido.

-Lo harás -dijo Jeff de nuevo, dejando caer un beso apenas allí en la esquina de la boca de Barcode.

Barcode hizo un
pequeño sonido y separó sus labios ansiosamente, persiguiendo
la boca de Jeff con la suya.

-Joder -dijo Jeff, acunando la cara de Barcode en sus manos. Besó la otra esquina de la boca de Barcode -. ¿Cómo estás tan jodidamente...? Es como si fueras creado para joderme. Me has estado mintiendo, todavía me estás mintiendo, pero a una parte de mí no le importa una mierda. Y me enoja -Finalmente besó a Barcode de verdad, sus labios codiciosos pero suaves.

Barcode le devolvió el beso, hambriento, muy hambriento, deseando tragarse a Jeff, deseando tenerlo, llevarlo dentro de sí mismo y nunca dejarlo salir. Quería ser besado más fuerte, más profundo, para siempre. Él quería tanto. Hasta Jeff, nunca supo que era posible querer tanto a una persona, desearla, querer estar físicamente unido a ella. Ya estaba tan duro, duro y dolorido. Quería, quería, quería que Jeff lo empujara sobre el escritorio, lo llenara y los completara. Jeff gimió y rompió el beso, apoyando su frente contra la de Barcode.

-No aquí -dijo lacónicamente antes de zambullirse para otro beso.

Demasiado pronto para el gusto de Barcode, Jefr se retiró de nuevo. Gimiendo, Barcode trató de juntar sus bocas. Jeff se rió con ganas y prácticamente saltó lejos de él.

-Maldita sea, Code -dijo, su respiración inestable, sus mejillas sonrojadas y ojos oscuros vidriosos. Se aflojó la corbata y desvió la mirada-. No me mires así.

-¿Así cómo? -Dijo Barcode, frotándose los hinchados y excesivamente sensibles labios.

-Como si quisieras que te follara en mi escritorio.

-Pero quiero -Barcode cruzó las piernas con fuerza y puso una mano en el bulto de sus pantalones, tratando de aliviar el dolor. Jeff gimió, pasándose la mano por el pelo.

-No digas eso -dijo. Parecía dolido-. ¿Cómo se supone que debo trabajar cuando me miras de esta manera?

-Puedo irme -ofreció Barcode, aunque era lo último que quería. Él no quería estar lejos de Jeff. Miró a Jeff con anhelo. Deseaba poder unirse físicamente todo el tiempo, deseaba poder sentir a Jeff en su mente.

-No quiero meterte en problemas -dijo Barcode cuando Jeff no dijo nada-. Puedo irme.

Jeff se pellizcó el puente de la nariz y suspiró.

-Sí, probablemente es mejor si lo haces. No puedo concentrarme en nada contigo aquí. Ve antes de que me despidan. Podemos encontrarnos durante mi hora de almuerzo.

-Está bien -dijo Barcode, saltando de la mesa de Jeff -. Te espero en la cafetería.

Jeff asintió enérgicamente.

Ninguno de ellos se movió. Se miraron el uno al otro. Jeff rió y se dio la vuelta.

-Joder, esto es ridículo. Vete. Ahora.

Barcode se fue, sonriendo para sí mismo.
En el pasillo, se detuvo y luego corrió adentro para besar a Jeff una vez más. Solo una vez más.

Se fue veinte minutos después, sintiéndose completamente besado, mareado y amado. Barcode se rió entre dientes, presionando sus dedos contra sus labios hinchados, demasiado sensibles. Realmente estaban siendo ridículos. Solo fueron unas horas.
¿Qué podría pasar en unas pocas horas?

Human |JeffBarcode|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora