El Heredero De Drácula: Capitulo Final

𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 26

Estábamos en la plaza de la ciudad, acabábamos de salir del restaurante y ahora mismo estamos descansando mientras comíamos helado.

Scorpius era el más emocionado por esto, él nunca había probado un helado antes, había quedado completamente encantado.

—Bastián — Mí hermana me llamo haciendo qué saliera de mis pensamientos —.¿Qué pasa? — Pregunta ella haciendo qué desviará mí mirada hacía ella —Has estado callado desdé qué salimos del restaurante, ¿Todo está bien?

—Sí, todo está bien — Respondí —.¿Por qué preguntas?

—No, por nada...— Dijo —.Scorpius parece un niño pequeño — Ambos miramos a nuestro primo comer su helado de chocolate —Quedó completamente fascinado por el helado.

—Es natural, pasó más de mil años en una ataúd y pasó toda su niñez encerrado en una prisión — Conteste.

—Me da alegría qué él ya esté libre, nadie merece pasar por lo qué él pasó, perdió a su madre y después fue separado de su padre.

—Lo sé... su vida se marcó con la tragedia por culpa del dragón.

—Pero ahora ya no tiene qué ser así, él ahora está aquí, y pronto estará con su papá.

—Sí, tienes razón.

—¿Volveremos al palacio?

—Sí, ya hemos estado fuera demasiado tiempo, hay qué regresar, tenemos qué reunir a Dracelus y a Scorpius — Respondí su pregunta —.Se está haciendo tarde ya, será mejor qué nos vayamos ya, recuerda qué son algunas horas de camino.

—Está bien.

—Scorpius — Lo llame y él me mirá —.Nos vamos, regresemos a casa, es hora de qué veas a tú padre después de mucho tiempo.

—Sí — Asintió para después sonreír.

Era tiempo de qué ellos dos se vieran nuevamente, los tres nos levantamos de la banca y fuimos hacia dónde se encontraba el coche estacionado. Iba a ser un camino demasiado largo de vuelta a Valaquia pero valdría la pena con tal de tener a padre e hijo de nuevo juntos.

Ya estando en el auto, Aurora se sentó en el asiento de atrás mientras qué Scorpius se sentó aún lado mío, en el asiento del copiloto, todo estaba listo, encendí el coche y arranque.

—Hay algo qué... he querido preguntar — Habla Scorpius.

—¿Y qué cosa? — Pregunté.

—¿Lograron encontrar el cuerpo de mí madre?, ella murió en el ataque a mí aldea, uno de los soldados del dragón le clavo una lanza en el pecho, no quiero pensar qué su cuerpo se quedó ahí para ser alimento de los animales salvajes.

—La verdad es qué... no tengo la respuesta para eso, Scorpius, creo qué el qué te tiene qué aclarar esa duda es el mismo Dracelus.

—Sí...— Sonó triste.

—¿La echas de menos verdad? — Pregunta mí hermana desdé el asiento trasero.

—Lo hago — Dijo nuestro primo —.Desearía qué ella estuviera viva todavía, me pregunto sí en dónde está... se encuentra en paz.

—No te preocupes, seguramente es así, ella no era una mala persona, tú madre Scorpius debe de estar descansando en paz y siendo feliz en el paraíso — Le dice ella.

—¿De verdad crees qué ella esté bien?

—Sí, lo creo.

—Gracias por tus palabras, Aurora.