𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 40

77 7 1
                                    

—¿Bast? — La voz de mí papá Vladimir se escuchó del otro lado de la puerta —.¿Puedo pasar?

—No quiero ver a nadie — Respondí.

—Hijo, tenemos qué hablar.

No he querido ver a nadie desdé qué me enteré de la profecía en dónde yo destruía el mundo entero. Aún mí cabeza está tratando de asimilar qué yo me volveré un asesino despiadado simplemente por el hecho de ser hijo de Mircea y Erzébet.

Tengo miedo, de verdad.

—Vamos Bastián, tú sabes qué no está bien qué te encierres, no has querido ver a nadie.

—Pasa...

Él abre la puerta y después se adentra en mí habitación.

—Siento preocuparlos — Comenté bajando la mirada —.Es lo qué... aún no puedo asimilar todo lo qué la abuela dijo, aún no puedo creer qué apesar de lo qué hice... terminaré siendo lo qué todos antes pensaban, un monstruo sanguinario.

—Bastián...— Él se coloca delante de mí, se agacha y toma mí mentón para hacer qué lo viera a los ojos —.Hijo, no eres un monstruo — Me dice —Tú no eres malvado.

—Pero lo seré... papá... ya has escuchado a tú madre — Respondí —.Mí corazón se volverá oscuro entonces seré demasiado malvado, al final... lo qué me dijo Erzébet fue cierto... la maldad la traigo en las venas, soy cómo ella después de todo.

—Campeón, no quiero qué vuelvas a decir eso nunca más, ¿Oíste?, tú no eres cómo Erzébet, no tienes maldad en las venas.

—Soy el ser nacido de la oscuridad... eso me suena a qué tengo demasiada en las venas.

—Puede qué seas el ser de la profecía, pero no quiere decir qué la vayas a querer cumplir — Dijo Vladimir —.Yo te conozco perfectamente, te crié... yo tengo la confianza en qué no importa lo qué suceda, tú nunca más a dejarte dominar por la oscuridad... tú corazón hijo, prevalecerá cómo hasta ahora... noble y puro.

—Gracias por querer levantar mí ánimo, papá, pero... no puedo dejar de sentirme así.

—Te juro qué no voy a dejar qué nada malo te pase Bastián, haré todo lo posible por qué la profecía no se cumpla jamás para qué tú hijo, puedas tener una vida tranquila y muy feliz.

Ojalá fuera tan fácil, no hay forma de evadir esto, sé perfectamente qué no la hay.

—Papá... tengo miedo — Dije con voz quebrada —.De verdad... tengo demasiado miedo.

—Todo va a estar bien, campeón te lo juro.

—Te quiero papá... pase lo qué pase... siempre te voy a querer — Lo abrace y esté a mí —.Tú siempre vas a ser mí papá — Me aferre con fuerza a él.

—También te quiero hijo — Me dice para después besar mí cabello —.Nada malo va a pasarte, te lo prometo... pero por favor no tengas miedo.

[🧛]

Había salido por fin de la habitación ya qué mí papá me lo había pedido, decidí caminar un poco por el palacio para intentar distraerme un poco y no pensar en la profecía qué muy probablemente se llegue a cumplir.

Después de caminar un poco por algunos pasillos termine llegando al jardín del palacio en dónde logré escuchar una hermosa voz, la reconocí al instante, era la voz de Charlotte, me acerque más y más y logré ver a lo lejos a la abuela cantando una canción sentada sobre el filo de la fuente mientras qué Aurora, Aura, Scorpius y Enzo se encontraban escuchándola sentados en el suelo frente a ella con una sonrisa de oreja a oreja.

La abuela Charlotte tenía una hermosa voz, parecía un ángel, ahora entendía el por qué mis primos y hermana estaban tan atentos escuchándola.

Todos se dieron cuenta de mí presencia, la abuela dejo de cantar y me sonrió de una forma muy cálida.

—Ven cariño — Extiende una de sus manos hacia mí.

Asentí sin decirle nada, camine hacia la abuela, ella tomó mí mano y después tome asiento aún lado de ella.

—Me alegra verte fuera de la habitación — Dijo ella —.Lo siento mucho... no quería ser la portadora de tus desgracias.

—No eres tú... es la profecía, tú no tienes absolutamente nada qué ver — Respondí.

—Verás qué vamos a encontrar una forma de evitarla, tú no serás malvado, tú vas a seguir siendo lo qué eres... un héroe y el nieto más hermoso de todos.

—Gracias, abuela — Sonreí —.Cantas hermoso.

—Gracias.

—¿Qué canción era?

—Era una antigua... una qué yo le solía cantar a Vladimir, a Dracelus y a Emilia cuándo eran niños — Respondió ella —.Mí madre me la solía cantar también cuándo yo era una niña, se puede decir qué ha estado en la familia por generaciones, jamás pensé qué algún día llegaría a cantarles esa canción a mis nietos y a mí sobrino, me siento realmente feliz por tenerlos a todos ustedes conmigo ahora.

—Lo mismo podemos decirte, abuela — Dijo Scorpius —.Estamos felices por estar contigo.

—Scorpius tiene la razón — Dijo Aurora —.Nos alegra demasiado el poder conocerte al fin, esperemos tenerte mucho tiempo más con nosotros.

—Les juro qué así será mí niña hermosa — Respondió Charlotte mientras veía a ambos —.Estaré con cada uno de ustedes por mucho tiempo, incluso me aseguraré de estar para sus hijos, apuesto qué serán hermosos.

—Abue... creo qué es demasiado pronto para eso — Responde Aurora nerviosa.

—Yo creo qué no falta mucho, querida, en especial para ustedes dos, Bastián y Aurora.

Honestamente yo no me veo cómo papá.

No digo qué no quiera, pero aún no me veo siendo uno.

—Abue... ¿Puedes seguir cantando? — Le dice Aura —.Queremos seguir escuchando.

—Nosotros también — La voz de Emilia sonó en el lugar, volteamos hacia la izquierda y vemos a la vampiro viniendo hacia nosotros junto con sus hermanos y Daren.

Ellos cuatro llegan y los hermanos Drácula observan a su madre con una sonrisa.

—Ha pasado demasiado tiempo desdé qué escuchamos esa canción por última vez, queremos volver a hacerlo — Dijo Dracelus.

—Bien, lo qué mis consentidos y consentidas me pidan — Dijo la esposa del Conde Drácula.

Charlotte aclaro su garganta y después comenzó a cantar de nuevo aquella hermosa canción de hace un momento.

Era una canción hermosa, no tenía otra palabra para describirla en estos momentos más qué esa... hermosa.

La voz de la abuela definitivamente es la de un ángel, su voz me hace sentir en paz.

El Heredero De Drácula: Capitulo Final Donde viven las historias. Descúbrelo ahora