𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 62

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—La bruja Kedward, Cordelia — Erzsébet miró con despreció a la bruja —.Dios santo, eres tan parecida a esa perra de Fiona qué me dan ganas de matarte ahora mismo.

—Vamos, madre no puedes matarla, Cordelia aún me es de utilidad.

—¿Qué quieres decir? — El Dragón me miró confundido —.¿Para qué más la quieres?

—El momento de la batalla contra los Tepes está demasiado cerca, para poder enfrentarlos, necesito un ejercito, un ejercito digno de mí — Conteste —.Quiero híbridos.

—¿Híbridos?

—Así es Dragón, me queda claro qué Cordelia no sabe la clase de hechizo qué se necesita para crearlos, es por eso qué necesito qué traiga de la muerte a cierta bruja coreana qué sí es capaz, Ha-Neul, la bruja qué ayudo a Vlad en el pasado, la quiero a ella, y Cordelia la va a revivir — Le dije —.Claro qué yo podría hacerlo con el don de resurrección pero eso me dejaría débil y eso no lo quiero, los ángeles tienen límites, no pueden traer a alguien de regreso a la vida sin qué Dios acceda, Lucifer y Metatrón no podrán, pero la magia simple sí, y Cordelia lo hará ahora mismo.

—Yo no tengo el poder necesario para revivir a alguien, son hechizos avanzados, alteran demasiado el mundo y lo sabes bien— Dijo la bruja —.Para eso necesitaría demasiado poder, poder qué ya te dije qué no tengo.

—Pues lo vas a conseguir, las brujas toman poder de la naturaleza, de ahí tendrás el poder suficiente para revivir a la bruja.

—No es fácil, y menos cuándo se trata de un hechizo de restricción, la misma naturaleza me negara su poder.

—Está bruja es una inútil, con gusto podré arrancarle la garganta — Dijo la condesa.

—Espera madre... se me acaba de ocurrir algo — Comenté —.Sí la naturaleza te va a negar su poder, entonces conseguiremos una fuente qué no sea ella.

—¿Qué quieres decir? — Cuestionó Cordelia.

—Una vez sacaste poder de mí padre Kai para abrir un portal al Inframundo, ¿Lo recuerdas?, era magia angelical la qué tomaste de él, pues en está ocasión vas a hacer el mismo hechizo para arrebatarle un poco de su poder a un ángel, la magia angelical te dará el poder suficiente para poder hacer el hechizo de resurrección, y tengo al ángel indicado para ello... Lucifer.

—¿El diablo?, dudo qué quiera darte su poder, ya te ha dado la espalda — Dijo el dragón —.¿Cómo piensas traerlo?

—No hace falta... la sangre de Lucifer está llena de magia angelical, así es en todos los ángeles, ¿Por qué crees qué un vampiro se hace muy poderoso cuándo toma sangre de un ángel?, por qué se llena temporalmente de magia angelical — Conteste —.Nos bastará con una sola gota de su sangre para qué Cordelia haga el hechizo, yo la voy a conseguir, no será problema — Me levanté de mí trono para dar vuelta y observar por la ventana cómo el sol se asomaba en el horizonte —Un nuevo día ha comenzado ya, y con él un nuevo plan, iré por la sangre de Lucifer ahora mismo.

—¿De día?, ¿Cuándo hay más movimiento en el palacio?

—¿Acaso importa? — Voltee hacia el Dragón —.Ya demostré qué no tengo rival alguno, no pasará nada, conseguiré la sangre fácilmente — Desvíe mí mirada hacía mí madre —¿Vienes conmigo?, estoy seguro de a Mircea le gustará tanto verte de nuevo.

—Será todo un placer, él y yo aún tenemos muchas cosas de las qué hablar.

—Pues bien, entonces vámonos, no hay tiempo qué perder — Le dije —.Drágon hazte cargo de nuestra invitada mágica, cuida qué no haga tonterías... Masquerade y Darcel se quedarán contigo para ayudarte en caso de qué a Cordelia le entre la valentía de heroína y quiera hacer algo para advertirle a sus amigos sobre nosotros.

—No te preocupes, sí intenta algo, la drenare hasta dejarla cómo un cascarón vacío — Respondió el vampiro mientras veía a la bruja.

—Nos vamos — Avance hacia la salida, Cordelia va hacia mí y me toma de uno de los brazos para hacer qué volteara hacia ella.

—Ya basta... Bastián, no hagas más cosas de las qué te puedes llegar a arrepentir, ya has matado suficiente, has herido suficiente, ¿No lo crees?, sí lo sigues haciendo entonces la soledad te consumirá.

—¿Sigues con eso?, ya te dije qué la soledad no me importa en lo absoluto.

—Yo creo qué sí, sé qué te darás cuenta qué la soledad no será agradable y harás algo qué te complemente de nuevo, no querrás sentirla más.

—No pasará eso, así qué deja de preocuparte por mí.

—No puedo, por qué aún eres mí amigo.

—Ya no lo soy, Cordelia date cuenta de qué el Bastián al qué conociste, murió.

—Yo sé qué no es cierto.

—¿Y por qué estás tan segura de ello, bruja?

—Lo veo en tus ojos, sé qué Bastián... el verdadero Bastián está ahí adentro, luchando día tras día por salir, sé bien qué al final él logrará salir y entonces le pondrá fin a toda está locura, tengo fé de qué así será.

—Pues tú fé, Cordelia, es una mierda, no pasará nada eso, y te lo puedo asegurar — Dije demasiado serio —.Bastián ya no existe más... solamente el Conde Drácula, el alfa de todo en esté mundo, un villano, un loco asesino qué no se detendrá hasta hacer qué todos los qué lo lastimaron paguen con lágrimas y sangre por lo qué le hicieron —Hago qué la bruja me suelte —Mete eso en tú maldita cabeza de bruja, Cordelia Kedward — Me aleje y comencé a cambiar hacia la salida de la sala del trono junto con mí madre.

Ambos salimos y comenzamos a ir hacia la salida.

La soledad... el peor castigo del mundo según todos.

Es peor qué la misma muerte según todos los humanos.

—¿Las palabras de la bruja te pusieron a pensar? — Pregunta la condesa sangrienta —.¿Le temes a la soledad, Akos?

—¿A la soledad? — Ella asintió —.No...

—¿Seguro?

—Dije qué no le tengo miedo, y si me sigues molestando madre... te voy a regresar al ataúd de dónde te saque, así qué has silencio.

Yo no le temo a nada... soy el Conde Drácula.

El Conde Drácula no le tiene miedo a la soledad...

No lo tiene...

Jamás.

El Heredero De Drácula: Capitulo Final Donde viven las historias. Descúbrelo ahora