TW. Derek Hale I

122 1 0
                                    

Aviso: Escenas de abuso sexual, violencia física, consumo de drogas y muerte.
No es romántico.

Situado entre el final de la primera temporada y la segunda.

Hartazgo.

Escuchó el ruido del auto acercarse. Estaba más que desarreglada. Se levanto de su cama y corrió al baño. Por suerte era un buen horario para la ducha, era la excusa perfecta. El auto ya había dejado de sonar, ahora solo escuchaba las dos voces masculinas hablando de lacrosse. Iba desvistiéndose lo mas rápido que podía.

- ¡Mierda!- se dijo a sí misma cuando recordó que debía prender la ducha.

Debía parecer que ya estaba allí, a punto de salir. Ya completamente desnuda entro a la ducha. Se acerco a la pequeña ventana. Vio hacia afuera. El estaba ahí, en el porche. Cuando la vio Jacob sonrió de costado y le guiño el ojo. Se separo rápido de la ventana. Sentía sus entrañas revolverse, crujir. Comenzó a frotarse el jabón con furia, mientras lloraba de antemano. No pudo evitar vomitar. Una vez que lo hizo, paro de llorar y volvió a pasarse el jabón por su cuerpo, sintiéndose aun mas sucia que cuando estaba en su habitación. Sabía lo que venia, y aunque estaba acostumbrada, no significaba que era mas soportable. Cada vez era peor, mas asqueroso, mas doloroso.

Escuchó la puerta abrirse. Respiro hondo y se preparo mentalmente para la mierda que venía.

🌕🌕🌕

La chica se encontraba apoyada en la reja de un callejón. Veía a un chico caminar. Se sentía nerviosa ya que era la primera vez que haría esto. Nunca lo había pensado como una opción, pero ya estaba demasiado desesperada. Ya no le quedaba nada más que hacer. De alguna forma u otra iba a suceder y esto era su manera de poder evitar parte del sufrimiento. Eligió seguir al chico a la sombra.

- ¿Cuanto?- fue lo único que pudo gesticular.

Se limpio sus manos sudadas en su pollera floreada.

- 40.- le afirmo el chico.

Tenía una voz mas grave de la que esperaba. No creía que pudiera ser un compañero suyo. Quien la ayudo a encontrarlo le había dicho que era un conocido, y solo había asumido que se trataba sobre alguien de la secundaria. Al parecer, se equivocó. Metió su mano en el bolso y sacó el dinero que le debía entregar. Con sus manos temblorosas lo tendió. Cuando lo tomó el chico colocó la bolsa de papel en su mano. Luego, solo se fue, como si nunca hubiera estado allí. La chica seguía mirando al lugar por donde salió caminando replanteándose la situación. Sacudió la cabeza y dejo de pensar.

No hay nada más que hacer, se repetía a si misma.

Cierta parte suya lo creía, más aún al saber que no podría lograr lo que realmente deseaba. No podría hacerlo. No tenía la fortaleza, ni física ni emocional. Metió el paquete en su bolso y comenzó a caminar. Odiaba haber traído sus zapatos con taco, pero era la mejor forma de disimular que se encontraría con su amiga para ir de compras. Cuando en verdad, solo camino por la ciudad todo el día hasta ese entonces.

Ya se encontraba casi a la salida del callejón cuando escuchó su nombre pronunciado por una voz masculina. Se dio vuelta y se encontró con un hombre que dedujo que debía tener cerca de unos treinta. Estaba bastante fornido, como el chico de antes, pero podía distinguir que no era por la ropa que llevaba puesta. Este solo tenía un jean y una remera gris. Tenia rasgos faciales bastante marcados y una mandíbula de igual manera. Tenía una mirada demasiado intensa, sentía que estaba apunto de asesinarla o raptarla. De repente le sonrió con sus labios cerrados. Ya no se veía aterrador, pero no decía nada.

- ¿Qué quieres?- le preguntó, intentando mantener la voz lo mas firme posible.

- Ofrecerte algo. Para que no tengas que usar eso que guardaste en tu bolso.- la chica se sorprendió.

Ahora si estaba asustada. El corazón le latía a mil.

- Una solución permanente.- continuó.- ¿Y si yo te dijera que todos tus problemas podrían desaparecer? Las noches de insomnio, el sentimiento de impotencia, y él. Jacob.

Un escalofrío recorrió su espalda. No podía saber eso, era imposible.

- ¿Y si te dijera que no solo desaparecerían sino que todo lo demás mejoraría?

🌕🌕🌕

- ¿Entonces, me estas diciendo que los hombres lobos existen?- dijo la chica entre risas.

- Si, Radella. Existen, y yo soy uno de ellos.

La chica no pudo evitar estallar a carcajadas. Estaba loco. Solo debía seguirle la corriente para poder irse de allí y no morir.

- Bien, demuéstralo.

Su sonrisa se esfumó en cuanto lo vio. Sus ojos se volvieron de un rojo brillante, le crecía vello sobre su cara y sus uñas se convertían en garras. Gritó con todas sus fuerzas e intento salir corriendo, pero el fue más rápido y la tomó de atrás, tapándole la boca. Ella veía como se iban alejando del callejon, adentrandose en un lugar de chapa y metal. No podía escaparse aunque lo intentaba con todas sus fuerzas. El señor parecía tener una fuerza sobrenatural, como él dijo, pero en verdad solo debía ser entrenamiento. La siguió cargando escaleras abajo hasta que pudo divisar una parte de un tren, barriles, maderas y cosas varias por todos lados. La estaba llevando a un lugar abandonado.

- Si dejas de intentar irte te voy a soltar.- le afirmo el hombre.- No quiero hacerte daño. Quiero ofrecerte una solución.

🌕🌕🌕

Hombres Lobo. Luna llena. Cazadorxs. Venganza. Alfas betas y omegas. Todo era un mundo nuevo. Radella no podía creer que todo esto había estado pasando ante sus ojos y nunca haberlo visto. Había un chico en la secundaria que era un hombre lobo, Scott McCall. Había tenido contacto con él, y sí le resultaba extraño, pero le sorprendía que esta fuera la razón.

- Lydia fue mordida.- le dijo ella al recordarlo.- ¿Se convertirá en una mujer lobo?

- Es probable.- respondió sin darle mucha importancia.- Ahora debes tomar la decisión.

- Sí.- vocifero decidida.

Estaba harta. De Jacob. De Terry. De los repetidos abusos. De las repetidas violaciones. De las repetidas frases desubicadas por parte del adulto. De las repetidas veces que no ha podido hacer nada con todo eso. De las repetidas veces que se sintió inútil, impotente, sin poder ni valor. De toda la mierda que la rodeaba. De absolutamente todo.

- Tu nombre.- le exigió al verlo acercarse.

- Derek Hale.- le respondió antes de volver a hacer brillar sus ojos de ese rojo intenso.

Se acercó y le tomó el brazo. Ella inspiró aire y sintió como sus dientes se encarnaban en su piel. Gritó de dolor, sintiendo que iba a desvanecerse, pero no paso. Seguía allí. Se miró el brazo y tenía una marca de la dentadura de Derek en su brazo, de la cual emanaba sangre. Estaba hecho. Era una mujer lobo.

ONE SHOTS | Multifandom🌸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora