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THOMAS

Después de un largo camino hasta las afueras de Birmingham, llegamos a la mansión Shelby, lo que fue mi casa cuando estaba con Grace, me trae muchos recuerdos, pero me ha gustado volver con la mujer que amo. 

Si Grace conociera a Chiara seguro serían amigas, aunque hay veces que miro al cielo y le pregunto si fue ella quien me envió a tremenda belleza, y estoy seguro de que sí.

Miro a Chiara que tiene ese brillo característico en los ojos, ella está asombrada al ver la casa, pero su cara no muestra ese asombro solo sus ojos, el espejo del mundo, de mi mundo. 

Quiero enseñarle todo pero especialmente lo que me hace feliz de aquí, los caballos y yeguas, una de mis pasiones, esos animales, hermosos, elegantes, fieles y cariñosos. 

—¿Qué te parece?— rompo el silencio. Ella me mira con una sonrisa y a mí me mata de ternura.

—Es preciosa, Tommy— Ay.. me enamora. Entramos y dejamos el coche en frente de la puerta de entrada, la ayudo a bajar, ella se queda mirando la entrada.

—Ven, entremos antes de que se ponga a llover— tomo su mano y le voy haciendo un recorrido por la planta baja, cuando subimos las escaleras ella se para en frente del cuadro de Grace.

—Ella es Grace— nunca le he dicho quién era pero sé que los Changretta la mataron pero ella se muestra triste.— Hemos hecho tantas cosas horribles— me mira— Lo siento por su muerte, fue un capricho de mi hermano— yo sonrío y le doy un beso en la mejilla.

—Y yo siento haber matado a tu padre— ella asiente— Supongo que el destino no quería que Grace fuera mi compañera de vida— me encojo de hombros— igual estaba esperando a otra mujer, una italiana, morena, hermosa— me sonríe.

—Puede ser, yo estaba esperando a un británico, de ojos azules, jefe de su mafia e increíblemente sexy— tomo su mano y subo a mi habitación para besarla, no lo iba a hacer en el cuadro de Grace pero aquí, en la habitación, sí. 

—Me encanta tu forma de ser— ella toma mi cara con sus manos y yo paso mis manos por su cintura, acercándola a mí.

—Quiero hacerte mía en este momento—le susurro cerca de sus labios y puedo notar como su cuerpo se pone nervioso ante ese comentario— quiero quitarte esa ropa que me llevas y tumbarte en esa cama y escucharte gemir— la sigo provocando.

—Nada te impide que lo hagas— me susurra ella y eso me enciende de placer así que empiezo a besarla y de mientras quitando su sexy ropa.

—No sabes las ganas que tengo de hacerte esto— quito su parte de arriba y me espero al sujetador, ella de mientras quita mi camisa y todos los complementos que llevo, sus manos tocan mi pecho y se siente muy bien.

Quito su pantalón dejando a la vista una lencería preciosa, levanto mi mirada a ella y está un poco sonrojada, la he visto con menos ropa así que no me preocupa.

—Nunca te avergüences de tu cuerpo, porque es perfecto— le digo acercándome a ella. Ella asiente y me desabrocha el pantalón y baja mi bóxer dejando a la vista mi erección. — Ahora voy a hacerte mía— la acuesto en la cama y le quito la ropa interior que le quedaba— ves, nada de lo que avergonzarte. 

Ella se sonroja igual y yo toco sus pechos que quedan perfectos en mis manos. Ella me mira y su mirada me dice a gritos que meta mi miembro dentro de ella. Y así lo hago, cuando menos se lo espera entro mi miembro en su parte inferior, soltando ella un gemido cuando lo nota.

[...]

Ya era por la tarde, y después de ese maravilloso sexo con la mujer que más amo decidí enseñarle los caballos y yeguas. 

—¿Qué me quieres enseñar?— me dice ella con un tono tranquilo

—Mi verdadera pasión— le digo mientras la miro y ella asiente feliz

Una vez llegamos al establo le presento a mi mejor caballo Monaghan Boy, el caballo no le suele caer bien todo el mundo, incluso me atrevería a decir que solo le caigo bien yo, pero ahora que Chiara lo empieza a acariciar parece que ya son dos los que le agradamos.

—Es muy suave— dice ella mirándome y yo solo los miro mientras fumo— Eres un buen chico Monaghan— ella le habla y el caballo está feliz ya que su cola no muestra lo contrario.

En un cubo hay comida como verduras, zanahorias y manzanas y ella toma una y se la da sin miedo. El caballo come la manzana tranquilamente y cuando le da la segunda ella sale de dónde está el caballo y me mira.

—Pensaba que los caballos eran más peligrosos, pero tú caballo es amable. Se parece al dueño— la miro cuando dice lo del final y ella me guiña el ojo y yo sonrío.

—¿Qué te parece si vamos a tomar un poco de té o comer algo, es tarde y cada vez está más nublado.—ella mira afuera y asiente tomando mi mano y entrelazando sus dedos con los míos.— Los caballos por lo general son peligrosos, una patada trasera de ellos y pueden enviarte al otro mundo, así que primero cuando veas un caballo, fíjate en los movimientos de la cola, yo lo suelo comparar de una forma errónea con el movimiento de los gatos con su cola. Si sabes uno sabrás cuando tocar o no a un caballo.

Ella asiente mientras caminamos hasta la mansión, está noche nos quedaremos aquí, es un lugar seguro. Aunque intente proteger a Chiara se que ella sabe defenderse a la perfección, ¿Me gustaría verla en acción?, Sí, no os voy a mentir, pero para verla en acción tiene que suceder algo malo, entonces, y solo entonces la podré ver en su máximo potencial. Ella es una chica que entrena, y no lo digo yo porque me guste sino porque se nota en la forma del cuerpo.

Ella está mirando al frente, como yo. Está concentrada pensando, porque cuando me giro a mirarla ella no se da cuenta, no pasa nada, solo que me gustaría saber qué es lo que pasa por esa cabeza tan inteligente que tiene.

⏸️TENTACIÓN ITALIANA// THOMAS SHELBYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora