FATBOY

Dos

Todo estaba en total silencio, era extraño seguir aquí, todos los adolescentes gritones y molestos estaban fuera, seguramente descansando en casa tanto como él quisiera, pero aquí esta, caminando a los baños de la escuela con unas insoportables ganas de orinar, no debió beber tanta agua en el entrenamiento.

A pasos rápidos entró sin importarle nada y se vacío en los orinales soltando un suspiro de alivio y cierto placer, sus ojos se mantenían cerrados disfrutando de liberar todo el líquido hasta que un llanto se escuchó cerca, uno de sus ojos se abrió inspeccionando su alrededor.

Comenzaba a asustarle el hecho de todas las leyendas de la escuela; asesinatos en los baños, cementerios y una barbaridad de locuras contadas por sus compañeros, de escucharlas era patético, pero cuestionarlo estando a solas en la escuela era más dudable.

Término de orinar y acomodó sus pantalones, caminó hasta el lavabo donde se encontraba un chico sufriendo en silencio, el corazón de Harry se estrujó un poco y caminó con más lentitud, Louis se percató de su presencia y limpio sus lágrimas.

— Hola —Murmuró el rizado, Louis se sonrojo mirando a otro lado

— Oops, lo siento —Balbuceó.

— ¿Porque lloras? Vas a inundar el baño —Se cruzó de brazos volviendo a su postura de idiota arrogante, el castaño lo miró con fastidio y puso sus ojos en blanco.

— Sospecho que me ganaste con todo eso que orinaste, tonto.

— Agh, no me preocuparé por tus estupideces de emo —Dio media vuelta para marcharse.

— Odio mi vida —Murmuró el castaño por fin.

— ¿Por qué? —Harry se giró a verlo de nuevo.

— Porque no es justo, soy gordo, soy feo, criticado sin justificación lógica, mi madre me dice que no es así pero no le creo, no tengo un padre, no tengo una vida llena de amigos, no puedo asistir a fiestas porque creerán que soy la piñata..¿Por qué los demás son tan perfectos? ¿Por qué no puedo serlo? —Apuñó sus manos con su rostro rojo, Harry suspiró mordiendo su labio con pena, sintiendo empatía por su compañero.

— Louis, nunca serás perfecto ante los ojos de nadie si tus ojos no ven lo perfecto que eres primero, no le digas a nadie que dije esta estupidez —Sus mejillas tomaron un ligero color carmín, Louis sonrió mirándole y asintió limpiando su cara.

— ¿Como hago eso?

— Debes amarte a ti mismo, amar tu cuerpo, para eso debes cuidarlo,  no lo sé tal vez deberías comer más saludable, pareces un teletubbie gay —Rodó los ojos con los brazos sobre su pecho.

— ¿Ahora me juzgaras por ser gay? Es irónico porque tu también lo eres, miras a todos los de tu equipo como si fuesen dioses griegos.

— Cállate ya, deberíamos estar limpiando para irme a casa, no soporto respirar el mismo aire que tú —Harry trató de no seguir la conversación, Louis suspiro

— Eso es estúpido.

— No es estúpido, cada que respiras me dejas sin oxígeno para respirar yo —Dio un ligero golpe en la cabeza de Louis y lavó sus manos para salir rumbo a sus deberes.

Louis se quedó pensando por unos segundos en su miserable vida, en todo lo que deseaba y jamás lograría si no cuida su cuerpo, para ello necesitaba un entrenador su cabeza se prendió con una gran idea y corrió hasta Harry, el rizado ya se encontraba en las aulas, Louis llegó más que agitado por correr y se quedó quieto recuperando el aliento, Harry le observó desde la parte trasera del aula y sonrío con diversión, Louis le miró y con su último aliento habló.