Trece

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Tuvo que tomarse unos segundos para procesar todo lo que había sucedido, las voces alrededor se escuchaban demasiado lejanas teniendo tan cerca los ojos verdes de su amado chico de rulos, las últimas palabras de aquella hermosa canción sonaron como un coro angelical en su cabeza, solo estaban ellos dos en un hermoso paraíso primaveral de flores artificiales.

Harry apartó su guitarra mientras tomaba ambas manos de Louis sin apartar su mirada, tenia demasiado miedo de soltarlo, su corazón se encogió al ver caer las primeras lágrimas en las mejillas de su hermoso chico, odiaba cuando el océano se desbordaba de esa manera, pero el verde de sus ojos como la madre naturaleza era quien lo provocaba.

— Se que nunca habrá palabras suficientes para disculparme por lo que te hice vivir, Louis, por sacar a flote tus inseguridades y comportarme como un verdadero idiota, me arrepiento cada día, cada maldita hora que no tengo tu precioso rostro cerca de mi, aún guardo con recelo la nota que dejaste para mi en mi cumpleaños, aquella donde dices que querías que perdiera mi miedo a cantar en público así que lo enfrenté, pero pude hacerlo porque estabas aquí y porque eres lo más importante para mi, me enamoré de ti perdidamente, Louis Tomlinson —Algunos suspiros y murmullos entre los presentes hicieron a Louis reaccionar sintiéndose ligeramente incómodo — Podemos ir a otro lugar si deseas hablar

Louis buscó entre todas las miradas a su mejor amigo, cuando lo encontró pudo ver una sonrisa en su rostro así que se sintió más tranquilo, Niall asintió en su dirección y Louis suspiró mirando de nuevo a Harry para ponerse de pie. Prefirió no mirar a nadie más mientras caminaba fuera del gimnasio seguido por Harry, una vez que estuvieron alejados la música comenzó a sonar de nuevo, caminaron en silencio hacia ningún rumbo pero ambos con el mismo pensamiento terminaron en el campo de entrenamiento.

— Aún recuerdo cuando apareciste aquí con tus lindas lycras y tu bandana, siempre me han gustado tus bandanas —Metió las manos a los bolsillos de su pantalón mientras soltaba un suspiro.

Louis no se había detenido a mirarlo, el rizado llevaba el cabello más corto y un hermoso traje rosa, sus hombros estaban más anchos al igual que sus muslos, definitivamente estaba haciendo mucho más ejercicio, se sonrojó de inmediato ante el pensamiento de sus fuertes músculos rodeando su cuerpo y desvió la mirada al campo de nuevo.

— Harry —Las palabras no podían salir de su boca y de cierta manera agradecía las interrupciones del rizado.

— No te voy a obligar a decir nada que no quieras y puedes insultarme si así lo deseas, antes amabas hacerlo —Sonrió levemente con una chispa de pena en sus ojos.

— Harry yo no te mandé ninguna nota en tu cumpleaños —Murmuró por fin mientras recordaba aquella nota que escribió pero no se atrevió a enviar.

— Pe-Pero es tu letra, Lou —Murmuró incrédulo y entonces Louis lo entendió enrojeciendo hasta los talones.

— Fue mi madre, ella lo hizo —Suspiró mirando sus pies. — Pero yo la escribí, solo no me atreví a dártela.

— Pues debo agradecerle a tu madre entonces —Sonrió levemente buscando su mirada, Louis no se la dió.

— ¿De verdad te enamoraste de mi? —Murmuró pateando suavemente el césped.

— Perdidamente, Te amo, Lou y cada día sin ti me doy cuenta que te amo más y más —Confesó con sinceridad, los ojos del castaño se cristalizaron.

— Te creo, por alguna razón siempre te voy a creer aunque me mientas y es porque también te amo —Soltó un sollozo sin poder evitarlo y cubrió su rostro con vergüenza.

Harry acarició su espalda consolándolo sin saber si era correcto abrazarlo pero aún así lo hizo, lo atrajo a su pecho con fuerza, el castaño no pudo rechazarlo y se ocultó en su pecho a llorar por algunos minutos, no quería alejarse, no quería olvidar jamás el dulce aroma que tanto extrañaba.

FATBOYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora