Un chico sin un testículo

Capítulo 3: ¡Mamá, puedo volar!

Los pongo en contexto:

Mi madre llorando y yo llorando con ella.

Hola perritas, ¿Cómo han dormido estos días? Espero que bien y que estén emocionalmente preparados para este pequeño e intrépido viaje de rameras por el mundo de un chico sin un testículo. Anoche estaba pensando en empezar mi propio podcast pero no me puedo dar el lujos de que mi crush piense que soy un loco sin razón de ser.  

Me he pasado todo el día pensando en como mierda les voy a seguir contando esto sin deprimirme, mi vida ha sido un problema todo el tiempo y leyendo los capítulo anteriores me he dado cuenta de dos cosas: Soy jodidamente divertido y quién coño me va a tomar en serio si yo no lo hago.

Si eres el típico gay que le gusta todo este drama quiero que seas sincero y me cuentes cómo hiciste que tu mamá no llorara cuando le confesaste que eras Hannah Montana. ¿No lloró? Claro que lo hizo y tú lloraste con ella, como una chiva. 

¡Awwwww! Que emotivo momento en el que hablaron de la penetración con protección y que te quiere a pesar de todo pero le duele que no le vayas a dar nietos y que la gente hablará a tus espaldas.

Mi madre lloró y yo almorzaba mientras veía algo y escuchaba sus lamentos.

Les cuento.

Érase una vez, mi madre a la que llamaremos Princesa Diana, vivía en armonía en su palacio de dos cuartos y un trabajo de medio tiempo, con su adolescente hijo Jorge Junior y con el malvado padrastro ¨El asqueroso¨. Diana, sumergida en la brujería de sus tiempos y lista para prosperar e irse del país, visitaba mucho a su gran amigo, el santero de la esquina al que llamaremos ¨su fucking hada madrina¨. Jorge Junior -que conocía al hada madrina de su madre porque era vecino de su ex mejor amiga a la que llamaremos ¨Ex amiga que ya no es amiga por razones equis (EAQYNEAPRE)¨- supo que aquel hada madrina de pelito en pecho comenzó a preguntar sobre su sexualidad a EAQYNEAPRE que fue con el chisme a JJ y bueno...resulta ser que la princesa Diana le preguntó al hada madrina para que le preguntara a los del más allá si a Jorge Junior le gustaba el pito.

Si leyeron el párrafo anterior y no entendieron nada les hago un resumen práctico: Mi mamá fue a un santero para saber si yo era marica o no. Me los imagino a ustedes en plan: ¿Qué dices Jorge Junior? Te falta un huevo y encima te pasan esas cosas. Te las inventas todas, que dicharachero. 

PUES NO, MI CIELO.

En la vida normal de un chico que está destinado a tener su propio show en Netflix suceden estas cosas.

Y yo, muy cool y todo, senté a mi madre cerca de mi mientras almorzaba y le pregunté si quería saber de mi sexualidad y bueno, ahí comenzó a llorar. Tanto dinero gastado en santero cuando pudo ir hacia mi y preguntarme sin problema. Definitivamente nuestros padres no tienen la misma valentía que tendremos en el futuro cuando nos acerquemos a nuestros hijos y les preguntemos si son ¨no binarios transdigitales¨ o ¨plutónicos (de Plutón) bisexuales¨.

Mamá, ¡Puedo volar! Y IDGF.

Y bueno, eso es todo amigos.

¡Que no tontos! No es todo, ahora toca hablar de un tema importantísimo. 

¨La virginidad de aquel huevo solo en el escroto¨

No era ya tan virgen porque había estado con una chica pero eso no cuenta, definitivamente no. Y si estas leyendo esto que sepas que fuiste muy especial para mi y que me encantó tu shampoo, pero amiga, tu órgano genital femenino fue solo algo decorativo en mi vida sexual, como un cuadro, de tu vagina.

Todos dicen que sus primeras veces fueron una porquería, que dolió, que no hubo semen, que lloraron, que los descubrieron, que nadie escupió a nadie, que no hubo sado, ni fisting ni nada de lo que estamos acostumbrados a ver en los videos XXX y sí amigos, mi primera vez fue una real mierda de caballo. A pesar de que esperaba tranquilamente a mi príncipe azul marcado por el gym sabía que en el fondo, mi príncipe azul marcado por el gym estaría buscando viejitos para salir del país. Y aunque uno no se desespera por el sexo, llega un momento en tu vida en el que sabes que deberían zarandearte el ano y apareció Rubén, y se desapareció con la misma.

Esto se describe en una línea: besos, felación, dos embestidas, eyaculación. Es que suena hasta como una canción de Ariana Grande. 

Ni siquiera se enteró de que fue mi primera vez, no me vio el testículo, faltaba el otro.

En realidad no esperaba algo mágico, quería su mirada sobre mi y un sutil: 

ÉL: Yo estoy pa'meterte fuego. 

YO: Que la varilla se jorobe pero que nunca se parta. 

ÉL: Yo estoy pa' meterte el huevo. 

YO: Tú estás pa' secuestro

Pero no sucedió, nada de eso, parecía más dos nutrias apareándose que uno de esos videos pornos donde hay saliva, fluidos y gang bang. Pero ya lo decían los filósofos que más saben, LA PIEZA NO ES CUALQUIERA.

¡Mamá, puedo volar! Pero me gusta suave, lento, contra el pavimento.

Después de aquel mal momento, corrí llorando hacia el baño como una princesa disney violada y me lance en la bañera y restregué mi cuerpo con asco mientras en mi cabeza sonaba una triste canción de Adele donde no podia poner el fuego en la lluvia y estaba rodando en lo profundo, alguna de esas mierdas.
No me gustó, pero nada. Entonces, no me gustaba el pito ni la vagina...¿QUE COÑO TE GUSTABA JORGE JUNIOR?

Esa fue la última vez que lo vi, el me usó y me desechó pero no me importanta, estaba traumatizado.

Cariño, si estas leyendo esto, quiero que sepas que no fue la peor experiencia, hubo otra peor pero mejor les digo después.

Mamá, podía volar tanto que me enamoré unas cuantas veces, treinta y cuatro veces para ser exacto. Eran amores de adolescencia que me hacían perder la cabeza.

Estamos de acuerdo en algo, cachorros, mi primera vez fue jodidamente mala. Pero algo sé con certeza y es que no terminé embarazado como muchas vírgenes María.

XOXO, PERRAS (No había jagger para bajarme el blumer, hubiese ayudado)