En el que dos chicas más de clase 1A piden pizza.
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Izuku frunció el ceño, concentrándose lo más que pudo mientras estaba de pie en su lugar. Invocó a One-For-All, permitiendo que su poder se filtrara en él hasta que llegó a cierto punto. Luego, trató de contener ese pequeño goteo, sin dejar que disminuyera como lo haría normalmente después de usar One-For-All para un ataque devastador.
Se necesitó mucha concentración y fuerza de voluntad para controlar la corriente, ya que era como tratar de permitir que una pequeña cantidad de agua pasara a través de una presa mientras se aseguraba de que el río detrás de las puertas de la presa que estaba manteniendo abiertas por una grieta no se desbordara. y abrumarlo. Los resultados serían romper los huesos, por decir lo menos.
Izuku respiró hondo y permitió que la corriente pasara, acumulando una pequeña cantidad de poder antes de cerrar la presa dentro de él con gran esfuerzo. Una vez que la presa estuvo sellada, gruñó pesadamente por el esfuerzo, abrió los ojos y se desplomó hacia atrás sobre su cama, jadeando como si acabara de correr una maratón. Miró su reloj y notó que ya era hora de dormir, por lo que cerró los ojos y permitió que el sueño viniera a él, quedándose dormido casi al instante.
Se despertó con la sensación fugaz de que estaba olvidando algo, pero toda búsqueda de ese conocimiento fue detenida por la sensación de una sensación cálida y húmeda en la entrepierna. Parecía que alguien había decidido sorprenderlo con una mamada de despertador, pero ¿quién? No había ido a ver a ninguna de sus novias, ni les había dado llave. Dudaba mucho que Nemuri usara su acceso de maestra solo para entrar a su habitación.
Izuku abrió los ojos lentamente, parpadeando para quitarles el sueño mientras el placer que sentía aumentaba. Quienquiera que le estuviera dando sexo oral era realmente hábil. Eran lentos y metódicos con sus movimientos, casi amorosos y gentiles con sus labios y lengua, nunca lo suficientemente rápidos como para hacerlo llegar al clímax antes de que quisieran, pero nunca lo suficientemente lentos como para que el acto no fuera placentero.
"¿Qué...?" gimió, sentándose y recuperando su orientación. Se miró la entrepierna, sin tener la oportunidad adecuada de ver quién era antes de echar la cabeza hacia atrás, respirando con mucha dificultad y rapidez. Gruñó como un animal, la capacidad de hablar se perdió en los sentimientos de placer carnal que estaba sintiendo. Empezó a chocar contra el misterioso practicante de la felación, ganándose lo que parecía una risa ahogada alrededor de su polla antes de continuar, acelerando un poco el ritmo.
Izuku volvió a girar la cabeza hacia esta cama, sin saber ni importarle quién era esta persona en este momento. Se agachó y agarró su cabeza, metiéndose completamente en su boca mientras su clímax se acercaba rápidamente. El amante misterioso lo tomó como un profesional, aparentemente teniendo poco o ningún reflejo nauseoso. Aflojaron la garganta y dejaron que la polla de Izuku fuera más profunda, sin siquiera estremecerse una vez mientras golpeaba su garganta, sus bolas golpeaban contra su barbilla.
El repentino despertar de la felación y la técnica de la persona fue demasiado para él. Especialmente cuando lamían las bolas mientras tenían la garganta completamente llena de su miembro. Golpeó su cadera contra sus labios, forzando su nariz contra su hueso púbico mientras inundaba su garganta con cuerdas de su esencia. Sus labios formaron un sello de vacío, evitando que su semen escapara cuando él se echó hacia atrás, se sentó de nuevo en la cama y finalmente pudo ver bien su rostro.
Ellos, más bien, parecía ser una mujer de mediana edad un poco mayor que Nemuri, con cabello negro recogido en una cola de caballo y ojos grises. Era de piel clara y bien formada, con un lunar debajo del labio inferior, centrado a la derecha. Sus ojos eran agudos e inteligentes, y sonrió antes de parpadear como una imagen de televisión desenfocada y desaparecer.
