27| Henry

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—Que nunca hayas visto uno no significa que no exista

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Que nunca hayas visto uno no significa que no exista.

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Negué con la cabeza, John me abrazo por los hombros y lo miré de reojo.

—Perdónalo, mamá, sabes que él es así.

—Pues tú eres igual y lo ayudaste John, tú también eres parte de esta locura —sonrió nervioso y dejo de abrazarme.

—Mis manos están limpias —observó sus manos —Figurativamente.

—Eres sin duda igual a tu padre —suspire y un pequeño golpe hizo que mire donde estaba Jack, su pierna se había enrollado en la cuerda siendo jalado con el cofre.

—¡Atrápenlo! ¡No lo dejen escapar!

—Idiota —murmuré y observé a John —¿Aún quieres ser pirata? Digo... mira a tu padre, él es uno y no quiero que tú-

—Mamá ya hablamos de esto, a mí me gusta el mar, adoro las aventuras.

—Lo sé cariño, pero no es necesario que seas un pirata, puedes ser como tu tío Joseph o como tu tío Becher, él navega y tiene un gran futuro, no serías persegui-

—Mamá, lo intenté, estuve navegando con el tío Becher 3 meses, es diferente, no me gusta. Me siento atrapado ahí —suspiré, ¿Como decirle que no sea un pirata? —Quiero libertad, y no seré como mi padre, seré mejor —sonreí levemente, ya no puedo hacer que cambie de opinión.

Era un caso perdido, y le echo la culpa a Jack por eso. Desde pequeño siempre le estuvo contando las aventuras del mar, al principio creí que era lindo, pero me empecé a preocupar cuando John comenzaba a mostrar más interés en el oceano.

Le prohibí a Jack que le cuente esas historias, sin embargo, John le preguntaba por más y Jack no podía resistirse al contarle sobre sus aventuras, leyendas, tesoros.

Recuerda que no todos los tesoros son de oro y de plata.

¿En serio?

Por ejemplo, el mejor tesoro que yo encontré fue a tu madre.

Me sonrojé con una diminuta sonrisa al recordar lo que escuche a escondidas, era un idiota, en muchos aspectos, pero lo amaba.

—Mamá, ¿Estás bien? —me miro preocupado —Estás roja —me avergoncé y negué.

—Estoy bien, vamos —empezamos a correr en la dirección que fue Jack, había monedas de oro esparcidas en el camino —¿Ni siquiera cerró la bóveda? —pregunté enojada.

𝐀 𝐓𝐔 𝐋𝐀𝐃𝐎│Jack SparrowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora