zim y el masoquismo

la primera erida

podía evitar que su pulso se acelerara por el hecho de que Dib no emitiera sonido alguno. El humano llevaba unos segundos eternos con toda su atención en aquella mesa de metal repleta de diversos objetos incoherentes entre sí, salvo que ninguno le parecía muy "atractivo" al irken.

El dedo de Dib siguió por encima de alguno de los objetos, llevaba su índice por toda la mesa hasta que, como si hubiera encontrado los planos de Zim, detuvo su dedo y sonrió con malicia.

-Sí, esto estará bien.

Una de sus manos sostenía una botella de vidrio.

-¿Pa...para qué es eso?-Pregunto Zim con desconfianza.

-Antes que nada Zim ¿Alguna vez te han metido algo?

Zim quedo confundido, no sabía a qué se refería ni que respondía ante tan incompleta pregunta, pero prefirió no tardar en responder.

-U-una vez me metí a la boca los waffles que Gir preparó...sabían bien...-Respondió algo cabizbajo e inseguro de su respuesta.

-Pf...Pft...Haha, tomare eso como un "no" haha...y te dije...-Se acercó a Zim con brusquedad.- ¡Que me mires!-Y con su mano vuelta puño dirigido un golpe con fuerza a su cara.

-¡Deja de golpear a Zim! ¡¿Quién te cree que eres?!

El orgullo de Zim no pudo ser retenido por más tiempo.

-Con que con esas estamos ¿eh?

-...-Tragó saliva.

Dib golpeo levemente la botella contra su mano acompañada de una ansiosa y desesperada sonrisa altamente visible.

-Bueno Zim, tu primera vez será con esta botella jaja.

Dicho esto, dib tomo una de las piernas del alíen y la apego bruscamente a la pared dejando expuesta su entrada trasera.

-Al menos si tienes esto ¡jaja! Veamos hasta que tamaño se abre.

Y luego, sin cuidado ni permiso introducido de una sola vez la boquilla entera.

-¡Hola! Ah...ah Ack...- El irken, por la impresión solo pudo soltar unos ahogados jadeos.

-Ja jaja... ¡AHAHAHAHA! ¡Increíble! ¡AHAHAHA!- Dib reía de manera descontrolada.

Y sin dejar tiempo a Zim de siquierarse, comenzó a moverla circularmente y alzaba la mirada a Zim para observar sus reacciones.

-¡Aaaaah! ¡D-duele! ¡POR IRK, DULE!- El pobre alíen era penetrado por una botella, el dolor que aquel cuerpo extraño le provocaba en su entrada era enorme, no podía silenciar esos gritos de dolor.

Los líquidos de Zim caían y en ocasiones entraban a la botella y resbalaban por los bordes de esta.

-¡¿Te gusta Zim?! ¡Dime que se siente que te folle una botella! ¡Ajajaja!

-¡DUELE! POR IRK ¡DUELE DEMASIADO DIB! ¡Aaah!

-¡Di que te gusta Zim! ¡Di que amas tener esta botella en tu culo!

-Ah... ¡NO! ¡Esto no me gusta Dib! Ack ¡Duele tanto! ¡No puedo decirlo!

Dib se molestó y Zim tuvo que sufrir las consecuencias de sus palabras.

-¡Pues lo dirás te gusta o no!

Dib tomo la botella con ambas manos dejando caer la pierna de Zim y con fuerza movió sus brazos hacia arriba metiendo así por completo la botella, más de la mitad estaba dentro del irken el cual, por la impresión levanto las rodillas.

-¡GHAAAA! ¡AAAH!-Incontrolables gritos de dolor.

Aun insatisfecho metió el resto con su palma derecha hasta que la entrada de Zim se contrajo ya que no había nada que obstaculizara su cierre.