✞︎ Mᴏʀᴏᴄʜᴀ : Dᴜᴄᴋᴏ ✞︎
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— Entonces... ¿Ya te sientes mejor? — le preguntaron a Matías.
Después de que el llanto de este hubiera desaparecido totalmente y que su respiración volviera a ser la misma de antes.
— Creo que sí... — Spallatti respondió bajito, sin ver a la cara a ninguno de los adultos que estaban a su alrededor.
Quienes eran el director y el maestro.
— ¿Qué va a pasar ahora? — el morocho preguntó, deseando saber si tendría algún llamado de atención por lo ocurrido o si podría retirarse antes de tiempo.
— Bueno, esa decisión dependerá de cómo te sientas. Porque si aún te sientes un poco mal, podrás irte a tu casa. — le explicaron. — Pero si te sientes capaz de seguir con las clases, puedes quedarte sin ningún problema. — agregó, dejando que Matías pensará un poco las cosas antes de dar una respuesta.
— Quisiera irme a casa, por favor. — aquel pidió, aún con la vista baja y con una actitud derrotada.
— De acuerdo, voy a firmar un permiso para que te dejen salir. — el director habló después de la decisión tomada por Spallatti. — Pero antes de hacer algo, tenemos que informarles a unos de tus padres lo que sucede. — índico y el contrario solo pudo poner mala cara. — Aunque pensándolo bien, me gustaría que uno de ellos viniera a buscarte. — dijo, esperando que el menor le comentará algo, pero este solo se quedó callado. — ¿Tu madre no puede venir por vos?
— No porque su jefe es un pesado. — habló seco, mientras pensaba en una solución a su problema.
— ¿Y qué hay de tu padre? — preguntaron nuevamente. — No, mejor olvida lo que dije, que ya recordé que tu padre no es una persona del todo apta. — agregaron y a Matías le fue inevitable no sentirse ofendido por aquel comentario tan hiriente y de mal gusto.
— Para su información, mi padre ha cambiado mucho últimamente, así que le pido de favor que no vuelva a decir algo malo sobre él. — Spallatti contradijo de inmediato lo que se había dicho.
— Disculpa, no fue mi intención ofenderte a vos o a tu padre. — quien había dicho aquel comentario que molestó a Matías, se disculpó rápidamente, no buscan que sus palabras sean malinterpretadas.
Pero el daño ya estaba hecho.
— Voy a tratar de hablar con mi padre. — Matías informó, mientras sacaba su teléfono de uno de los bolsillos de su pantalón.
Siendo observado por todos a la vez, pero eso no le importaba mucho, porque lo único que quería era irse a su casa para estar tranquilo.
— Hola, ¿papá? — Matías habló cuando su llamada respondió casi al tercer tono de espera.
— ¿Hijo? — Darío respondió al escuchar la voz del contrario, sintiéndose un poco extrañado por recibir aquella llamada. — ¿Estás bien? ¿Sucede algo malo? — pregunto preocupado.
Y el ojicafé deseó haber puesto la llamada en altavoz, para que los otros escucharán a su padre preguntarle si estaba bien antes de decirle lo que sucedía.
— Matías, ¿puedes pasármelo? — el director le pidió al morocho, quien solo asiente para después darle su teléfono.
— Hijo, responde por favor. — fue lo que el director escuchó cuando Matías le pasó el teléfono.
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|| Mᴏʀᴏᴄʜᴀ : Dᴜᴄᴋᴏ ||
Fanfiction☯︎ Mᴏʀᴏᴄʜᴀ : Dᴜᴄᴋᴏ ☯︎ . . . . . " Todo lo que empieza como un juego, siempre termina mal... " . . . . Spallatti quería asesinar a Monzón, pero si no podía hacer eso, simplemente prefería acariciarle el cuello con una navaja y todo por haber cometi...