✰✞︎ Capitulo Quince ✰✞︎

61 12 5
                                    

✞︎ Mᴏʀᴏᴄʜᴀ : Dᴜᴄᴋᴏ ✞︎

.

.

Matías siente cómo su ansiedad aumenta con el paso de los minutos en la sala de espera. Su cita debería haber comenzado hace cinco minutos, pero el terapeuta se ha tomado más tiempo del esperado con el último paciente que recibió, y sinceramente no puede culpar a la pobre chica que al solo poner un pie dentro de la oficina empezó a sollozar, como si se hubiera estado conteniendo por demasiado tiempo.

Así que intentó mantenerse sereno mientras el tiempo seguía avanzando. De vez en cuando, toma alguna de las revistas disponibles en la mesa de madera, estratégicamente ubicada en el centro de los sofás esparcidos por la sala de espera, pero sus intentos de lectura terminan siendo poco favorables. No encuentra nada entretenido en su teléfono, así que solo puede permanecer sentado, mientras su madre parece más concentrada que nunca en la revista de farándula que lleva leyendo desde hace rato.

— Matías Spallatti. — oye que pronuncian su nombre, y por un momento, su estómago da un vuelco enorme que le provoca unas ganas tremendas de vomitar. — Pase, por favor. — el terapeuta le pide, y, empujado suavemente por su madre, decide ponerse de pie, no sin antes dedicarle una rápida mirada a su madre, que no hace más que animarlo en silencio. — Perdón por hacerte esperar. — se disculpa, guiando a Matías a un área donde se encuentran una silla de apariencia extraña y otra normal, una vez que la puerta se ha cerrado detrás de ellos.

— Está bien, no hay problema. — dice con una sonrisa forzada en el rostro, el terapueta le devuelve la sonrisa y lo invita a sentarse en aquella silla o más bien sofá de apariencia extraña, pero que es muy cómoda al mismo tiempo.

— Gracias por la comprensión. — dice, tomando asiento en el otro sofá sin titubear. — ¿Esta es la primera sesión de terapia que has tenido, ¿verdad? — pregunta, y Matias asiente con vergüenza, como si antes su salud mental no le hubiera interesado en lo más mínimo. — Está bien, no hay necesidad de sentirse nervioso o avergonzado. — lo calma, antes de sacar un pequeño cuaderno de páginas blancas y un bolígrafo, como si estuviera listo para anotar las cosas más relevantes que salieran de la boca del morocho. — Ahora bien, ¿podrías hablarme un poco sobre ti? — le pide, y Matias tiene que pensar demasiado en la respuesta que va a darle.

— Bueno, soy hijo único, mis padres están divorciados desde que era un pendejo, tengo un solo mejor amigo y no me llevo mucho con las personas de la escuela. — dice por fin, sin estar del todo seguro si aquello fue una buena respuesta o no, pero sea como sea, el terapeuta asiente ligeramente antes de tomar algunas notas.

— ¿Y tienes idea del por qué estás aquí? — pregunta, y a Matias le toma un poco más de tiempo responder a esa duda.

— No lo sé... Estoy aquí porque mi madre quería que viera un terapeuta, debido a que el día de ayer tuve un colapso nervioso en la escuela. — comenta entre dientes, como si no quisiera recordar más ese vergonzoso incidente.

— ¿Y ese colapso, desde tu perspectiva, tuvo que ver con alguno de tus compañeros? ¿Con tu amigo? ¿Con tus padres o por algo que no te sientes cómodo mencionar en este momento? — Matias se sintió ligeramente mareado ante la infinidad de preguntar que se le fueron hechas en cuestión de minutos.

— Yo... creo que colapse porque llegue a la conclusión de que me atraen los chicos... — dijo, sin sonar muy convencido de sus palabras. — Y tenía miedo de que algunos de mis padres fuera a reaccionar mal por esto. — agrega, tratando de que su respuesta inicial sonará un poco más convincente.

— Entiendo, pero me imagino que ellos tomaron de buena forma la noticia, ¿no? — pregunto, y nuevamente, la respuesta de Matias tarda un poco en llegar.

— Supongo... A mi viejo no pareció importarle mucho y con mi madre cree que fue lo mismo, aunque no dejo de sentirme intranquilo al pensar que pueden estar secretamente decepcionados de mi. — susurro lo ultimo, como si no quisiera ni mencionar la posibilidad de ser una vergüenza para dos de las personas mas importantes que tenía en su via.

— A veces la opinión de nuestros seres cercanos nos puede causar indiferencia o un colapso emocional cómo fue tu caso. — el terapeuta comenzó hablar, luego de haber escuchado con suma atención al morocho. — Pero al final, es importante que valoremos nuestros sentimientos y emociones, porque no siempre podremos complacer a los demás, no cuando dichas complacencias pongan en riesgo nuestros verdaderos deseos. — indico con calma, como si las cosas fuesen así de fáciles, pero Matias tenía que darle la razón en algo, si estaba más concentrado en lo que dirán de él, entonces nunca empezaría a aceptarse tal como era, por ende, nunca podría ser feliz.

— Creo que tiene algo de razón. — murmuró, sin estar dispuesto a admitir que el otro tenía varios puntos a favor, el terapeuta no dijo nada al respecto, solo se limitó a sonreír mientras volvía a notar algo.

— ¿Y no hay otra cosa de la que quieras hablar? — pregunta, haciendo que el menor tome una postura incómoda y nerviosa. — Ya que los colapsos son acumulaciones de cosas que no resolvemos cuando es debido. — menciona, y la postura de Matias no parece cambiar, solo se ve mas incomodo de lo que estaba antes. — ¿Estás teniendo problemas con los estudios? ¿Con tus compañeros? ¿O con tu amigo? — dice, poniendo mucha atención al rostro de Matias cada vez que decía algo, y no pudo evitar notar como su rostro se arrugaba ante la mención de su amigo. — ¿Cómo te llevas ahora mismo con él? — consulta, tomando por sorpresa al morocho, que empieza a mover nerviosamente su pie derecho.

— Hemos tenido algunas dificultades... — dijo, sin saber cómo salir de este nuevo embrollo en el que se ha metido sin querer, debido a que no se encuentra dispuesto a confesar sus sentimientos aun reprimidos por Mauro.

— ¿Podemos hablar de esas dificultades o prefieres no mencionarlas por el momento? — sugiere, al notar como Matias se incomodaba con el paso de los minutos.

— Prefiero no mencionarlas, por favor. — le pidió, y fue ahí, donde el terapueta volvió a notar algo en aquella libreta, y por un momento, se arrepintió de haber cedido ante los deseos de su madre.

.

.

.

[...]

Bueno, se que esto no es la gran cosa, pero quise intentar romper el hielo con esto.

Ya ha pasado mucho tiempo desde la última vez que publiqué algo de esta historia, no es así? Perdón para quienes me han esperado mucho tiempo, pero creo que perdí mi motivación para seguir actualizando en Wattpad, ahora mismo, no me encuentro del todo motivada, así que ando buscando la manera en que puedo volver a retomar dicha inspiración o al menos terminar lo que una vez empecé.

Nos vemos para una próxima, si es que las cosas así se nos dan. 

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 17 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

|| Mᴏʀᴏᴄʜᴀ : Dᴜᴄᴋᴏ  ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora