✰✞︎ 𝘊𝘢𝘱𝘪𝘵𝘶𝘭𝘰 𝘛𝘳𝘦𝘤𝘦 ✰✞︎

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✞︎ Mᴏʀᴏᴄʜᴀ : Dᴜᴄᴋᴏ ✞︎

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— La comida estuvo deliciosa. — Matias le informó a su padre, mientras ayudaba a este a levantar los platos de la mesa, para llevarlos al fregadero.

— Si, aunque en algún momento pensé que todo nos iba a salir mal. — Darío responde con un tono divertido, habiendo tenido un buen almuerzo con su hijo.

Con quién terminó preparando, aquella deliciosa lasaña que comieron. No encontrando ningún buen lugar, donde obtener dicho alimento preparado al instante.

Así que optaron por la opción de comprar los ingredientes, para poder hacerla en casa.

— Yo también creí que íbamos a quemar la cocina, pero todo nos salió bien. — Matias dice, estando a punto de lavar los platos, cuando su padre lo hace aún lado para ser él quien los limpie. — Gracias. — agradeció la acción del mayor, sintiéndose en un increíble sueño del cual no quería despertar jamás.

— Pero por suerte no pasó nada, y fue lo mejor, porque tu madre nos hubiera matado a los dos por hacer quilombo en la cocina. — el mayor responde divertido, mientras seguía realizando su tarea.

— Aunque en cuestión de tiempo, se le hubiera pasado el enojó. — el morocho aseguró, pero su padre solo negó ante sus palabras, hasta terminar con lo que hacía. — A ella le gustaría vernos así de unidos y felices después de haber pasado por tantos malos momentos. — confesó, y Darío no pudo evitar sentirse decepcionado de sí mismo.

— Yo le prometí muchas cosas a tu madre, cómo que dejaría de beber cuando nacieras, pero eso no fue más que una vil mentira. — Spallatti indicó, y Matías solo sonrió triste por aquello.

— Aunque ahora estamos bien, digo, no sé... — murmuró con una leve esperanza de ver a sus padres juntos de nuevo. — Además, no veo el impedimento para que no seamos una familia normal y convencional. — Vinscontti sugiere de manera sutil, pero su padre no estaba de acuerdo con lo que pensaba.

— La relación que había entre tu madre y yo está más que muerta, y lo único que nos une es tu presencia. — asegura. — Tu madre fue muy paciente conmigo, tanto que llegué a pensar que no se iría de mi lado a pesar de lo que sucediera. — agregó y el menor solo pudo sentirse decepcionado de lo que escuchaba. — Pero al final, ella supo darse su valor y su lugar. — afirmó, admirando eso en Natalia. — Ella entendió que estando conmigo, no ibas a recibir el mejor ejemplo posible, y que separarnos era lo mejor para todos.

— ¿Pero vos no querés volver con ella? ¿Acaso no sientes nada cuando piensas en ella o cuando la ves? — Matías consultó, atreviéndose hacer aquellas preguntas tan fuertes y posiblemente fuera de lugar.

— Tu madre fue la mujer que más amé en todo este mundo, pero mis errores y mis vicios la alejaron de mi lado. — respondió con un tono triste. — Y puede ser posible, que aún sienta cosas por ella. — confesó con seguridad, estando más que convencido de lo que dijo. — Sin embargo, comprendo que todo ha sido para que vos estés bien y eso es suficiente para mí. — agrego, consiguiendo que Matias se quede callado. — Por cierto... — hablo, recordando un asunto importante. — ¿Ahora me vas a decir lo que sucedió en el colegio?

— ¿En el colegio? — Matías consultó "confundido", como si no recordara dicho suceso. — No sé de qué hablas. — dijo, tratando de esquivar el tema y la situación.

— Nacho, a tu madre no le gustaría saber qué estás mintiendo. — Darío comentó de forma serena, sin llegar a molestarse con el menor, todo por la evidente mentira que le había dicho.

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