Souvenir- Juan Pablo Isaza

treinta y siete

Isaza baja mi maleta de su auto y yo me dedico a ver la gigante casa que tenemos frente a nosotros

Era consciente de que él y su familia tenían dinero, pero esto...me sentía ridículamente pequeña

La casa de los Isaza quedaba frente a un complejo de casas que perfectamente podía ser usada en alguna película yankee, todo era verde a su alrededor y había un caminito de piedras que llevaba hacia la puerta

El camino hacia la muerte, o así lo siento yo en este momento

Mi panza se revuelve de los nervios y juego con mi cabello rubio para distraerme un poco. Juan Pablo se ríe a mis espaldas y se acerca para abrazarme por la cintura

-¿Vamos?

-¿Estás seguro de esto?

-¿De qué?

-De llevarme hasta allá- señalo su casa y vuelve a reír

-¿Por qué no lo haría?

-Porque soy demasiado torpe con todo y nunca se sabe que voy a decir o hacer- respondo obvia y suspira dándome la vuelta

Toma mi rostro entre sus manos y sonríe

Siempre hace eso para tranquilizarme

-Es maravillosa, y la van a amar- afirma- Y la traería mil veces más si fuera necesario

-¿Incluso si la cago?

-Eso no va a pasar- contesta risueño y besa mi frente- Tranquila ¿Si?

-Okay- digo en un suspiro y toma de mi mano

Caminamos hasta la puerta de madera y veo un pequeño cartel pegado allí

"¡Bienvenida Agostina!..."

Con letras grandes y coloridas

"...y Juan Pablo"

Por debajo y con letras pequeñas y negras

Isaza sonríe negando con su cabeza y estoy convencida de que esto fue obra de, nada más y nada menos, que sus dos hermanas

Abre la puerta y me contengo para no decir nada bobo, porque el buen gusto que tiene esta familia me sorprende en exceso

Siento algo en mis pies, y veo a Malta oliendo mis zapatos, sonrío con alegría y me agacho para saludarla. Me recibe con entusiasmo, pero cuando llega a Juan Pablo, se descontrola por completo

La entiendo, yo también haría lo mismo

Río cuando la veo dejar besos por todo el rostro de su dueño, pero una voz me hace levantar la vista

-¡Bienvenida!

Tengo a Susana Isaza parada frente a mí, con una sonrisa gigante y sus brazos bien abiertos en busca de un abrazo

¿Ya puedo decirle que la amo, y que soy su fan, y que quiero que me cante hasta que me muera?

-Es más linda en persona- le comenta a Isaza cuando nos separamos y me sonrojo un poco

-Se lo dije- contesta él guiñando un ojo y saluda a su hermana

-¡Está aquí!- exclama Angela bajando de las escaleras rápidamente

Juan Pablo abre sus brazos de par en par cuando ella corre hacia nosotros, pero la morocha lo pasa de largo y me encierra entre sus brazos

-¡Hola, agos!- saluda y yo río al notar la cara de fastidio de Isa- ¿Todo bien?

-Todo perfecto, gracias por prestarme atención- responde él y dejo un beso en su mejilla

Quizás había hablado algunas veces con las hermanas Isaza por Instagram

Y quizás ahora me quieran un poco más que a su hermano

Pero sólo un poco

-Se fue hace unos días, dramático- suspira ella pero lo va a saludar igual- ¿Le gustó el cartel?

-Me encantó- contesto sonriente- Muchas gracias, fue muy bonito

-Cuando nos dijo que venían, todos aquí celebramos- cuenta Susi- Queríamos conocerla

-Yo también me moría por conocerlos- digo caminando junto a ellos por donde me guían

-Mentirosa- susurra Isaza en mi oído y sonrío

Llegamos al fondo de la casa, donde había un patio gigante y donde se encontraba una señora sentada a nuestras espaldas

Cuando se da la vuelta, veo que es Elena, la mamá de Juan Pablo

-Tranquila- murmura Angela acariciando mi hombro y le sonrío

-¡Llegaron!- habla emocionada

Saluda primero a su hijo, que se me adelanta unos pasos y le da un pequeño abrazo

-Mamá, ella es Agostina- me presenta y la mujer sonríe

-Hola, bonita- me saluda con dos besos y toma de mi mano- Soy Elena, un gusto

-El gusto es mío- contesto- Gracias por recibirme aquí

-Estamos muy felices de que esté acá, nos han hablado mucho de usted- señala a Juan Pablo con sus ojos y río

¿Qué tanto habló de mí?

-¿Papá dónde anda?

-Salió a hacer las compras- responde ella y me mira- Hoy tenemos que festejar, ¿No es así?

-¡Obvio! Y hay que mostrarle un poco de Bogotá a Agostina- propone Susi y Elena asiente

-Podríamos ir a dar una vuelta por el centro antes del almuerzo- dice- ¿Está muy cansada, cariño?

-Para nada, me gusta la idea- contesto y sonríe

Otra gran mentira, pero tenía que dejar buena impresión

-Pues, vamos- habla Juan Pablo pero su mamá lo frena

-Usted se queda, así ayuda a su padre con la comida

La sonrisa de Isa se borra lentamente de su rostro y ellas ríen, caminando hacia adentro de la casa

-Me siento discriminado- resopla y río tomando de su mano

-Perdón- me disculpo y niega con su cabeza

-La veo a la vuelta- dice

Deja un corto beso en mis labios y sonrío, alejándome de él

-Suerte- dice y le muestro mis dedos cruzados, haciéndolo reír

-Agos, tenemos algo para que vea luego- habla Elena y me muestra un álbum de fotos

La primera es una de Isaza llorando, en los brazos de un payaso que parecía de todo menos amigable, de cuando tenía alrededor de unos dos años

-¡Mamá!- se queja Juan desde afuera

-Bienvenida a la familia- dice ella y sonrío