MIRADAS [THE AMAZING SPIDER-MAN]

CAPÍTULO 37

Narra Leah

Un par de horas después volví al apartamento. Fui directa al ordenador para finalizar el trabajo que tenía aprovechando que mañana sería fin de samana.

Oí unos golpes en la ventana, era Peter. Estaba vestido con su traje. Le hice una seña para que entrara mientras finalizaba de escribir.

-Deberías plantearte entrar por el vestibulo. Comenté riendo y contagiándole mi risa a Peter pero esta cesó enseguida al notar algo raro.

Su respiración estaba agitada y su ritmo cardicaco era alto, sumando a ese olor extraño...sangre.

Me giré rápidamente hacia Peter. Estaba herido, tenía tres cortes en diagonal cruzando su pecho. Heridas abiertas y profundas.

-Peter, madre mia...¡¿Qué-qué ha pasado?! Exclamé ayudándole a tumbarse en un sillón cercano.

-Estoy bien, estoy bien. Murmuró quitándole importancia.

-No te atrevas a decir que estás bien de nuevo porque no lo estás. Dije alterada.

-Imagínate al otro. El otro en este caso es un enorme lagarto mutante. Me contestó intentando usar el humor para tranquilizarme.

-¿Cómo se te ocurre? No deberías haber ido sin mi.

-Descubrí que estaba en las alcantarillas. No quería interrumpir tu cena y menos que te pasara algo.

-Te recuerdo que tu eres el novato. Comenté haciéndole reír.

-Voy por el botiquín, necesitas que te curen eso. Intenta quitarte la parte de arriba, pero sin movimientos bruscos. No quiero que se abran más las heridas. Observé tras examinar un poco los cortes.

Salí de la habitación y volví lo antes posible.

Ayudé a Peter a sentarse en la cama con la espalda apoyada en el cabecero. Con gasas y una sustancia desinfectante limpié toda la zona. -Bien esto dolerá al principio. Avisé entrelazándo una de mis manos con la suya para que la apretara mientras llevaba la otra hacia las heridas.

Las recorrí con cuidado intentando concentrarme con la total atención de Peter sobre mi. Él apretaba mi mano con fuerza y de vez en cuando siseaba de dolor. Tras unos minutos conseguí cerrar los cortes.

-Aún no me has dicho como lo haces. Me recordó Peter refiriéndose a mis habilidades.

-Hay diferentes tipos de plaquetas. Los leucocitos limpian la herida, los fibroblastos forman colágeno nuevo para reemplazar el tejido, los queratinocitos forman una nueva epidermis. Lo que hago es calmar al sistema nervioso con la alteración de temperatura "obligando" de alguna forma al cerebro para acelerar la producción de plaquetas y así avanzar en el proceso de curación en menor tiempo. Expliqué colocando unas gasas para proteger las cicatrices.

-Increíble...Susurró mirándome.

-Supongo. Respondí mirando el resto de golpes leves fijamente y con preocupación. Se estaba arriesgando demasiado y tenía miedo, mucho miedo.

Al darse cuenta de esto Peter levantó mi mentón para acercarse poco a poco hasta mi.

-Despacio arañita. Susurré a milímetros de su boca. No quería que se reabrieran sus heridas.

-¿Cómo me has llamado? Susurró de vuelta riendo y volviendo a acercarse.

Llevó una de sus manos a mi mejilla haciendo que llevara la mía a su nuca.

-Me pondré bien... Murmuró aún a milímetros de mis labios intentando calmarme.

-Lo sé, pero nose si la próxima lo harás. Respondí con esa familiarizada presión en mi pecho.

-Estaré bien, ambos lo estaremos. Afirmó.

-Estoy harta, harta de perder a la gente que me importa, harta de sufrir. Mis padres sabían que iban a morir Peter, pero se mantuvieron firmes con su decisión. No supe verlo antes y ahora debemos deter a esa cosa porque nosotros lo hemos creado. Pero estoy aterrada, aterrada de perder lo que más me importa. Confesé sintiendo como esa presión se expresaba mediante pequeñas lágrimas sobre mis mejillas.

Peter apartó las lágrimas con delicadeza poniendo ambas manos sobre mis mejillas.

-No me vas a perder. Ambos cometimos un error, y lo arreglaremos. Lo arreglaremos juntos ¿Si? Dijo provocando que asintiera en respuesta con una pequeña sonrisa y depositando un pequeño beso sobre la palma de su mano.

-Ven aquí. Susurró tirando de mi cintura con una mano sobre esta y acercándome a sus labios en un beso lento con su otra mano aún en mi mejilla.

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-S