CAPÍTULO 28

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Narra Leah

Llegué a los laboratorios repitiendo las palabras de tía May en mi cabeza una y otra vez.

Lo único que me sacó de mis pensamientos fue la voz del reportero de las noticias de última hora, las cuales se estaban emitiendo en varias de las pantallas del vestíbulo:

-Estoy en directo en Park Avenue, donde reina el más absoluto caos. Un hombre con una especie de traje acorazado y armado está causando estragos.

No seguí viendo el reportaje dado que  fui corriendo a mi apartamento.

Rebusqué en el armario hasta encontrar lo que buscaba con tanta prisa: mi traje.

Me quedé mirándolo fijamente mientras me replanteaba mi decisión.

Finalmente, me vestí, me até el cabello en una cola alta y cerré mis ojos para cambiar mi apariencia frente al espejo.

Aún dudosa, abrí mis ojos para encontrarme con mi reflejo.

Tras unos segundos, salí de sala hacia mi siguiente destino.

Al entrar por la ventana de la habitación de Peter, me encontré al castaño vestido con su traje y mirando su máscara fijamente antes de desviar su atención hacia mí.

-Debemos volver. Dijimos al unísono.

Recorrimos las calles de Nueva York seguidos por el ruido de los disparos y los gritos.

En el mismo instante en el que aparecimos, Jorge, el mismo niño al que habíamos ayudado meses atrás, se encontraba vestido de Spider-Man frente a la armadura del hombre de manera desafiante.

-¡Eh, Spider-Man! Le saludó Peter, haciendo que se girara en nuestra dirección.

-¿Necesitas una mano? Le pregunté sonriente.

El pequeño se quitó la máscara y nos miró una sonrisa y un brillo en sus ojos.

-Sabía que volveríais.

-Sí, gracias por sustituirnos cuando no estábamos. Le contestó Peter. -Eres el chico más valiente que he visto.

-Pero ahora nos toca a nosotros. Comenté, causando que Jorge asintiera.

Le agarré en brazos y le llevé con su madre, quien estaba llorando preocupada por su hijo, tras la valla que servía de medida de seguridad.

-Tiene un hijo muy valiente y de lo más inteligente. Sin duda es todo un héroe. Le dije sonriendo a su madre, quien abrazaba al pequeño con fuerza y me daba las gracias repetidamente.

Peter se subió a un coche de policía con un megáfono en la mano.

-¡En nombre de todos los ciudadanos de Nueva York y de todos los rinocerontes de verdad del mundo, patas mecánicas arriba!

-¡Jamás! ¡Os destruiré! Gritó el preso soviético.

Volví al lado de Peter, quien acababa de bajar de arriba del coche, y ambos nos miramos decididos.

-¿Juntos? Preguntó mi pareja.

-Juntos. Afirmé para luego dirigirnos directos a por aquella armadura de metal a la par que esquivábamos cada uno de sus disparos.





























"Los vigilantes de la ciudad de Nueva York han regresado para quedarse" Aquel fue el titular del Daily Budge la mañana siguiente.

MIRADAS [THE AMAZING SPIDER-MAN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora