CAPÍTULO 6

343 30 0
                                    

Narra Leah

Ya más calmada y sin rastros de ceniza en mi cara, bajé a la cocina.

-¡Buenos días, tía May! Saludé alegre.

-¡Buenos días, Leah! Me respondió ocultando una camiseta tras su espalda. -Os he dejado galletas y zumo de manzana para que os llevéis.

-No hace falta que la escondas. Ya sé lo de las prácticas en el hospital, May. Confesé con una sonrisa. -Me parece maravilloso. Pero si lo haces por falta de dinero, sabes que estoy encantada de dejaros cuanto necesitéis.

-No pienso aceptar ningún dinero, señorita. Y, además, ¿cómo lo sabes? Dijo de forma tímida y aprovechando a meter la camiseta junto al resto de la ropa a la lavadora.

-El otro día vi tus libros en el salón y esa camiseta en tu bolso. Sin contar que acabo de escuchar sin querer la conversación que has tenido por teléfono mientras venía, claro. Respondí justo en el momento en el que Peter bajaba las escaleras.

-¿Qué conversación? Quiso saber mi novio tras dejar un pequeño beso en mis labios.

-Una en la que le han dado doble turno en el trabajo a tu tía. Respondí con rapidez, recibiendo una sonrisa en agradecimiento de May.

-¿Tienes doble turno? Volvió a preguntar a la par que servía algo de café en dos tazas y me daba una de ellas.

-A veces. Tengo tiempo, las chicas me caen bien, echo de menos a Ben y me gano un dinero extra.

-Mmm... Yo, yo he vendido otro par de fotos al Budge. Eso servirá algo de ayuda.

No me gustaba nada verles así. Había intentado dejarles dinero varias veces, pero se negaban a aceptarlo.

-Lo que ayudaría sería que ese hombre te pagaría lo justo. 

-Oh, no. Jason me paga lo justo. Si sería 1961, sería lo justo.



Poco después, me despedí de los Parker para poder cambiarme y ducharme en mi departamento antes de ir a Oscorp.

Llegué a los laboratorios a toda prisa. Hoy tenía varias reuniones y expedientes que revisar.

La nueva red electromagnética había sido todo un éxito. Eramos los primeros del mundo en llevar a cabo una idea como esta. Donde convertimos las anticuadas centrales eléctricas por torres hidroeléctricas. Generando así una energía limpia, ecológica y sostenible.

Tras el incidente del profesor Conors, gané el favor de muchos de los accionistas. Permitiéndome encargarme de más proyectos y desarrollar otros como el de esta red.

Aunque eso significó una cantidad mayor de trabajo y responsabilidades.

En este momento, eramos los responsables de todo el suministro de energía de la ciudad y Oscorp tenía como objetivo expandirla a todo el mundo.

Tuve la suerte de que sujetaron la puerta para que me diera tiempo a entrar en el ascensor.

-Gracias, es todo un caballero. La verdad es que voy algo tarde y cualquier otro habría dejado que se cerrara. Dije ya dentro del ascensor, recolocando mi bolso en mi hombro mientras sujetaba una carpeta de informes y la botella de zumo de manzana con mi mano libre. -Planta 70. Dije hacia el sistema operativo con el que contábamos en Oscorp para controlar los accesos que había al público.

-Ya, la mayoría no piensa en los demás. La verdad es que yo también llego algo tarde. Es lo que tiene ir en tren. Respondió el hombre amable y nervioso al mismo tiempo. -Me-me llamo Max, Max Dylon.

-Yo Leah, Leah Anderson. Respondí con una sonrisa.

-Lo, lo sé. Es una de las mayores accionistas. Es mi jefa, básicamente. Tiene una mente brillante, por cierto. Al igual que sus padres.

-Gracias. Usted es uno de los encargados del control y de la realización de la red eléctrica, ¿verdad?

-Bueno, usted, usted tuvo la idea principal y la llevó a cabo. Yo, yo solo...

-Yo diría que "solo" no es la palabra idónea. Realizó unos diseños que hicieron posible la instalación en la ciudad. Comenté con mis cejas elevadas.

-No es para tanto... Dijo reforzando su agarre en las varias carpetas y papeles que llevaba. Incluyendo una felicitación de cumpleaños con temática de Spider-Man.

Unas noticias de última hora salieron de pronto en la pantalla del ascensor. Eran del incendio de anoche y salíamos Peter y yo, pero como Spider-Man y Frost, obviamente.

-Debe ser genial tener a todo el mundo mirándote así. Me comentó a lo que asentí levemente. -Una vez Spider-Man me salvó la vida. De todas las personas de la ciudad, me salvó a mí. Dijo que me necesitaba.

-Planta 70. Anunció la voz del ascensor.

-Eso es maravilloso. Encantada de conocerte, Max ¡Ah, y feliz cumpleaños! Señalé saliendo del ascensor apresurada.

MIRADAS [THE AMAZING SPIDER-MAN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora