Marvel: La Casa Del Veneno

Capitulo 32.Interferencia

Era su primera noche como Venom y el aire cálido del verano se sentía bien contra su piel. Antes de partir, su primer trabajo fue terminar de instalar una nueva escotilla de techo. Había agregado una capa de seguridad adicional a la simple que ya estaba instalada en el techo y ahora estaba cerrada con cables con una cerradura física que sostenía una electrónica. No había llave para ninguno de los dos, y lo había conectado a la corriente de modo que si se abría o se desactivaba el teclado, todo se bloqueaba y activaba una alarma en las tres casas. La única forma de abrirlo era extendiendo la piel del simbionte en el ojo de la cerradura y desbloqueándolo y luego ingresando el código para abrir la cerradura electrónica. Una vez que MJ y Gwen pudieron desbloquearlo, estuvo listo y activó el poder antes de sellar todo.

Paranoico que no era. Cauteloso era la palabra clave de Peter cuando se trataba de la seguridad del almacén y de las personas que se encontraban dentro. Especialmente ahora que tanto Gwen como MJ eran anfitriones de cualquier criatura que fuera el simbionte. Quería que estuvieran a salvo si él no estaba aquí.

Como ninguno de los dos estaba dispuesto a pelear y persuadirlos de que el aprendizaje era necesario incluso si nunca lo usaban, Peter todavía estaba preocupado por la seguridad del almacén. Protegerlo del espionaje electrónico fue fácil, protegerlo de la intrusión física fue mucho más difícil y potencialmente ilegal según el tipo de contramedidas que agregó. Necesitaba un sistema de seguridad que pudiera pasar de letal a no letal y que aún pareciera legal, aunque si tenían que matar a alguien, dudaba que lo anunciaran.

Venom reflexionó sobre eso también, lo único que atormentaba sus pensamientos. Si tuviera que hacerlo, ¿mataría para mantenerlos a salvo? ¿Dónde estaba la línea? Si alguien amenazaba a MJ, Gwen o la tía May, sabía que no tendría ningún problema en cruzarlo, incluso pensar en eso hizo que una furia ardiente burbujeara en su pecho. Sin embargo, ¿dónde estaba la línea? Sabía que no mataría por diversión o placer, no robaría ni lastimaría a nadie inocente. Irrumpir en su casa no sería necesariamente una sentencia de muerte, solo una muy mala idea. La línea había sido trazada, y por ahora, al menos, Venom confiaba en que no la cruzaría.

No había estirado sus redes durante un tiempo y, en lugar de salir a cazar, simplemente se balanceó de un edificio a otro, dejando que el mundo pasara mientras recuperaba el sentido de la aventura. Columpiarse de azotea en azotea era liberador, podía cerrar los ojos y dejar que el mundo a su alrededor se convirtiera en un zumbido de actividad para sus otros sentidos. Pasó junto a un carrito de perritos calientes del que salían los perros, un club nocturno que apestaba a alcohol rancio, lavanderías y restaurantes mientras usaba su oído y su olfato para guiarse por Nueva York, sin perderse nunca una línea de la red, sin chocar con nada ni entrar en contacto con otra persona. Tenía el papel que prometía muchas delicias si detenía un atraco, pero en ese momento solo quería columpiarse.

Sus pensamientos vagaron no solo por su relación con las chicas. Disfrutaba de un estilo de vida hedonista, con Gwen o MJ satisfaciendo sus deseos carnales, pero se preguntaba si estaba haciendo lo suficiente por ellos. Había leído sobre las relaciones poliamorosas y lo desastrosas que podían ser. Se necesitaba un nivel de confianza y comprensión que la mayoría de la gente no podría encontrar con una sola persona y mucho menos con dos. El divorcio era común en casi la mitad de todos los matrimonios, y si no podía hacerlo funcionar con una persona, ¿qué pasa con más?

Venom se balanceó e hizo una promesa de que no solo daría por sentadas a las chicas y las cosas que hicieron por él. Aunque el frasco había sido una gran idea, y dio lo mejor que recibió, necesitaba hacer más. Gwen amaba las ciencias y MJ las artes, y planificar viajes y citas una vez que el almacén estuviera más asentado ahora era una prioridad. O juntos, o si lo preferían por separado.