Marvel: La Casa Del Veneno

Capitulo 47.Hijo afortunado

Flash volvió a apretar las manos, con la esperanza de que esa sensación regresara pronto. Había estado en las barras de equilibrio durante una hora por lo que le había recomendado su fisioterapeuta, pero no le importaba. Iba a conseguir esto, iba a vengarse.

Jack observó a su hijo y lo había seguido desde el accidente. Una vez, un jugador de fútbol elegante y magistral que todos los entrenadores, incluso los que no pagaban, decían que no solo sería profesional sino que sería uno de los mejores, había sido cortado en su mejor momento. Observó mientras se enfurecía, arrojaba y rompía cosas, gritaba a todos, incluido él mismo, y luego rompía a llorar.

Había contratado a la mejor terapeuta para su hijo, y ella le había dicho que solo había sido el accidente, que no tenía por qué preocuparse. Unos meses con antipsicóticos y estaría bien. Después de unos meses de fisioterapia ya aceptaría la pérdida de sus pies. Por supuesto que lo haría, era un Thompson.

Jack entró en la sala de entrenamiento viendo cómo Flash se levantaba, con los brazos rectos sobre una barra de equilibrio, manteniendo las piernas estiradas a lo largo. Las últimas extremidades artificiales adornaban la parte inferior de sus piernas, elegantes y, si no lo sabías mejor, una combinación casi perfecta para sus originales. Las extremidades eran de Oscorp, Jack obtenía mucho con ellas, nada más que lo mejor para su hijo.

"Hijo, tómate un descanso, te vas a lastimar", y Flash solo lo miró.

"Está bien." fue todo lo que dijo. Jack sintió una punzada de culpa, no lo era y lo sabía. Desde el accidente, se dio cuenta de que no era el mejor padre que podía ser, empujando sus propias metas y sueños sobre el niño, tal vez presionándolo demasiado en ese momento. Se dio cuenta de que era su sermón lo que enfurecía a Eugene para que confrontara a Parker, que si le hubiera dado una mejor advertencia, habría evitado al chico por completo. Fue esa culpa lo que lo hizo querer ser un mejor padre para su hijo.

"Deberíamos hablar con Eugene", Jack usó su nombre, un nombre que sabía que Flash odiaba, pero esperaba que le hiciera entender lo serio que era esto.

Flash negó con la cabeza y saltó hacia abajo, tropezando levemente cuando sus pies artificiales resbalaron en el suelo sudoroso. Jack saltó hacia adelante y agarró a su hijo, pero Flash se encogió de hombros y gruñó: "No necesito ayuda", y por dentro Jack suspiró.

"Lo sé hijo, lo sé"

"¿Y qué?" Flash preguntó mientras se secaba con la toalla.

"Eugene, no. Flash", suspiró Jack, "Sé que no he sido el mejor padre para ti, sé que podría haber estado allí más tiempo o haber hecho más", Flash solo lo miró fijamente, con la toalla descansando sobre sus hombros. espalda.

"Entonces, llame a este número. Puede cancelar la pasantía de Oscorp, cancelar su terapeuta si lo desea, y el dinero de su fondo fiduciario estará disponible para usted. Hijo, es posible que no me crea, pero lo siento".

Flash solo lo miró fijamente, pero tomó la tarjeta, "¿en serio?"

Jack asintió, "tu futuro debería ser tu futuro, no lo que yo quiero, no lo que creo que deberías hacer. Entonces, todo depende de ti ahora". La familia nunca había sido de abrazos, el amor paternal era una emoción que rara vez se mostraba entre la pareja, pero en este momento era lo más cerca que habían estado.

"Aunque, hijo, si te diviertes tanto con tu terapeuta, asegúrate de que las puertas estén cerradas, ¿eh?" y Jack se rió. Un gerente de oficina furioso había llamado, quejándose de que Flash y uno de sus terapeutas más brillantes tenían sexo muy ruidoso en su oficina, pero Jack se había reído del hombre y le había escrito un cheque para mantenerlo callado.