Cap 3: Raven

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Raven – Presente

Sigue siendo casi igual que hace años. La última vez que lo vi.

Sigue siendo igual de delgado y sus ojos de un verde muy claro que casi podrían pasar por miel. Tiene la mirada fija en mí de una manera que no esperaba en tanto tiempo...

—Tay...

No responde. Claro, no era para menos. Las cosas no terminaron de la mejor manera entre nosotros.

Además de todo eso, acabábamos de chocar en el edificio de mi disquera y le acabo de tirar mi café en todo el traje; le quedaba un poco grande... pero él siempre fue así, muy delgado...

¿Qué debo decir?

Estiro la mano para ayudarlo a levantarse y me esfuerzo porque no se note que estoy temblando. Taylor me mira, dudoso, luego simplemente me ignora y se levantó por él mismo. Me dolió un poco, pero lo ignoro.

—¿Cómo has..?

Como has estado —quiero gritarle, eso y también— Te extraño como nunca he extrañado a nadie.

Me esfuerzo por que salga un mínimo ruido de mi garganta. Pero parece que todos mis sentidos me han traicionado.

—¿Estado? Bien, no tanto como tú me imagino —dice.

—¿Qué haces aquí?

—¿No vas a pedirme una disculpa?

Mierda. Debo haberme visto como todo un...

—Un poco narcisista de mi parte— admito.

Curva los labios un poco. Dios, cuanto extraño su sonrisa.

—Sigues exagerando tus palabras.

—Ay mierda...— escucho de una voz externa.

Volteo. No es más que un rostro conocido al cual tengo que ver más de lo que deseo.

—Harper... hola— digo.

Harper trae el teléfono en la mano y esos típicos trajes que suele ponerse cada que tenemos una junta matutina. Que debo decir no son tan comunes, pero hoy, Melanie quiere hablar conmigo para que le diga porque necesito un nuevo asistente. Solamente pido que lo haya tomado de mejor manera de lo que hizo Harper al teléfono. Podía escucharlo desde que abría la puerta de las escaleras en el estacionamiento, que es en el subterráneo del lugar.

Los recuerdos me invaden, se siente igual que cada noche en mis sueños; pero mejor. La manera en la cual sus ojos brillan parece que nadie en este mudo puede superarlo. Incluso parece que habría que inventar un color para denominar la forma en la que se tornar cuando uno los mira.

Tiene las pupilas dilatas, y sospecho que yo también. Aunque no se si es por el shock, o alguna otra causa externa.

—¿Tiraste al pobre chico?

—Si, pero mira, él y yo nos conocemos. Es...— corrijo. —Era mi mejor amigo.

—Acabamos de tener un incidente parecido, sin el café claro está.

Taylor se ríe. Y estoy más que seguro que sigue riéndose como un niño con esos hoyuelos que le decoran el rostro.

Sigue siendo lo mejor que he escuchado en mi vida. No hay canción o melodía que logre superarla.

—Raven. Vamos tarde a la reunión.

—Cancela la reunión. Quiero hablar con Taylor.

Vas a quedarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora