A new inhabitant

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Auron se encontraba parado entre los portales, de vez en cuando se acomodaba su moño y pelo, quería-entre lo que cabe-darle una buena impresión al chico nuevo y que mejor para impresionar que llevar un traje, por lo que los chamanes le dijeron, este venía a explorar todo tortilla, nunca se imagino que alguien vendría a buscar aventura por aquí, bueno, al menos que no fuera una persona que no viva en algunas de las islas.

No tardó demasiado en escuchar un portal siendo abierto, el chico había llegado, su aspecto era como el de juan solo que con otra vestimenta, una gran mochila colgaba de sus hombros, definitivamente era como un explorador.

—Bienvenido a tortillaland—hablo sonriente—. Soy Raúl pero muchos me dicen Auron, por ahora te alojaras en la isla naranja, con gusto te puedo llevar.

—Un gusto, soy Mariana, fiel protector de animales, amante del reino animal, me gustaría ver este lugar por completo—

Auron sonrió e hizo una señal de que lo siguieras pasando por un portal gigante, al otro lado del portal habían algunas personas caminando hacia el otro portal, dando vueltas o tal solo caminando en dirección diferentes, un pequeño puesto de revistas y un cartel del proximo restaurante en dicha isla, el pollo feliz, algo que llamó la atención del de lentes, justo ahí se detuvieron y Auron hablo.

—Este será tu nuevo hogar, no puedo seguir más allá que por aquí, te puedes encontrar con Mayichi, Aroyitt, Génesis, Pato, Tanizen y. . .—lo pensó por un momento—. Disfruta tu estancia aquí chico explorador.

Con esas palabras dichas se fue por el portal dejando completamente solo al de anteojos, este miro a su alrededor por un rato, decidió empezar con su misión, investigar todo el lugar para hacer su bitácora, empezó a caminar hacía el bosque ya que en ese lugar aparecían más variedad de animales, cerca habían cerdos, pollos y vacas pero para el no eran interesantes.

Con mucho cuidado se adentró al bosque, el olor a árboles y humedad lo hacían sentir en casa, su búsqueda término cuando encontró un pequeño arroyo con patos, amaba los patos, dejó su mochila sobre un piedra sacando de esta una libreta con un lápiz profesional para dibujo y su grabadora favorita, un regalo de su amiga Rivers, miro el estanque con cuatro patos dando vueltas por este, la mamá pato miraba a los patitos dar vueltas disfrutando el momento, eso trataba de captura Osvaldo en su dibujo, por ahora no tenía acuarelas pero pronto haría tinte para usar, al termina el dibujo tomo la grabadora prendiéndola y empezando con su relato.

—Día 1, he llegado bien a tortilla, por ahora no me he encontrado con ninguna persona además del extraño chico del mechón que viste muy formal, mi descubrimiento de los animales fue una manada de patos, son muy lindos, son ánades reales sus colores son más brillantes de lo normal, en algunas partes del bosque donde me encuentro existen vayas algo rojas, aun no se si son venenosas debo comprobar que sean comestibles, seguiré explorando un poco mas, mi búsqueda por un mono capuchino esta por comenzar, otro de los puntos de hoy es la supervivencia, no he comido nada mas que algunas vayas y aun no tengo casa, por lo que observe no ahí ninguna cueva cerca, necesito un mapa, agua y una casa, no importa si es pequeña—soltó el botón de grabar junto a un suspiro, levantándose en el proceso para salir del bosque—

Welcome to the dead end gameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora