Mr spreen

156 25 2
                                    

El sonido de los pájaros despertaron a Osvaldo de su sueño algo incómodo, la última vez que durmió en el suelo lleno de rocas y lombrices fue a la edad de 7 años, después de eso juro nunca volver a tener un día de campamento pero el mismo sabia que todo aquello era mentira, al fin de cuenta lo notarías por su trabajo.

Poco a poco se acostumbró a la fuerte luz del día, muy lentamente se levantó y estiró, su meta de hoy era encontrar materiales para poder construir lo que sería su casa por el resto de su estancia, dejó algunas de sus cosas en la montaña esperando que nadie se las robará, lo único que mantuvo con el fue su sombrero y una pequeña bolsa por si encontraba rocas con formas interesante, le encantaba coleccionarlas.

Su primer ruta de camino fue a un lugar con muchos árboles, algo que necesitaba demasiado, al llegar a ese lugar investigó un poco, algunas lombrices anecicas, escarabajos frugívoros y cientos de hormigas rojas, no habían muchos animales cercanos, algo aburrido siguió su camino para encontrar troncos y ramas caídos, odia tener que dañar algún árbol aún vivo por lo tanto prefería algún caído.

Después de estar caminando por una hora encontró algunos árboles caídos, saco una banderita color azul de su pequeño bolsa y la dejo allí para marcar a donde debe ir, el resto del día se la paso dando vueltas para traer esos troncos a la montaña, ...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Después de estar caminando por una hora encontró algunos árboles caídos, saco una banderita color azul de su pequeño bolsa y la dejo allí para marcar a donde debe ir, el resto del día se la paso dando vueltas para traer esos troncos a la montaña, debes en cuando encontraba rocas que el coleccionaba y las guardaba en su pequeña bolsa, en la tarde empezó con unos pequeños planos de como sería su hogar, lo tenía ya todo bien planeado para poder empezar, pero antes escucho un fuerte estruendo.

Volteó al orígen del sonido encontrando a una persona parada con un montón de piedras a su lado, de seguro solo estaría trabajando, volvió a lo que el hacía, con algunas lianas que encontró por allí empezó a amarrar los troncos, toda la tranquilidad con la que hacia dicho trabajo fue arrebatada cuando algo o alguien jalo de su camisa.

—Se podría saber, ¿qué hace una alimañas como tu en mi propiedad?—la voz desconocía parecía algo asqueada y enojada—

—¿Qu...e?—osvaldo estaba confundido, ¿su propiedad? que no Noni le explicó ¿que era demasiado lejos para poder decir eso?

—¿No sabes hablar?, vuelvo a repetir,¿qué hacés vos acá?—

—Yo...pues viviré aquí—a como pudo intento levantarse, el otro chico ya lo había soltado por lo cual fue fácil—. No veo que diga tu nombre por aquí cerca, por lo tanto, ya es mi propiedad.

—Mira chico estúpido, si quieres seguir aquí y de paso vivo, deberás hacer algunos favores para mi—el chico pudo darse cuenta de que Osvaldo empezaba a sonrojarse—. No esos favores, algo más normal, trabajar en mi tienda es un ejemplo.

—Lo siento, yo no planeó hacer eso, solo vine de paso y para investigar sobre animales no para trabajar con gente que da muy mala espina—

—Oh, no era una pregunta, trabajaras para mi, todo tiene un costo como la vida misma, no es necesario que sigas haciendo esto, te daré una casa y algo de lo cual vivir—

Palabra tras palabras, Osvaldo estaba más confundido, este tipo se creía la mera gloria, primero lo amenazaba y ahora lo obligaba a trabajar para el, que rayo le pasaba al tipo.

—Soy spreen, espero y cumplas con todo lo que te pida, no quiero tener que matarte antes de tu primera semana aquí—

Ya comenzaba a entender un poco, spreen, Noni hablo de el ayer, lo planteo como un chico psicótico asesino demencial, si lo parecía pero también parecía un estúpido egocéntrico.

Welcome to the dead end gameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora