siete

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Jungkook acomodo su sacó oscuro con la ayuda del Omega. Jimin ni le miraba cuando sus deditos abotonaban el cuello de la camisa blanca del mayor. Jeon sonrió cuando su bestia entró pisando con fuerza el piso. Jimin tragó pesado sintiendo el escalofrío de nuevo en su espalda.

—¿pasa algo?—preguntó el mayor abotonando sus muñecas del traje.

Park negó girándose para encontrar al cachorro tirado en el piso con su pancita estirada. Jimin respiró en ese momento sintiendo alivio por ver a su mascota. Jungkook aprovechó ese momento para acercar su nariz al cuello del menor; su corazón latió con fuerza, su garganta ardía y sus manos temblaban deseando abrazar al menor.

—no es nada..—susurró girándose. Sus ojitos morados se abrieron con suavidad al tener la mirada de Jeon cerca de él. Sus alientos chocaban y por un instante esa aura de furia entre ambos parecía una calidez que empezaba a poner sus cuerpos intranquilos. Jimin le miraba tan profundo que Jeon no podía evitar perderse en esos ojos encantadores. Él Omega apartó su mirada con su corazón palpitante—Como sea, ya está listo ahora salga—dijo apartándose con la libreta.

Él Omega abrió la puerta saliendo con rapidez. Jungkook respiró el aire que el menor había dejado, tan cálido, tan suave y encantador como una rosa en la anochecer. Su mirada decayó cuando su bestia le miraba, él enorme lobo de cuatro metros parecía caber muy bien en su oficina.

—Yo iré por el, tú por su omega—dijo tomando su reloj de mano—asegúrate de que no te mate—dijo sin mirar a su lobo el cual gruñó con suavidad. Salió de su oficina con sus ojos dorados palpitando en sus pupilas.

Momo hizo una reverencia a un castaño de cabellos alborotados, un alfa de buen porte, encantador y muy atractivo; la beta aún que no lo demostraba estaba angustiada, pues quien estaba frente a ella era Kim taehyung hijo del primer accionista de la compañía Jeon.

La beta sabía que taehyung era amigo y anterior amante de su amigo. Las cosas no se pondrían nada bien en la mansión.

—por favor prepárense—dijo en su micrófono.—por favor que nada malo pase—susurró temiendo lo peor. —por favor por aquí síganos señor Kim—intento sonreír guiando al menor.

Jimin miraba su libreta con una suave sonrisa; había extrañado tanto poder tocar algo de su trabajo, tener algo en que desahogar su aburrimiento. Jungkook movía su pluma sentado en su escritorio con el Omega aún costado de él. Habían aceptado al alfa en la mansión con la condición de que Jimin estuviera pegado siempre a Jungkook.

En ningún momento se alejaría o hablaría con el otro alfa; algo que acepto el invitado sin tener idea de quién era ese Omega hermoso.

Taehyung entró con una suave sonrisa platicando con la beta sobre el decorado de la mansión. Todo parecía tranquilo hasta que fue guiado a la oficina de Jungkook. Jimin respiró hondo elevando su mirada cuando la puerta fue abierta. Jungkook sintió una punzada en su pecho cuando vio a su mejor amigo entrar con una sonrisa que poco a poco se esfumó por una mirada confusa. Jimin tembló dejando caer su libreta.

—¿¡Tata!?—dijo el menor sonriendo con lágrimas. Momo pudo notar la mirada rápida que dio Jungkook al Omega con asombro.

—¿Jimin?—taehyung miró a Jungkook confuso—¿Kook? A caso ustedes?—preguntó apuntando los. Jeon quiso sonreír pero una mueca de disgusto salió de sus labios.

Jimin río corriendo hasta el alfa y tirarse encima de él como un koala asustado. Taehyung río abrazándolo confuso por todo lo que estaba pasando. Momo casi pierde el aire cuando Jungkook mostró sus colmillos.

Pero ella había notado cuanto se estaba conteniendo su jefe; entonces ¿eso quería decir que los tres se conocían?

—¡Tata, te extrañado, no sabes cuánto!—sollozaba el menor tomando el rostro de Kim. Taehyung le sonrió bajándolo al piso.

MI OMEGA (omega verse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora