cuatro

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Jungkook tomaba los documentos y planos del nuevo edificio; estaba preparado para la conferencia en la construcción.

—todo listo—musitó mirando su oficina limpia, no obstante, la puerta fue abierta y un olor a naranjas y fresas le hizo trastabillar tomándose del escrito. Jimin sonrió dando un paso.—¿¡Que mierda traes puesto!?—exclamó al ver el cabello del menor y ropa.

—¿te gusta?—dio un giró moviendo su falda que dejaba ver el nacimiento de sus glúteos cubiertos por una pantis.—¿a que me veo lindo?.

Jungkook cayó al piso con su pecho jadeante. Jimin sonrió; pensó que su olor lo había debilitado tanto en su odio que lo hizo caer; pero el Omega no tenía ni la más mínima idea.

—¿Qué tanto te gusta qué hasta te caíste?—hizo un puchero.

—¡SAL DE AQUÍ!—ordenó con su pecho jadeante, sus ojos parecían cambiar de color. Jimin se agachó mirándole.

—¿Tanto me odias?—musitó con su expresión fría. Jungkook negaba aruñando el piso con sus ojos brillosos—¿Tanto odias mi olor?—el menor se elevó poniendo una de sus botas en la espalda del alfa.

Río como niño—¿Qué se siente estar de rodillas ante un Omega?.

—p-por favor—suplicó. Jimin negó empujándolo; no tenía ni fuerza para levantarse del piso, las feromonas del menor le estaban haciendo perder la cordura.

—¿A caso tienes miedo de mi?—se recostó encima del alfa poniendo cada rodilla aún costado de la cadera del alfa, su falda fue tomada por su manita y su entrepierna chocaba con la del mayor. Jungkook apenas pudo apretarle las piernas suplicando que se alejara.—¿Dime kookie, que se siente tenerme encima de ti, siendo solo para ti?—preguntó lamiendo sus dedos con sus ojos azules.

Momo apretó el botón del ascensor, sentía algo extraño en su pecho; solo esperaba llegar rápido a la oficina.

—¡BAJATE ME DAS ASCO!—Gritó el mayor intentando empujarlo. Jimin respiró calmando su furia, sus manitas tomaron las del alfa pegando su pecho en el mayor. Jungkook jadeó cuando su cuello fue besado. Jimin le había lamido hasta la barbilla, impregnando su olor con su saliva.

—¿que te parece si te dejo algo para que vomites?—sonrió tomando los labios del mayor.

Ambos suspiraron en sus labios; Jimin no espero que su boca fuera rechazada, incluso el alfa había mordido su lengua.

La beta abrió la puerta encontrando feromonas amargas, ella corrió encontrando en la oficina a park levantándose con el alfa tirado en él piso.

—¡Pero que pasa aquí!—no pudo gritarle al menor por lo que había echo. Jimin le miró con sus ojitos morados llenos de odio.—¡Señor..!

—esta bien, solo está haciendo drama..—bufó el Omega caminando hacía la puerta—ayúdalo, dale agua para que se le pase, has que vomité mi olor.

La beta no hizo acto de nada hasta que el Omega dejó la oficina. Jungkook sollozaba gruñendo en silencio con sus manos apretándose con fuerza. 

Momo no dijo nada, solo salió buscando el botiquín; cuando abrió la caja solo pudo encontrar una inyección, eso la preocupó, tenía que avisarle al señor Namjoon por más medicamento.

Últimamente usaba mucho las jeringas, por eso se habían agotado con rapidez. Corrió de nuevo con el alfa inyectando la medicina en él pecho del menor. Jungkook apenas respiraba.

—¡Señor no puede ir a si!.

—¡T-tengo que hacerlo!.—miró a la beta con sus ojos rojos. Kim supo en ese momento que Jimin se había pasado con tocar al menor.









MI OMEGA (omega verse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora