ㅤ▸ O1O

889 112 9
                                    

Jake siempre se ha sentido, un poco, como si su destino fuese ir de romance en romance hasta encontrar a la persona ideal, pero por más que intentase, todo siempre se resumía a lo mismo: romances fallidos y corazones rotos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Jake siempre se ha sentido, un poco, como si su destino fuese ir de romance en romance hasta encontrar a la persona ideal, pero por más que intentase, todo siempre se resumía a lo mismo: romances fallidos y corazones rotos. Sin embargo; la vida parecía seguir llamándole a continuar en su misión de búsqueda, fingiendo sentimientos forzados y obligándose a sí mismo a creer lo erróneo. Él comenzaba a sentir que nunca podría encontrar a ese alguien, y aquello le parecía algo tan estúpidamente ridículo que le hacía querer arrancar su cabello hasta sangrar.

Aunque a decir verdad, en este punto, Jake estaba más que acostumbrado a sentir esa felicidad momentánea con quien se cruzase en su vida en ese instante, y era algo ciertamente triste.

¿Qué sentido tenía continuar en la búsqueda del amor si parecía estar cada vez más lejos de alcanzarlo?

Sin embargo, la llegada de Heeseung a su vida le hacía cuestionarse ciertas cosas sobre sí mismo, como el por qué no dejar de lado esa aburrida rutina y simplemente esperar a que ese alguien llegase por sí solo, o el por qué de seguir con Seorim habiendo tantas personas en el mundo que seguramente serían mucho mejores que ella. El único problema era que él no creía –ni quería– encontrar a alguien mejor que Seorim.

Fue entonces cuando nuevamente comenzó a cuestionarse qué tan correcto sería acudir a esa cita a ciegas con el lindo chico que conoció por casualidad en uno de sus viajes por Itaewon, si su mente no fallaba, su nombre era Jiwoo, o Jiwon ¡Pero qué importa! Sería lo mismo de siempre; una conversación amistosa, un paseo por la ciudad y luego acabarían besándose en su departamento ¿Qué sería diferente a todas las anteriores veces que había aceptado invitaciones a citas a ciegas? Absolutamente nada.

Siempre era la misma rutina, y eso le hacía pensar seriamente en alejarse de ello durante un tiempo, pero lo cierto era, que él no podía hacerlo, estaba tan necesitado y desesperado por encontrar el amor que su mente no se lo permitía, y era algo tan frustrante, más aún cuando Lee Heeseung parecía incrustarse como una maldita piedra en su zapato con el pasar de los días.

Y así, su lucha interna comenzó. Por cada día que pasaba, su cerebro comenzaba a usar más técnicas para sabotear sus propios sentimientos. La más usada era el vaivén de emociones, porque no parecía ser tan dañina, pero habían días en donde utilizaba el engaño para convencerse a sí mismo de que todo seguía siendo igual que antes. Nada parecía cambiar, su inconsciente parecía ser más fuerte que sus propios pensamientos.

Y ahí cuando luchaba internamente por sacar a ese chico de su mente, fue que Seorim intervino una vez más y decidió entrar a combatir. Escaló más alto que Heeseung en su corazón y lo empujó hasta el inicio para evitar que él siquiera llegase a pensar que era más importante que ella, y comenzó a preparar sus mejores técnicas de ataque. Algo que nadie había hecho antes parecía tan simple como caminar por las calles en busca de aquella tan conocida cafetería en la que solían reunirse.

Esto es tan complicado. Será difícil decidirme por uno solo.

Conforme pasaban los días el tiempo pareció fluir más lento, probablemente porque Jake estaba completamente solo en su departamento y no había querido saber nada sobre Seorim durante los siguientes seis días. Mientras Jake sobre pensaba todo lo que había estado ocurriendo en su vida desde que conoció a Heeseung, él parecía seguir lanzando proyectiles a su pobre y desesperado corazón. Cuando Heeseung dio en el lugar correcto, ya era demasiado tarde para Jake como para poder reaccionar. Aquella flecha se incrustó tanto que ya ni siquiera podía intentar quitarla, colisionando justo en aquel lugar que tanto se había esforzado por proteger. Él sólo se sorprendió al darse cuenta. Sin quererlo, ya era demasiado tarde para reaccionar. Aquella flecha era inmensa, pero Jake no podía –ni quería– construir un escudo a su alrededor.

Pero entonces Heeseung apareció frente a él, encontrando sus miradas en medio del pasillo de aquella cafetería.

¡Él está demasiado cerca!

—¡Jake! —dijo Heeseung con gran asombro, pero no pudo decir nada más antes de que Jake se abalanzara contra él, envolviéndolo en un abrazo desesperado.

Heeseung no pudo decir nada más cuando Jake ya tenía oculta su cabeza en su pecho. Al mismo tiempo, el olfateó el olor de su perfume.

—No sabía que estarías por aquí. —continuó Heeseung. 

Jake le miró con incontenible emoción.

—Yo tampoco esperaba encontrarte por aquí, Hee.

—Esto sí que es una gran sorpresa ¿No lo crees?

—Nop —respondió Jake. —Yo pienso que fue el destino diciendo que debíamos tomar algo juntos. —bromeó.

—Seguro.

—Genial, porque creo que tú y yo tenemos mucho de qué hablar.

—Yo creo lo mismo, Jake.

El nerviosismo de Heeseung se hacía notar. 

¿Acaso él ya lo sabría?

—No es nada malo, yo sólo quiero acercarme más a ti. ¿Me crees?

—Por supuesto que te creo.

—Yo busco volvernos más cercanos. Tú eres lo más importante aquí. Promete que no me detendrás.

—Lo prometo, Jake.

—No olvidaré esto jamás, así que espero que cumplas tu promesa. 

Heeseung sonrió con ternura.

—¿Sabes por qué hago esta promesa?

—Cuéntame, Heeseung.

—Cuando te conocí por primera vez y te observé con detenimiento, cuando no tenía a nadie en quien confiar, además de Jay, de alguna forma, te hiciste cargo de mí. Tú que no me conoces bien, intentas acercarte a mí de todas las maneras posibles. Pero aún sabiendo lo tímido que puedo llegar a ser, me cuidaste como nadie nunca lo había hecho. Me has mantenido en una burbuja de cristal, siempre con esperanzas de llegar a más. Disfrazaste mi realidad por una mejor. Aún no sé por qué lo has hecho, pero quisiera hacer lo mismo por ti, Jake.

Ambos sonrieron en medio del abrazo.

—Eso es precioso, Heeseung.

—Lo sé. —dijo nuevamente. —No quiero que me dejes, Jake. ¿Puedes prometer que te quedarás a mi lado sin importar lo que pase?

—Lo prometo.

Aquellas palabras pesaron más de lo que debieron haberlo hecho.

Y ellos se desvanecieron en su propia burbuja.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 15, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

𝐃𝐔𝐋𝐂𝐄 𝐕𝐄𝐍𝐆𝐀𝐍𝐙𝐀 › heejakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora