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Puede que donde vivían, Cokeworth, no fuera el lugar más pintoresco que alguien se podría imaginar. Era una ciudad de tamaño mediano. Esta ciudad tiene varias calles con casas estilo "chalet" de ladrillo idénticas entre sí. Era una ciudad triste y gris, con casas y fabricas abandonadas por doquier.

Los Evans vivían ahí, pero algo alejados de ese lugar, donde ellos vivían  estaba lleno de vida, flores de distintos tipos, hierva verde, risas por doquier, muy diferente a La Hilandera, pero hablaremos más tarde de ese lugar.

La vivienda de los Evans estaba a poca distancia de La Hilandera, donde vivía la familia Snape, formada por un matrimonio y un niño de la misma edad de Dahlia y Lily.

Pero dejemos eso a un lado, en una de las habitación de la residencia Evans, una niña de seis años de cabellos pelirrojos opacos y con unos ojos verdes tan brillantes que se podrían confundir con dos esmeraldas, se encontraba en su habitación viendo una nota escrita por ella misma que no recordaba haberla escrito.

"Tus recuerdos empezaran a aparecer una vez que cumples los once años"

Al principio pensó que podría ser una broma de sus hermanas, pero rápidamente lo descarto, sus hermanas no eran de hacer bromas, las bromas las hacia ella, además de que extrañamente confiaba en aquellas palabras, sabia que las había escrito ella aunque no lo recordara.

Soltó un grito cuando la nota se volvió fuego y cenizas en su mano. Por aquel grito, Rosalie entro a su habitación a toda prisa, preocupada por su hija.

- ¿Estas bien? -Cuestiono preocupada mientras revisaba si tenia alguna herida. Dahlia al ver esta acción tiro las cenizas al suelo y se limpio los restos en el pantalón- ¿Por qué gritaste?

- Me golpee en el dedo meñique del pie -Dijo la niña rápidamente, moviendo nerviosamente sus pies descalzos

- Eso te pasa por ir descalza, cariño -Le dijo ya más tranquila con una sonrisa en el rostro- oh, y recoge lo que sea que hayas tirado al suelo

- Si, mama 

Más tarde ese mismo día, las mellizas decidieron salir al jardín. A los seis años ya se empezaba a notar como sus personalidades, gustos y habilidades, eran tremendamente distintos, aunque coincidían en varias cosas. 

Dahlia era una niña cariñosa, bromista, linda ni se diga, tenia un gran temperamento, digno de su madre y abuelas. Le gustaba hacer era leer, el deporte y dibujar, también solía ayudar a su madre en la cocina, en lo que Rosalie la dejaba para que no se hiciera daño,  cuando se encontraba de muy buen humor la podrías ver bailar y cantar por toda la casa. Dahlia al contrario de sus hermanas era demasiado imperativa, no se podía estar quieta en un mismo lugar por más de diez minutos, le encantaba que su padre le enseñara a jugar al futbol, al basquetbol y al beisbol.

La niña solía ignorar a su abuela cuando decía que esos juegos no eran propios de señoritas.

Lily, al igual que su hermana melliza, era cariñosa, sincera, linda ni se diga, tenia un gran temperamento (más que su hermana), digno de su madre y abuelas y también era celosa y protectora. También le gustaba leer, de echo se podía pasar horas leyendo sin parar. También le gustaba practicar deporte, aunque no tanto como a su melliza. 

Dahlia y Lily coincidían en su amor por la lectura, los animales y las plantas. A las dos les encantaba una buena lectura, aunque a Lily le gustaba más lo clásico como Romeo y Julieta y a Dahlia los libros de fantasía y aventura como Viaje al centro de la tierra .

Petunia y Lily a menudo se peleaban por la atención de su hermana, dejando a Dahlia sin saber que hacer o como actuar. Pero lo conseguía arreglar convenciendo a las dos de dibujar o de jugar las tres juntas.

En este momento Rosalie y Petunia estaban viendo como Apolo y las mellizas jugaban al fútbol. Le habían dicho a la dos que si querían unirse pero las dos negaron aquella oferta. Rosalie porque prefería grabar en video el momento y Petunia porque no le gustaban ese tipo de juegos.

Cuando terminaron de jugar Apolo  tomó a su hija menor en brazos y lo acomodo sobre sus hombros antes de continuar su camino de regreso a casa, mientras que a Dahlia la agarraba de la mano, los tres se dirigían al porche de su casa donde les esperaban una buena taza de chocolate caliente.

Change {Harry Potter}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora