Mentiras, engaños, manipulaciones, así fue toda la vida de Harry Potter.
Cuando descubre las mentiras, engaños y manipulaciones que estaban a su al rededor, decide usar un antiguo ritual prohibido que se encontraba en la biblioteca Black.
Viaja 38 a...
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Una sorpresa bastante gratificante
Daliah Evans tenia ganas de crear un poco de caos.
Y eso nunca era bueno.
Desde la mesa de Gryffindor, Lily Evans, veía intranquila la sonrisa de su hermana. Teniendo claro que debía acercarse a ella para que no hiciera ninguna estupidez. Fijándose mejor, vio como su hermana y Nyx Lovergood, no comían nada a excepción del zumo de calabaza y el pudin. Con miedo la pelirroja miro su comida justo cuando los gritos y las risas se empezaron a oír en el comedor.
- ¡Tienes cuernos! -Grito Sirius a su lado señalo a James
La pelirroja miro a James y efectivamente tenia cuernos, parecían de un ciervo o un alce, no los sabia diferenciar.
- ¡Tu tienes orejas de perro! -Grito James a su mejor amigo
Los ojos verdes se fijaron en Sirius Black, no lo conocia mucho, más haya de intentar que tuviera un libro entre manos y sus conversaciones sobre el mundo muggles. Se fijo en su cabeza y vio que entre el cabello salían dos orejas de perro.
- ¡Yo tengo una cola de rata! -Se quejo Peter intentando esconderla debajo de su túnica
Poco sabían ellos que eso seria su parte de tu transformación animaga.
A el ni le miro. Le caía mal y tenia un mal presentimiento con respecto a Peter. En su corazón sentía un resentimiento que no sabia identificar porque nunca en su vida habia conocido a Peter Pettigrew. Igual le ocurría con James y Sirius, pero con ellos era afinidad y confianza, lo cual le extraño ya que hablaba muy poco con ellos, ya que no los soportaba.
Lily con miedo llevo las manos a su cabeza, tranquilizándose al notar que a ella no le habia pasado nada.
- ¡MI CABELLO! ¡MI HERMOSO Y RUBIO CABELLO! -La voz del heredero Malfoy se dejo escuchar por encima de todos los gritos y risas
Lily, al igual que casi todos los del comedor, puso su atención en el. Dándose cuenta que el cabello rubio del heredero Malfoy era de color verde moco fosforito.
Las risas se oyeron. Las más estridentes eran la de los gemelos Fabian y Gideon Prewett, de ultimo año.
La cara de Lucius ahora era de enfado gritando que su padre se enteraría de esto.
Los profesores intentaban calmar a los alumnos.
Pero tardaron mucho en conseguirlo.
- Hay que admitir que esto ha sido un muy buen trabajo de pociones -Alabo Horace Slughorn, cuando los alumnos abandonaron el comedor.
- Cuando sepamos quien lo ha echo debe ser castigado -Hablo Minerva
- Vamos, fue divertido y no ha habido ningún daño, lo que causo la poción se arreglo al beber el antídoto que estaba en el agua -Hablo la profesora de runas viendo detenidamente los platos y vasos de los alumnos
La profesora de runas pudo darse cuenta, que aunque las bromas parecían aleatorias, no lo fueron y que seguramente el o los culpables se lo habrían hecho a su mismas para descartarse de sospechosos.
No diría nada. Había sido un buen trabajo y nadie había salido herido, a excepción de la dignidad de Lucios Malfoy. Pero eso no le importaba.
Los días siguientes se seguía hablando de la broma, no se habia podido averiguar quien era. Algunos tenían sus sospechas, pero la rechazaron rápido, porque la poción que utilizaron era de quinto año.
Los o las bromistas solo dejaron una firma al final de los vasos donde estaba la poción, era un animal extraño, no estaba en los libros, pero Lily cree haber escuchado la descripción cuando ella y su hermana hablaban con Nyx sobre las criaturas imaginarias que solo ella veía.
Nargles.
Lily resoplo divertida, estaba contando los días en que su hermana tardaría para hacer de las suyas. Y debía admitir, aunque no fuera muy fan de las bromas, que habia tenido gracia. Cosa que nunca admitiría en voz alta.
Los siguientes días fueron tranquilos, en los pasillos solamente se hablaba de la broma. Habia muchas teorías sobre quien podía ser.
Algunos decían que los de quinto.
Otros que eran los de séptimo año.
Severus gritaba a los cuatro vientos que los culpables habían sido Sirius Black y James Potter. Pero nadie le hacia caso, todos sabían del odio que tenia hacia ellos, además, aun no superaba el echo de la poción le hubiera puesto alas de murciélago.
- Flor, esta noche tendremos visita -Hablo Nyx a su lado en un murmullo solo audible para ella
Daliah la miro sin comprender, pero se mantuvo callada, habia aprendido que lo que decía Luna, aunque muchas veces no tuviera sentido alguno, habia que hacerle caso y no buscar en significado concreto.
- Espero que sea agradable -Murmuro en respuesta mientras hacia anotaciones en su cuaderno
Nyx solo sonrio.
Lo seria.
Al siguiente día, Lily habia atrapado a su hermana junto con los amigos de esta en la biblioteca, los exámenes de acercaban y la pelirroja se horrorizo al descubrir que ninguno habia abierto su libro para empezar a estudiar.
- Tu sospecha a sido acertada, todavía no existe -Habia dicho Nyx de la nada, confundiendo a todos los que rodeaban la mesa, a excepción de Daliah, quien fue la única que la entendió.
Al parecer, Fate, habia echo que Damocles Belby, el creador de la poción Wolfsbane en su linea temporal, aun no la habia creado.
Daliah sonrio. Seria arriesgado y era probable que se pusiera en la mira de Dumbledore y de Voldemort. Pero se arriesgaría.
Total, seria una poción creada por "accidente" por dos estudiantes de primer año.
En la noche, después de que Dumbledore hiciera su típico discurso el cual nadie entendía, anuncio que tendrían tres nuevos alumnos transferidos desde Beauxbatons.
Neville Longbottom y sus dos primos Fred y George entraron por las puertas del gran comedor, los dos gemelos haciendo una de sus entradas espectaculares, volando en escoba y lanzando fuegos artificiales.
Fred y George, estuvieron al menos quince minutos hablando con el sombrero, al final, Fred fue a Slytherin y George a Ravenclaw.
A los gemelos el disgusto estar separados. Pero lo arreglarían.
En cuento a Neville.
El sombrero también se tardo en decidir a que casa ponerle, pero al final grito la casa de los tejones.
Ya fuera del comedor y de los ojos curiosos, en un aula en desuso, Daliah y Nyx abrazaron a sus amigos.
