Me vestí con mi ropa habitual y me puse el sombrero. Había echado de menos llevarlo. Cuando salí de la habitación Dazai hizo una mueca.
- Estabas mucho más guapo anoche. - me dijo al ver que no me había puesto un vestido.
- Te voy a estrangular.
- Lo estoy deseando. - sonrió.
- Por cierto, ¿cómo entraste en mi casa? - pregunté, aunque ya intuía que había forzado la cerradura.
- Ahhhhh, eso. Abrí la puerta con mi juego de llaves.
- ¿¡CÓMO!?
- Te las robé y las dupliqué hace siglos. A veces vengo solo para ver cómo duermes y saco fotos. Babeas mucho al dormir. - Explicó tranquilamente como si fuera obvio.Cogí el mando de la tele y se lo tiré.
- Vamos, Chuuya, eres muy predecible.- Dazai se limitó a agacharse y el mando se rompió. Gracias a él me había quedado sin mando -. ¿Qué pasa, Chuuya? ¿Quieres hacer esperar al jefe? De prisa, yo conduciré el coche que robaste ayer.
Ante la amenaza de viajar en un coche conducido por Dazai corrí a ponerme en el asiento del conductor para ahorrarme la tortura. He visto cómo acaban sus coches y no es agradable pensar en lo que les puede pasar a los pasajeros.
Conduje saltándome el límite de velocidad de nuevo mientras Dazai se iba quejando por tener que ser el copiloto.
Esta vez Mori estaba reunido con alguien y tuvimos que esperar. Dazai pegó el oído a la puerta para enterarse de lo que pasaba ignorando las protestas y amenazas de los guardaespaldas del jefe.
De repente oímos la voz del jefe que sonaba amortiguada por la distancia:
- Dazai-kun, apártate de la puerta para que nuestro invitado pueda salir.
Dazai se apartó y un hombrecillo nervioso salió deprisa y apenas nos miró mientras yo pensaba ¿y cómo diantres sabía Mori que Dazai le estaba espiando? Me quedé con la intriga pero pasamos.
- Qué bien que hayáis venido. - saludó Mori . - ¿Qué tal os fue en la fiesta de anoche?
- Pues normal. - Replicó Dazai -. Chuuya mandó a la estratosfera a un diplomático, nos colamos en un despacho, revisamos un diario raro y hablamos con un tipo con personalidad múltiple.
- Sí, lo normal. - coincidió el jefe -. Me alegro de que Steve no fuera un traidor.
- En realidad no se llamaba Steve. - interrumpí -. Se llamaba Stevenson.
- Y Stevenson no era miembro de la Mafia. - continuó Dazai. - Ese era Hyde.
- Y Hyde no habló con la policía. De eso se encargó Jekyll. - aclaré.
- Jekyll y Hyde son las otras dos personalidades de Stevenson - explicó Dazai. - Esa es su habilidad. Hyde también tiene una habilidad pero no nos dijo cuál era. Pero por su diario deduzco que puede encontrar y atraer cualquier cosa perdida en el mar.El jefe no se extrañó y asintió.
- Esa habilidad es muy útil. Puede hacer rico a cualquiera en poco tiempo. Muchas gracias a los dos, - nos felicitó - sabía que haríais un excelente trabajo juntos, como siempre. Solo un diamante puede pulir a otro diamante. Juntos trabajáis mejor que solos.
- Pero señor, - dijo Dazai seriamente - Chuuya no es un diamante. Él es una mina de grafito excepcionalmente pequeña.Bufé y empezé a intentar darle algún golpe. Dazai los esquivaba con facilidad y se reía de mis intentos.
- ¡QUIETOS! - ordenó Mori - Tengo interés en conservar mi despacho intacto, así que por favor salid a pelearos fuera.
Nos fuimos y continuamos discutiendo por las escaleras. De repente escuchamos a algunos miembros de nivel intermedio que bajaban a nuestro lado.
- ¿Viste a la chica pelirroja que salió ayer de la sede? Estaba buenísima.
- No, no la vi. Pero me crucé con una morena que era un pibón. Seguro que era mejor que la tuya.Dazai y yo cruzamos miradas y descubrí que coincidíamos en algo: había que eliminar a esos tipos antes de que alguien sacara conclusiones.
Fin.
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Después de la tormenta [Bungō Stray Dogs]
Fiksi PenggemarDespués de Stormbringer, Chuuya es avisado por Dazai de que Mori les busca para una misión. Tendrán que hacerse pasar por las señoritas Nakamura Rio y Takagi Yasu para conseguir las pruebas de la traición de uno de los colaboradores de la Port Mafia.