3- Nada es para siempre

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Llevábamos un tiempo "saliendo" a escondidas de nuestras familias, a nuestros amigos les dijimos, cuando Enzo nos piyo besándonos, ellos estuvieron felices por nosotras y nos apoyaron, hasta que nuestras familias se enteraron de la peor manera.

Habíamos armado un plan, el plan perfecto, ella iba a estudiar literatura y yo artes, en la misma universidad, compartíamos el alquiler y comenzaríamos a vivir juntas como las "mejores amigas" que eramos. Todo iba bien, ya teníamos nuestras cartas de ingreso a la universidad, hasta que ir a una fiesta nos cambiaría la vida.

Estábamos en el lugar bailando demasiado pegadas, algo que no nos importaba ya que no conocíamos ni nos conocían en el lugar, o eso pensamos. Entre tanto roce nos besamos y la foto de ese beso llego a la casa de cada una, una semana después.

—Sientate Marina —mi madre se ve en verdad enojada— quiero que me digas que es esto —la foto de nosotras besándonos en primera plano, debo haber quedado blanca ya que mi madre me trajo un vaso de agua con azúcar—. Así que Emilia y tú son más que mejores amigas...

—Mamá...

—Dejame terminar —levanta la mano para callarme— no sé en que momento dejaste de confiar en mí como para esconderme algo así Marina, no crié a una mentirosa. Espero que al menos hayas respetado nuestra casa.

—Claro que la respetamos mamá.

—¿Tienes algo que decir?

—¿Cómo llegó esto?

—Lo dejaron abajo de la puerta en un sobre que decía para la mamá de Marina. Me voy a acostar, te dejé de cenar en la heladera.

—Mamá —digo con sollozo— perdón, perdón por no contarte, tenía miedo... miedo de que...

—¿No te aceptara? ¿Te corriera de la casa? La verdad es que no entiendo el amor entre personas del mismo sexo, simplemente se me hace extraño, pero si eres feliz no tengo mucho que aceptar. Solo quiero tu felicidad, Marina, y ojalá me hubieras contado tú, en vez de tener que enterarme de esta manera.

Mi mamá se fue a acostar, al día siguiente me enteré y no de buena manera que los padres de Emilia también sabían, les llegó la misma foto. Llegué a casa y ahí estaban ellos en la puerta hablando con mi mamá.

—Tú, maldita desviada, ni te le vuelvas a acercar a mi hija —me dijo su padre y mi madre se interpuso en medio de ambos.

—Ni se le ocurra hablarle a mi hija en ese tono, ellas ya no van a estar juntas.

—¡NO! NO MAMÁ POR FAVOR, por favor no nos obliguen a separarnos, nos amamos, por favor.

—¿Amarse? Tienen 17 años, esto es solo una fase que tienen que pasar. Quisieron probar y lo hicieron, esto se acabó. Emilia va a estudiar, graduarse, casarse con un hombre y tener una vida normal como debe ser, así que no te vuelvas a acercar a ella, si es que tanto la amas, Marina —dice su madre, toma a su esposo del brazo y se van.

—Entra —angustiada y destrozada entro a mi casa—, siéntate —me siento obediente en una silla— te haré preguntas y vas a ser lo más honesta posible —asiento— ¿La amas?

—Sí.

—¿Estás dispuesta a luchar por ella?

—Sí.

—Aunque sea difícil —asiento—, aunque ella te aleje y te rompa y el corazón —asiento, mi madre se queda callada un momento, pensando—. No voy a prohibirte nada, ya tomás tus propias desiciónes. Me está costando y me costará aceptar esto, pero si es lo que quieres... —toca mi mano para darme apoyo—. Siempre has hecho demasiados sacrificios, siento que te he pedido mucho desde que eras pequeña, pero jamás te pediré que elijas entre ser feliz o no. Así que si es a ella a quien amas —traga con dificultad— está bien.

Dicho ésto se levanta y se va a acostar, yo me quedo sentada catatónica sentada en la mesa, procesando todo y viendo cómo pensaba en mil escenarios posibles, donde todo salía mal y donde todo salía bien. No tardaron mucho en tocar la puerta de mi casa, a la segunda vez que insistieron logré salir del trance, para notar que en todo ese tiempo no he dejado llorar.

—¿Jeremy? ¿Qué haces aquí?

—Me mandó mi hermana ¿Podemos hablar?

—Si, pero no acá, mi madre está durmiendo. Hay una plaza cerca, vamos.

Jeremy, es más grande que Emilia por dos años, tiene el cabello negro y ojos marrones, pero sus facciones son parecidas a la de ella, solo que más musculoso ya que vive prácticamente en el gimnasio.

Llegamos a uno de los bancos de la plaza y nos sentamos uno a cada lado, con una distancia de por medio.

—Tienes que dejarla ir —dijo así sin más—, no eres buena para ella.

—¿Según quién? Si nos amamos.

—El amor no es suficiente Marina, que se amen no es suficiente, tienen 17 años. Piensa en su futuro, mis padres amenazaron con quitarle el apoyo universitario si siguen con esto y es más con echarla de la casa si es necesario. No eres buena para ella.

—Sí lo soy Jeremy.

—No, no lo eres y seamos honestos, empezarás la universidad y trabajaras al mismo tiempo ¿Cuánto tiempo crees que tu madre dejará que ella viva con ustedes? ¿Cuánto tiempo les durara la luna de miel, hasta darse se bruces con la realidad? Dejaras la universidad en el primer o segundo año, porqué necesitarás trabajar más que estudiar, ella también se pondrá a trabajar para no ser una carga y dejara la carrera, entonces cuando tengan que ¿Unos 25 quizás? Se darán cuenta que esto ya no funciona y perdieron un montón de tiempo, por un capricho de ambas —no era yo la única con la capacidad de imaginar escenarios fatalistas.

—Esa desición es algo que ella también tiene que querer tomar.

—Sabes bien que ella no lo hará, no va a dejarte, por eso tienes que hacerlo tú. Marina sino lo haces mis padres se encargaran de hacer que echen a tu mamá de su trabajo y hasta tengan que mudarse.

—¡Mí mamá no tiene nada que ver!

—Lo sé, pero es su hija ¿Qué esperabas? Harán todo lo posible para alejarte de ella. Sé que no eres una mala persona y por eso te estoy avisando. Has lo correcto Marina, apartate y deja que pueda hacer una vida normal, aún está a tiempo.

—No tiene nada de malo que nos amemos —digo llorando— ¿Por qué es tan difícil que lo vean? No hemos matado a nadie, solo nos amamos.

—Pero son mujeres, Marina, mujeres. Tengo que irme, confío en que harás lo que te dije, si quieres que tu mamá conserve su trabajo.


Hundida en Emilia. [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora