Odio que no te odio - Lasso (canción que usé para escribir este cap, la dejo arribita)
Del sillón a la habitación, el vestido floreado desapareció tan rápido que no sé dónde quedó ni me importa.
La adolescente inexperta se había convertido en una mujer llena de experiencia, aunque al fin tenerla en mis manos me hacía casi temblar. Emilia en todas sus versión es hermosa pero la versión adulta me deja con poca y nada de cordura.
-Me la quedé viendo- ¿Qué que pasa? ¿Tengo algo... o no te gusta lo que ves?
-¿Gustarme? Amo lo que veo Emilia, solo me dejaste pasmada con lo hermosa que eres.
-Vas a seguir haciendome esperar o vas a probarme -hizo una sonrisa de medio lado bufona-
Entonces trepe para deshacerme de las últimas prendas de ropa que se interponian entre ella y yo, sin dejar de besarla, ella subió una pierna rozando mí entre pierna ya de por sí húmeda, es que ella con solo verla provoca cosas en mí, tenerla así...
Me debatía entre mis ganas salvajes de poseerla con deseo y la suavidad con la que debe tratarse la flor más delicada, asi que bailando entre esa delgada línea de amor intenso y suave, recorrí su cuerpo que reaccionaba aún más sensible a mi tacto. Mi mano ya estaba haciendo estragos en su entrepierna, en donde su sexo latía y estaba acalorado ante mi tacto, se mordió fuerte el labio inferior cuando introduje mi mano en ella creando fricción sin adentrarme, no aún, aunque sus ojos me suplicaban lo que ella se negaba a pedirme que hiciera.
Bajé lentamente sin dejar de tocarla, bese el interior de sus muslos y aseguré abriendo sus piernas para mi lo mayor posible. Probarla de nuevo desató aún mayor lujuria y deseo, uno que solo había experimentado con ella hacía ya mucho tiempo, limpié mi boca sin desperdiciar ni una gota de su delicioso néctar, luego me acomodé entré su pierna y ella comencé a embestirla primero suave y luego de la manera urgente en la que lo pedían nuestros cuerpos.
Caí rendida sobre ella quién como siempre acomodó mi pelo, mientras acariciaba mi espalda y tratábamos de reponer el aire que nos habíamos exprimido hacía momentos antes.
-¿Porqué me dejaste ir Marina? Podríamos haber hecho esto tantas veces durante los 10 años que perdimos.
-No tuve elección.
-Siempre hay elecciones, siempre puedes elegir.
-No siempre -Se apartó de mí lado y se levantó de la cama- ¿Qué haces? ¿A donde vas? -tomé mi blusa del suelo y mis bragas, ella abrió la puerta y caminó desnuda al living para ponerse su vestido-
-Ya ha pasado bastante Marina y aún no me dices la verdad ¿Qué más hay? ¿Qué es lo que no me estás diciendo?
-Era el momento de hablar yo no les debía nada y ellos me lo habían quitado todo- Ellos me obligaron, no me dieron opción, dijeron que si no te dejaba harían que echaran a mí madre de su trabajo, que nos echaran de la casa, se asegurarían de que tuvieramos que mudarnos porqué yo soy una enferma.
-¡¿Ellos quiénes?!
-¡TUS PADRES Y TU HERMANO!
-¿Qué? Pero si... Jeremy me dijo que...
-Ese día que nos encontramos en la plaza donde tu lo habías mandando, me dijo que me alejara de ti y me comunico lo que harían tus padres sino lo hacía. Luego tus padres fueron a mi casa y me lo dejaron bien en claro.
-Yo jamás le pedí a Jeremy que hablara contigo y no sabía que mis padres habían ido a tu casa. ¡Qué imbecil fui! Les creí cuando me dijeron que tú no querías verme, que te habían visto con alguien más... los chicos... debí creerles a ellos y no a mí familia, pensé que lo hacían para defenderte.
-Ella se sentó en el sillón- Amor jamás te hubiera dejado por voluntad propia y ese día en la plaza iba a sacrificarlo todo y no dejarte ir, pero no pude... no pude hacer pasar a mí madre por eso.
-¿Porqué dejamos pasar tanto tiempo? ¿Porqué no nos buscamos antes?
-¿Somos idiotas las dos? Tal vez pensaste como yo, que estarías enojada y que no querías volver a verme jamás, que me odiabas.
-Quise odiarte, odiar tu voz, tu pelo negro lacio, tus ojos cafés que veía en todos lados, el tono de tu voz que recordaba siempre, o tu letra en las cartas que me quedaron, pero lo único que terminé odiando es que no podía odiarte y jamás podría.
-Ven conmigo Emilia, vamonos a donde quieras, ven conmigo y podemos ser felices en cualquier parte del mundo.
-No puedo -soltó mí mano- estoy comprometida con Marcus.
-Dejalo y ven conmigo ¿O lo amas?
-¿Amarlo? Es más complicado que eso, no puedo irme, no puedo dejarlo.
-Pero...
-Lo lamento pero no puedo hacer esto, no ahora, debo irme o cometeré una locura.
-¿Que locura, de que hablas Emilia?
-Me quedaré contigo, esa es la locura que cometeré -se puso sus bragas- y si lo hago -me plantó tremendo beso- las cosas serán peor, pero no puedo estar lejos de ti.
Me empujó al sillón y salió corriendo a la puerta, la abrió y antes de poder llegar a ella ya estaba montada en la motoneta marchandose tan rápido cómo vino y dejandome aún más descolocada por sus palabras.
Le mandé uno, dos, tres y cincuenta mensajes a los que no respondió, igual con las llamadas. Decidí que ya era suficiente insistencia de mi parte, así que hice lo que no debería, con mis conocimientos en sistemas buscar sobre su futuro esposo, debe haber algo que me oculta, algo que no pueda decirme y entonces debo averiguarlo por mi misma.
No me costó mucho dar con información sobre Marcus Alexander Dubois Rocher, su familia es una de las pudientes más pesadas de Europa. Dueños de algunas petroleras él es el hijo varón y primogénito nieto de Francesco Dubois, el patriarca de la familia, pero se alejó hace algunos años, desapareciendo del foco publico. Se lo ligo a algunos escandalos pero no dice cuales... supongo que el poder del dinero, borró información de la web. Me fijé en todo, redes sociales, revistas, artículos de diarios, entrevistas, en horas ya sabía hasta el ascendente en su signo zodiacal, a la hora que había nacido y muy pronto si me enteraba que algo tenía que ver con lo que dijo Emilia, hasta de lo que va a morirse.
Lo peor que pude encontrar es que el tipo está limpió. Entonces ¿En que se metió ella que no puede cancelar el compromiso? ¿Quien eres en realidad Marcus? ¿Que borraron de la web?
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Hundida en Emilia. [Editando]
RomanceUn amor puede hundirte o sacarte a flote. Ella primero se hundió, antes de tener los recursos para poder flotar y recuperarla. Dos mejores amigas de la adolescencia, se convirtieron en más que eso, hasta que la familia de ambas se entera y las obli...