Hubieron dos momentos y dos personas a las que amé más quizás que a mí misma, que marcaron mi vida para siempre, porque vi el dolor en sus ojos, dolor que les había causado yo y quizás me arrepienta de eso el resto de mi vida, lo hice pensando en protegerlas, aunque proteger a una dañara a la otra. La primera persona fue mi madre, al no contarle que estaba saliendo con Emilia, al no confiar en ella lo suficiente para poder decirle y vi su corazón romperse con el paso de los días; la segunda fue Emilia y ahora es como voy a romperle el corazón...
Nos encontramos en una plaza luego de que nuestros amigos nos ayudaran, cada uno vigilaba un punto por las dudas nos encontrarán juntas ahí.
—¿Te escapaste de tu casa?
—Sí, quería verte.
—Ya no debemos vernos, te lo dije en la carta que te mandé con Xav.
—¿Ya no me amas?
—No podemos estar juntas, Emilia. Lo que teníamos acabó.
—¿De qué hablas? ¿Qué te dijo mi hermano? Mar por favor, no me dejes, te amo.
—Tenemos 17 años, esto no es amor es algo que quisimos experimentar y se acabó.
—¿Cómo algo que experimentar? ¿Acaso fui un juego para ti? Mírame a los ojos, Marina y dime que no me amas —aparto la mirada, no puedo hacerlo— ¡Mírame! ¡Mírame y dilo!
Pensé en mi madre, en lo que sería que ella se quedara sin trabajo, en la vergüenza de tener una hija marcada de desviada, en lo amargada que estaría y tendría que verla, porque otra vez no alcanzaba para llegar a fin de mes, otra vez dos trabajos, y ya es grande y está cansada, pero tampoco me dejaría dejar la escuela para ayudarla trabajando. Entonces me enoje, me enojé lo suficiente como para poder mentirle a la cara.
—¡¿QUIERES QUE TE LO DIGA A LOS OJOS?! ¡NO TE AMO! ¿ya estás contenta? No te amo Emilia —sus ojos se llenan de lágrimas, la herida que acabo de hacerle amenaza con sangrar a borbotones por su pecho— lo s... —intento tocarle el rostro, pero ella se aleja— Emilia... —perdoname, perdóname mi amor, lo lamento, lo siento tanto— es mejor así.
—Ya no volveré a buscarte, no sabrás de mí y jamás nos volveremos a ver —da la vuelta y comienza a alejarse de mí llorando.
Corro tras ella, quiero decirle que le he mentido, por supuesto que la amo, claro que la amo, estoy dispuesta a luchar por ella, por nosotras. Pero cuando voy llegando a ella, al frente un poco más adelante está su hermano, quien niega con la cabeza que no lo haga, y entonces mi mamá vino a mi mente ¿Por qué tengo que elegir entre quienes más amo? Entonces elegí el menor daño, sacrificar nuestro amor, quizás el tiempo podría aminorar el dolor... pero de hecho eso no pasó.
Los chicos quedaron en medio de ambas, yo me había aislado de todos, mi mamá estaba preocupada y el único estado emocional que experimentaba luego de haber sido tan feliz, era tristeza, una tristeza que me consumía con el paso del tiempo.
—¿Qué es esto? —digo furiosa a ver a los tres sentados frente a mí— ¿Quieren hacer una intervención conmigo? Púdranse.
—Marina no te vayas —dice Xav el más alto de los tres bloqueandome el paso.
—¿Me van a encerrar?
—No —dice Enzo el más civilizado, tomando el hombro de Xav, ya que Jayden era el temperamental e impulsivo—, eres libre de irte, pero te pido que al menos nos escuches un poco —su cabeza llena de rulos me invita a sentarme.
—¿Qué pasa?
—Es lo que queremos saber. Desde la ruptura ninguna de las dos se ha vuelto a hablar, a ti te lleva la desgracia, por decir lo menos, estás ojerosa, delgada...
—Tengo un espejo en mi casa, gracias.
En efecto no solo me siento como la mierda sino que tambien luzco así, mi cabello castaño ha perdido casi todo su brillo, de tenerlo siempre suelto y lacio, ahora lo llevo atado en una coleta o todo recogido en un rodete. Mis ojos marrones, ya no son los ojitos chocolate de ella, son solo marrones, tan comunes y corrientes como la mayoría de la población. Luzco palida, bueno aún más y mis ojeras son tan notorias que si voy a zoológico seguro me confunden con un panda.
—¿Qué pasó en la plaza?
—La dejé.
—Ya lo sabemos, genia. ¿Por qué la dejaste? ¿Por qué así? —dice Jayden.
—Era lo mejor.
—¡Deja de decir eso como un disco rayado! ¡¿Acaso no la amas?!
—Claro que la amo, la amo tanto que cada mañana el despertarme sin que ella esté en mi vida, me duele, me quema, y hace que lloré apenas abro los ojos, recordándo todo como una película de bajo presupuesto, con malos efectos especiales, donde le rompí el corazón y lo único en lo que pienso es en su mirada, cuando la herí diciendo que no la amo, algo que claramente no es cierto.
—Entonces lucha por ella.
—No es tan fácil, si fuera fácil, lo habría intentando.
—Eres una cobarde de mierda —Jayden se levanta y sale dando un portazo, Enzo fue tras él.
—Dime Mar ¿Qué pasó?
—Si te digo esto, no puede salir de acá y Emilia no puede saberlo, tienes que prometerlo —él asiente—. Su hermano me amenazó o la dejaba o haría que mi madre perdiera el trabajo, que perdieramos la casa, y nos tuviéramos que mudar. Tuve que elegir Xav, y sacrifique mi relación y el amor que sentía por ella.
—Entiendo.
—Ella seguramente me odia.
—No, no lo hace y lo sé de primera mano —lo miro esperanzada y solo comienzo a llorar, lloré hasta vaciarme y Xav solo me abrazó, eso era lo único que necesitaba— Mar ¿Qué vas a hacer?
—Nada, no puedo hacer nada al menos no por ahora.
—¿Por qué no quieres que ella lo sepa? Quizás si...
—No Xav, me prometiste, que no le dirías.
—Y no lo haré —se queda pensando— ¿Qué harás? Nos queda un año para graduarnos y separarnos para ir a la universidad.
—Estudiaré algo más o haré un curso de algo, no lo sé, estoy bloqueada, ya no puedo pintar, ni dibujar, ni bocetear, ni nada —con el aliento de Emi, les había contado de mi talento y se quedaron boquiabiertos al ver mis dibujos—. Seguiré con mi vida y si hay alguna oportunidad de volver con ella lo veré más adelante. Esto tampoco pueden saberlo los chicos —lo miré y él asintío.
No sabía en ese momento que el tiempo a futuro me tomaría casi una década, que las cosas cambiarian tanto y que los cinco cambiariamos tanto. Pero así fueron las cosas y los volvería a ver años más tarde cuando ellos volvieran a mí, todos menos una, Emilia por supuesto.
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Hundida en Emilia. [Editando]
RomanceUn amor puede hundirte o sacarte a flote. Ella primero se hundió, antes de tener los recursos para poder flotar y recuperarla. Dos mejores amigas de la adolescencia, se convirtieron en más que eso, hasta que la familia de ambas se entera y las obli...