9- Una charla poco agradable

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Xavier estaba claramente alterado al día siguiente que llegó a mi casa.

-¿Estás loca? ¿Que fue todo eso? Toda esa mierda del contrato, de los eh investigado -entró hecho una furia y se sentó en el sillón-

-No tuve opción Xav, ella no quería reunirse conmigo aceptó la propuesta de su novio y necesito retenerla en el país al menos un tiempo que me de chance a enamorarla -me senté frente a él- y no estoy tan loca o enferma, no los eh investigado, solo se lo que sé por ti, o por ellos.

-Marina no es la manera, obligándola a hacer esto.

-Su madre estuvo de acuerdo.

-Xavier se frotó el rostro exasperado, sentado en el sillón del living, se pasó la mano por el cabello y este le quedó parado- Marina cuando dije has lo que sea necesario -tenia las manos entrelazadas apoyando los codos en sus rodillas- no me refería a esto. ¿Quieres que te odie? La frené a tiempo para que no te fuera a romper la cara. -Se dirigió a Elis quién venía con unas tazas con café y bocaditos- Sí algún día de estos en un futuro cercano, la encuentras flotando boca abajo en la piscina y con Emilia cerca, ya sabés quien fue Elis.

-¿Necesitan algo más?

-Rivotril, necesito calmarme antes de que la mate yo mismo, con mis propias manos. -Elis se alejó- ¿Qué es todo eso del contrato? ¿Que haremos, que quieres hacer?

-Pensé que si podíamos recordar o volver como cuando éramos adolescentes, quizás ella podría volver a enamorarse y...

-¿Recuerdas cómo terminó eso verdad? -Elis volvió con una bandejita con Rivotril y un vaso de agua- Elis... solo era una manera de decir no voy a tomarme eso, gracias.

-¿Que podía hacer Xav? Estaba desesperada. El imbecil de su novio se me adelantó y le propuso casamiento. Ella aceptó.

-Hablar conmigo, eso deberías haber hecho o hablar con Kelsie en su defecto, pero no esto. Esto no es algo romántico para enamorarla. Todo iba tan bien... -se hizo hacía atrás en el sillón, apoyando su cabeza para ver hacía arriba- su primer encuentro había sido prometedor, ahora vienes y la cagas, la cagas del tamaño de la mierda de un T-Rex -abrió sus brazos- no entiendo cómo llegaste a tener esa idea... esa absurda idea -Me quedé callada un momento- hablé con ella, está furiosa, no creo que acepte Marina y sino lo hace acabas de hundirte sola, porque de esto no vas a recuperarla.

-Su madre hará su parte, estoy segura que aceptará.

-Otra cosa que no cambia es tu absurda fe a veces ¿Recuerdas cuando me quebré el brazo y aún así me alentaste para que siguiera jugando baseball?

-Sí, luego la fractura empeoró, y tuviste que dejarte el yeso más tiempo.

-Bueno esto es como ese brazo quebrado. Espero que tengas una buena idea de como hacer las cosas antes de que empeoren.

-Para eso también los metí a ustedes, tienen que ayudarme como antes.

-De verdad estás loca, pero yo debo estarlo más por ayudarte. -se frotó los ojos, para luego enderezarse a tomar el café, viendo tentativamente al Rivotril-

Xav se quedó un rato más, cambiamos de tema y pudimos charlar. Le arreglé el pelo por como se lo había dejado parado, luego nos pusimos a pensar en un plan de acción para poder tomar e ir llevando a cabo. Al final ella, si todo salía bien, me elegiría y cancelaría la boda, sino me robaría a la novia, es broma ¿O no?.

Elis se fue dejándonos la cena lista, mientras seguíamos hablando. Saqué de mi reserva personal de cerveza artesanal, que había comprado en un puesto en alemania y la cual guardaba a la temperatura exacta que necesitaba ser conservada. Me senté en una de las sillas a la orilla de la piscina, tapandome con una frazada y colocandome la capucha de mí buzo.

-Esa facha tuya me recuerda a tu yo adolescente -le alcancé la cerveza-

-Y eso que no has visto todo -me levanté el buzo dejando ver la remera con la boca sacando la lengua del logo de los stones-

-¿Sigues poniendote esas remeras? -comenzó a reírse fuertemente- supongo que una vez rockera, siempre rockera -dijimos ambos y chocamos el pico de las botellas- me agrada que tengas dinero, esta cerveza está deliciosa.

-¿Crees que esto funcionará?

-Aún no estoy muy seguro. Pero haremos lo posible para que ustedes vuelvan. Solo prometeme una cosa Mar -lo observé de costado- si esto no funciona o si no es el momento para que vuelvan... no intentaras una locura así de nuevo y la dejaras ir.

-Si esto no funciona, que espero que si lo haga. Seguiré con mi vida Xav y... -suspiré pesadamente- la dejaré ir. ¿Sabés? Verla de nuevo me... desestabilizó, la busqué stalke por redes y en las fotos se veía hermosa, pero personalmente... es... no es de este planeta, Emilia... -exhale todo el aire de mis pulmones- simplemente me quita el aliento, lo hacía cuando éramos adolescentes y lo sigue haciendo ahora.

-Hacian una linda pareja, cuando estaban juntas parecían brillar, a veces me cegaban con su empalagosidad... pero me basé en lo que ustedes tenían para encontrar a alguien que me hiciera sentir así y entonces llegó Kelsie.

-¿En que momento crecimos Xav? ¿Cuando fue que decidimos sacrificar nuestros sueños para convertirnos en adultos grises? ¿En que momento Enzo se hizo adicto, Jay oficinista? Emilia se largó a otro continente, yo me hice un extorsionadora, y bueno siempre supimos que serías el papá que cuidara de todos y ahora eres papá de tu propio hijo.

-Enzo empezó con pastillas para enfocarse, luego para mantenerse despierto, luego necesito para relajarse y todo se le fue de las manos; Jay no lo sé, decidió abandonar el recorrer el mundo a cambio de un sueldo y lo demás supongo que así debía pasar, tal vez fue lo mismo que les pasó a nuestros padres.

-Supongo... ayer cuando la vi furiosa casi me cago encima, y cuando me tiró el vaso... supe que la había terminado de cagar cuando le dije lo de su madre. ¿En que momento me convertí en una mierda?

-No eres una mierda Mar, pero solo a veces te mandas tantas cagadas que te tendría que llamar culo -nos miramos y ambos comenzamos a reír-

Se terminó la cerveza y lo acompañé afuera, luego de darle un abrazo y pedirle que me avisara cuando llegara a casa. Caminé descalza por la casa ya que el piso, con el termostato está caliente, me paré frente a la foto de mi madre colgada la pared de la sala y la tomé entre mis manos.

-No sabes todo lo que te extraño mamá y todo lo que me haces falta. En este momento me hubiesen servido tus consejos y tus retos.

Volví a colgar la foto en la pared y juego de apagar las luces, me lavé los pies y me acosté.

Hundida en Emilia. [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora