Capítulo 8: Promesa

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Hyunjin seguía descansando en la habitación después de haberle suministrado sus medicamentos ese día.

—¿Qué le dijeron sobre el estado de Hyunjin?

—Solo debe seguir bajo cuidado. Su cuerpo está muy débil, cualquier nueva infección podría ser mortal para él —explicó la madre de Hyunjin—. Si su estado continúa regulado, en unos días programaran una prueba de médula ósea.

Lo había invitado a almorzar ese día en la cafetería del hospital, como hacía casi siempre que podía ir.

Terminó por contarle una de esas veces la situación con su familia y estuvo agradecido de que ella pudiera entenderlo. No quería recibir nada por quedarse con Hyunjin, pero ella insistió en ayudarlo.

—Su padre trabaja todo el tiempo y además... No quiere aceptar el estado de Hyunjin, se rehusó un poco a verlo —dijo la señora—. Pediré unos días de descanso en el trabajo para quedarme con él, deberías descansar Jeongin. No digo que quedarte con mi hijo sea algo malo, pero debes tener una vida también, no creo que sea bueno para ti poner todo en pausa por eso.

Él también lo pensó así alguna vez.

—Lo siento, no puedo hacer eso.

La señora asintió, tampoco podía obligarlo a decidir. Fue solo una sugerencia.

—Hyunjin se ve mejor cada vez que está contigo.

—Estar con él me hace feliz. Hyunjin es lo único que me queda ahora.

Fue una conversación corta. Estaba aliviado de caerle bien a su mamá.

Pasó otra semana y pronto sería diciembre.

—¿Tienes una sorpresa para mí?

—Sí, pero será esta noche. Pedí permiso para salir, dijiste que querías respirar un poco de la habitación y nos dejaron, al menos a la azotea del hospital.

—Me he dado cuenta que gran parte de nuestras citas son en el hospital —Hyunjin podía moverse un poco mejor y estaba comiendo solo. Aunque le costaba comer con la izquierda, porque su mano derecha días atrás se golpeó y le dolía usarla—. Con comida que no tiene sabor, a excepción de la gelatina que la siento un poco, y de música de fondo, música de anime.

En la televisión, por mucho que Hyunjin se sintiera mal algunos días, jamás faltaba Haikyuu o cualquier otro anime que estuviera viendo esos días.

Jeongin había aprendido a reconocerlos un poco, y a sus personajes favoritos también. Hyunjin tenía unos gustos peculiares.

De algún modo, todos se parecían un poco.

—¿Dazai? ¿Quién es?

—Me duele la cabeza de tan solo mencionarlo, no lo hagas.

Después de eso, ese nombre estuvo prohibido de mencionar.

—Me gusta el de pelo rojo.

—¿Chuuya?

—Sí, y me gustaría hacer un muñeco de él también —Jeongin señaló a otro personaje que vio en la pantalla del teléfono de Hyunjin—. Este es tu favorito, ¿no?

—Sí, aunque es una situación complicada ahora. Cuando salga el nuevo tomo del manga, debes comprarlo y contarme qué pasó.

—¿Aún no termina la historia?

—No, así que no olvides, ¡cómpralo! Vienes a visitarme, me cuentas todo y luego lo colocas en mi estantería en mi habitación.

Tenía que recordar hacer eso también.

Hyunjin los últimos días, estuvo pidiendo muchas cosas.

Eso lo angustiaba.

Ese día, cuando la noche llegó y las visitas del hospital se fueron, Jeongin espero a que todo estuviera tranquilo por fuera de los pasillos. Solo había algunas luces prendidas, lucía un poco aterrador.

Hyunjin no podía caminar, le dolía. Así que volvió a cargarlo y lo sentó en la silla de ruedas para llevarlo hasta el último piso por medio del ascensor.

No hacía mucho frío, Hyunjin también dijo lo mismo. De igual manera, no estarían tanto tiempo allí.

Dejó de mover su silla de ruedas y se agachó frente a él.

De su morral sacó una bolsa y se la entregó a Hyunjin.

—¡Lo hiciste!

—Te dije que lo verías —Jeongin sonrió al ver la expresión llena de felicidad de Hyunjin.

Sus ojos brillaban mientras veía al muñeco que había hecho.

Dejó el muñeco en su regazo y se acercó a Jeongin para dejar un beso en sus labios.

Fue sorpresivo, no pensó que recibiría eso.

—Gracias.

—Me alegra que te guste —dijo mientras se recuperaba del beso.

Comenzaba a hacer frío y Jeongin intentó pararse para que regresaran, pero fue detenido por la mano de Hyunjin.

—Ya puedes hacerme la pregunta.

Eso fue lo único que había olvidado.

Para ese punto, pensó que era claro y que no era necesario. Pero, Hyunjin quería responder, que saliera de sus propios labios.

Su corazón comenzó a latir como un loco antes de hacerlo.

—¿Te gusto?

Hyunjin suspiró, lo había estado practicando en su habitación cuando Jeongin lo dejaba solo.

—Estoy enamorado de ti.

Jeongin no supo reaccionar, solo permaneció viendo sus ojos sintiendo la emoción recorrer su cuerpo.

Tomó las manos de Hyunjin con las suyas y las entrelazó.

—Estaré contigo, hasta el final.

Sus palabras fueron repentinas, no imaginó que recibiría esa respuesta.

Quería creerle, Hyunjin de verdad quería hacerlo.

Con los ojos un poco llorosos, asintió mientras sonreía.

—Es una promesa, a partir de ahora es una promesa. 

Enchanted | hyuninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora