𝐄𝐋 𝐑𝐔𝐈𝐒𝐄Ñ𝐎𝐑 𝐃𝐄𝐋 𝐄𝐌𝐏𝐄𝐑𝐀𝐃𝐎𝐑 •| #KatsuDeku

𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 2

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𝐄𝐋 𝐑𝐔𝐈𝐒𝐄Ñ𝐎𝐑 𝐃𝐄𝐋 𝐄𝐌𝐏𝐄𝐑𝐀𝐃𝐎𝐑

━━━❝𝙇𝙖𝙨 𝙖𝙡𝙖𝙨 𝙡𝙞𝙗𝙧𝙚𝙨 𝙙𝙚𝙡 𝙧𝙪𝙞𝙨𝙚ñ𝙤𝙧❞━━━

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Izuku apenas tenía 13 años cuando se enamoró de la vida, de la fantasía idílica que era descrita en los libros que leía sin parar. Su fantasía por algo tan perfecto de un amor verdadero le hacía suspirar tan suavemente e imaginar sin parar sobre  que posiblemente aquello podía ser para él; soñar que tendría un amor tan perfecto, tan profundo y real. Además, aquella idea agitaba también a su naturaleza como Omega.

Esa naturaleza que sale a flote sobre querer ser rodeado, amado y protegido.

Una naturaleza que muchos Alfas con el trascurso de los años comenzaron a pisotear. Encontrando en un Omega además de un compañero, solo un cuerpo que podían ultrajar a su antojo, saciar sus necesidades y suprimir sus instintos bestiales.

Un objeto.

Y aquella era una verdad que Izuku le hacía entristecer el corazón.

Después de todos los años, Afallom es un continente que se ha dejado influenciar por la cadena de mando autoestablecida por los Alfas para esclavizar a los débiles. Aunque existía un rumor, que había un reino... No, todo un imperio que comenzó a resurgir entre las cenizas de los huesos de los dragones para consumir la mitad de lo que era Afallom; la historia que precedía ese imperio no era más que cosas que los omegas no podían creer o afirmar que fueran ciertas.

Un imperio donde los omegas eran adorados, a pesar que el emperador fuera de corazón frío, sanguinario, atroz y tachado por algunos guerreros que le conocieron en batalla como un monstruo. Tan letal como una serpiente venenosa, no era más que el soberano absoluto de Callum; un imperio que hace siglos estaba muerto, pero supo sobrevivir y retomar lo que era suyo. Pero aún así, la alocada idea que existiera todo imperio mounstroso que veneraba a los omegas, ¡Ja! esa afirmación era contradictoria para Izuku, cuando se encontró justo en sus territorios siendo subastado frente a filas de Alfas que solo deseaban follarlo hasta matarlo cuando no fuera útil para saciarse ellos mismos.

Luego seguirían con otro Omega o Beta que pudiera cumplir la misma tarea.

Tomar, usar y desechar.

Por eso, cuando su cabeza dejó de estar su estado inconsciente y sus ojos se abrieron pesadamente por el golpe de un lucero brillante que le cegó; además de hacerle quejarse en el instante justo en que sintió un escalofrío recorrer su cuerpo sumado a un dolor que recorrió casa parte de su cuerpo, ni siquiera con el dolor le hizo darse cuenta en la suavidad de las sábanas que abrigaban su cuerpo porque ese mismo dolor fue lo que le hizo sorprenderse y poner a su Omega interior en estado de alerta al instante.

El aroma que le rodeaba le hacía identificar que estaba en un lugar desconocido,  otra vez. Pero la extrañeza de no sentir en sus muñecas la pesadez de los grilletes que hizo estar más asustado y aterrado.

¿Ya le habían tocado? No... Al parecer todavía no. ¿Entonces? ¿Qué hacía recostado en una cama cubierto de sábanas?

¡La subasta!