𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 3

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𝐄𝐋 𝐑𝐔𝐈𝐒𝐄Ñ𝐎𝐑 𝐃𝐄𝐋 𝐄𝐌𝐏𝐄𝐑𝐀𝐃𝐎𝐑

━━━❝𝙇𝙤 𝙦𝙪𝙚 𝙙𝙚𝙨𝙘𝙤𝙣𝙤𝙘𝙚𝙨 ❞━━━

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—Si, es todo lo que tú pequeña y linda cabecita está pensando, Omega. Así que nunca trates de confundirme con aquella asquerosas ratas de basurero porque solo soy tú Delta desde ahora, y tú eres mío, pequeño Luscinia... ¿Qué que haré contigo? Justamente, adorarte, Omega ¿o debo llamarte mi Gamma?”

—¿Q-Qué dices? ¡E-eso no puede ser verd-...! ¿Un Delta? Sobre todas las cosas... ¿G-Gamma? ¡Te estás confundiendo! ¡No soy nada de eso!

—Lo eres, Izuku.

— ¡S-soy un simple Omega que fue secuestrado y tú...! ,—sus palabras salían entrecortadas debido al tartamudeo que el mismo shock provocado por escuchar las palabras del otro, ¡Era algo que seguía procesando!

—¿Un Delta?

—¡Los Deltas deberían estar extintos!,—gritaba Izuku entre exaltado y con miedo.

—¿Qué pasa, pequeño Luscinia? Acaso tienes miedo por lo que has escuchado o leído lo que somos, ¿No?

El peliverde solo pudo contener la respiración por un largo rato y fijar sus ojos todavía en los contrarios sin siquiera saber si podía moverse o soltarse, en cambio el cenizo solo relamía lentamente sus labios y suspiraba ante el asombro y miedo del pequeño chico en sus brazos. Aunque sabía y debía reconocer que quizás todo lo que se conocía de los Deltas era poco o nulo.

Por generaciones la gente le ha tenido miedo a lo que la naturaleza misma puede hacer, la creación de algo que puede hacerles doblegarse y volver a lo que eran antes unos simples humanos. La mejor época de las híbridos que se hacían uno con su animal interior fueron eternas lunas en el pasado donde reinaban sin igual, no una jerarquía era mejor o peor. Todos estaban al mismo nivel, sus maneras de trabajar juntos como manadas enteras que pensaban como un solo cuerpo les hacía letales.

Pero todo aquello no sería posible sin un líder, los Deltas.

Aquellos que muchos Alfas y Omegas, así como también Betas temían o poseían el suficiente respeto para no desobedecer a los que se posicionaban cómo sus líderes; aunque un Delta era más salvaje, más agresivo y territorial capaz de doblegar en base a sangre a cualquier que osara retarle, con la única diferencia que el retador terminaría bañado en sangre sin poder hacerle frente a un Delta.

Jamás podría hacerle frente.

Son peligrosos, nadie podría hacerle frente incluso el aroma más dulce de un Omega haría algo para apaciguar las fuertes emociones o desenfrenos de un Delta; incluso pasar su celo a su lado, terminarían muriendo a causa de la agresividad e impulsos salvajes del Delta. Aunque esa misma desgracia tenían, poseían una bendición que difícil caía sobre Alfas y Omegas a menos que los cielos quisieran otorgarles un regalo... Los Deltas podían sentir a su alma gemela, su contraparte y mano derecha.

Y misma posición que solo correspondían a un Gamma.

Bellos, inteligentes, feroces y delicados que compartían similitudes con cualquier Omega y casi siendo confundido con ellos. Pero, un Gamma lleva sobre sus hombros el destino enlazado a su corazón porque únicamente pertenecería a un Delta, así como un Delta jamás dejaría de lado a su Gamma.

𝐄𝐋 𝐑𝐔𝐈𝐒𝐄Ñ𝐎𝐑 𝐃𝐄𝐋 𝐄𝐌𝐏𝐄𝐑𝐀𝐃𝐎𝐑 •| #KatsuDekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora