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Para todos fue un shock mirar en ese estado a su amigo. Todo pasó tan repentino que nadie pudo hacer nada. 

Por suerte, tres de ellos habían alcanzado y haciendo reaccionar a los demás a su vez, corrieron con su vida hacía abajo, tomando de los hombros, brazos y cintura a Jisung con fuerza que ni siquiera pensaron que podían poseer en sus cuerpos. Es que cuando la vida de alguien depende de tí, puedes sacar lo más impactante de tí mismo. 

Todos lo arrastraron a la orilla sano y salvo, a algunos casi se les sale el corazón por medio de la boca y unas lágrimas del susto. Si no hubieran caminado con rapidez, no lo hubieran podido atrapar. Entonces, notaron que tenía los ojos cerrados, no estaba conciente. 

Alarmados por descubrir que el castaño hizo eso dormido, se les fue el alma al pensar que no pudieron cuidarlo. Poco tiempo después de atenderlo, despertó. Estaba confundido y cuando vió todo lo que se había montado a su alrededor se intensificó. 

— Tranquilo, estás bien. Te quedaste dormido y estabas deambulando por el bosque pero te encontramos. – Habló el de hoyuelos tratando de darle paz. 

— ¿Sonámbulo? – Sus ojos tenían preocupación. 

— Si, pero estás bien, pudimos llegar a tiempo y rescatarte. 

— ¿Rescatarme? – Tenía miedo. 

— Si, pero tranquilo, te lo explicaremos, por ahora hay que irnos, estás agotado. Descansa– Pidió amablemente. 

— Per– 

— No vamos a dejarte. – Le respondió con calma el pelimorado, se posicionó a su lado y tomó su mano, la acarició con suavidad. Dándole reconfortante sentimiento a Han que solo asintió y volvió a tratar de descansar. 

Cuando abrió los ojos con pesadez, estaba en la comodidad de su cama, tenía unas mantas cubriéndole el estómago y pecho, el sol estaba a punto de ocultarse y se deleitó con aquella imagen. Pronto alguien entró a la habitación, la cabellera rubia se acercó con lentitud y una sonrisa pequeña pegada a sus labios. 

— Hola Han, ¿cómo te encuentras? 

El castaño se encogió de hombros. 

— Ya descansé mejor, creo. La verdad no había dormido bien, me quedé componiendo. – El de pecas asintió con una carita algo triste. 

— Preferiría que durmieras más, se la pasan trabajando, ustedes ya sabes. – Refiriéndose a los otros dos también, mientras jugaba nerviosamente con sus manos. – Para nosotros, para STAY, pero deberían tomar descansos reales. Se supone que son vacaciones y necesitan relajarse. 

Sus orbes castaños lo observaron con evidente angustia, que lo hizo sentirse culpable un poco. 

Le palmeó la cama y sonrió, el menor se acercó despacio y se recostó cerca suyo. 

— Tenemos ese mal hábito, pero procuraré tomar más en serio mis descansos, está es la única oportunidad de no trabajar y termino haciéndolo. – Rió brevemente. — Estaré tranquilo que desde hoy no tocaré mi lap. Promesa. 

El de pecas al escuchar esto, se le iluminaron los ojos. 

— Vas a ver que nos vamos a olvidar del trabajo juntos, buscaré mil formas para que el trabajo ni siquiera se asome por estos días a tu mente. – Le prometió con una sonrisa enorme. 

Terminaron abrazados sin querer y quedándose quietos por un largo tiempo, solo se escuchaban sus respiraciones y lo único que podían ver era la ventana, había comenzado a llover justo cuando llegaron a casa con el castaño en brazos, no había parado hasta apenas. Los sonidos eran relajantes no había ruido de carros, llamadas telefónicas de parte de su jefe, ni nada que perturbará la enorme sensación de relajación en ese momento. El castaño tenía dudas desde hace buen tiempo.

— Por cierto, ¿por qué Chan hyung dijo que llegaron a tiempo por mí? – El menor se removió de su costado, mientras que el castaño esperaba obviamente una explicación a todo eso, puesto que no se acordaba de absolutamente nada. 

— Uhm bueno. – Se reacomodo incómodo, tocando su nuca. — Nada grave, te encontramos caminando...

— Es lo que no entiendo, no soy sonámbulo, por lo menos, ni mi familia ni ustedes me vieron jamás pararme a la vez que duermo. – Su ceño fruncido demostraba su desconocimiento de tener sonambulismo. — ¿Tú nunca me viste caminar durmiendo, no?

Negó despacio, se supone que Han no padecía de eso, entonces ¿por qué lo encontraron en ese estado?

No era imaginación, siendo que el mismo Jisung no se acordaba de nada, lo cual era una afirmación que sí, no estaba consciente. La cuestión era, que nadie de los siete lo había visto deambular por la casa sin estar consciente, él que a veces dormía con su amigo, la mayoría de veces, nunca lo vió pararse o asomar sospechas de eso. Cosa que le hizo inquietarse pero para no preocupar a su mayor, le abrió opciones que tal vez lo era pero probablemente por el cansancio acumulado y las constantes desatenciones en su horario de sueño, haciéndolo creer que verdaderamente era sólo eso. Al terminar la charla, Lee se marchó diciendo que tenía que hacer algunas cosas que volvería pronto al cuarto, dejando al chico descansando. 

— ¿Hanji, estás despierto? – Su voz era apenas perceptible, aún así, el aludido volteó a verle y asentir, invitándolo a pasar. El pelimorado se escabulló entre las sábanas y se quedó a una distancia considerable del cuerpo que estaba acostado desde un principio. Se limitó a cerrar sus ojos con una parsimonia de estar a lado de su querido Han, por sobre todo, que estuviera bien. — ¿Estás mejor?

El de mejillas regordetas asintió, acariciando el cabello del mayor con cariño. — De hecho desde hace buen tiempo, sólo que Felix no quiere dejarme salir y estoy seguro que nadie de allá estará de acuerdo en que deje esta cama. – Rió por lo bajo y si acompañante sonrió. 

— No los culpes por estar preocupados. – Se ríe igualmente y se miran a los ojos. — Yo también, me asusté. 

El menor frunce sus labios, pero viéndose a los ojos hay calma. 

— No tengo idea de que fue lo que pasó. No soy sonámbulo, por eso, cuando me lo dijo Lix, me quedé pensando. – Suspiró cansado. — Dice que puede ser mi estrés y cansancio.

— Yo tampoco sé lo que sucedió, pero igualmente debemos de cuidarte por si las dudas. ¿Tú nos ayudarás a cuidarte? – Presionó con lentitud su mano y asintió. 

— Se lo he prometido a Lee también, no puedo arruinarles las vacaciones. — Exhaló y el pelimorado solo se acurrucó. 

— No lo hiciste Hanji, sólo necesitas descansar y estarás bien. Irás a pasear con nosotros después. – Colocó un beso en su palma de su mano y recostó su mentón en ella. — ¿De acuerdo? 

Jisung asintió no tan convencido pero dejó que el mayor se acostase su lado y abrazara su cintura con cariño. Se ha calmado un tanto, pero hay algo que no le deja completamente estar.

走向光明 //  No vayas a la luz!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora