18: Mi amor por ti es ilimitado

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Peach y Daisy bailaban al ritmo de la música, ambas se paseaban de un lado al otro por todo el lugar.

Peach: Para ser alguien que no baila muy seguido eres muy buena Daisy.

Daisy: ¡Intentó hacer lo mejor que puedo!

Peach: ¡Y lo estás haciendo más que perfecto! Incluso podría decir que me superas.

Daisy: No seas tan modesta, aún me falta mucho para poder siquiera llegarte a los talones.

Peach: No digas mentiras Daisy, tu bailas mil veces mejor que yo.

Daisy: ¿Sabes una cosa? Esto me recuerda a tu cumpleaños número 21.

Peach: Como olvidar ese cumpleaños si tu me diste ese vestido tan hermoso.

Daisy: Recuerdo aquel día estar nerviosa por invitarte a bailar pero de igual forma lo hice.

Peach: Ese momento fue magnífico para mí, incluso parecíamos como una pareja.

Daisy: Bueno yo lo hice para perder el miedo de decirte ese tipo de cosas.

Peach: Yo hice lo mismo aquella ocasión en la que te invite a un restaurante.

Daisy: Ese día creí que me ibas a decir que fuéramos novias, vaya decepción me llevé.

Peach: Lo importante es que a final de cuentas si te pedí eso, ¿No?

Daisy: Tienes toda la razón.

Peach: Te amo más que a nada mi bella flor.

Daisy: Y yo te amo desde aquí hasta las estrellas, amor.

Peach: Bueno, creo que se acabó la música.

Daisy: Que bueno por que con lo que comí siento que voy a vomitar, voy al baño claro, si es que primero lo encuentro.

Peach: Creo que esta subiendo las escaleras de allá.

Daisy: Eso espero por que ya no aguanto ni un minuto más y en cualquier momento voy a vomitar.

Mientras Daisy se fue a buscar el baño, Peach salió a ver la luz que reflejaba la luna que se veía más hermosa que nunca.

Peach: Ay mi Daisy, como me tiene enamorada de ella y apesar de que llevamos ya casi un mes saliendo yo sigo sin poder creer que ahora seamos una pareja.

Un tiempo después, Daisy finalmente salió del baño y busco a Peach solo para encontrarla viendo fijamente hacia la luna.

Daisy: ¿Qué haces Peach?

Peach: ¡Ah, Daisy! Me asustaste.

Daisy: Oh, lo siento, no quería asustarte.

Peach: Casi me da un infarto.

Daisy: ¿Qué haces aquí?

Peach: ¿Yo? Solamente estoy pensando.

Daisy: ¿Sobre qué?

Peach: Pues en nosotras dos, recordé la ocasión en la que nos perdimos en el bosque, ¿Lo recuerdas?

Daisy: ¡Claro! Esa ocasión nos perdimos gracias a Rosalina.

Peach: Bueno de cierto modo a mi me gusto estar ahí contigo.

Daisy: Je, tienes razón, aunque corríamos peligro por estar ahí a altas horas de la noche.

Peach: Si pero al menos si me tuviera que morir me gustaría estar a tu lado.

Daisy: ¡No digas eso! Tu no te vas a morir por nada del mundo, yo siempre estaré para protegerte.

Peach: Yo también te protegeré ante cualquier cosa Daisy, incluso si eso significa dar mi vida por ti.

Daisy: Eso yo lo sé perfectamente por que me amas mucho.

Peach: Bueno creo que ya deberíamos irnos a dormir.

Daisy: Tienes razón, seguramente mañana llegamos a la playa y hay que estar bien despiertas.

Así Peach y Daisy se fueron a dormir para el muy emocionante y alegre día que les esperaba.
Al día siguiente, Daisy intentaba despertar a Peach.

Daisy: ¡Peach! ¡Tienes que despertar!

Peach: ¿Eh, uh, qué? ¿Qué pasa Daisy?

Daisy: Adivina que ha pasado.

Peach: ¿Qué cosa pasó?

Daisy: ¡Hemos llegado a la playa Cheep Cheep!

Peach: ¡¿Llegamos?! ¡No me lo puedo creer.

Daisy: Yo tampoco pero ya estamos aquí.

Peach: ¡Rápido! Hay que bajar nuestras maletas e ir al hotel.

Daisy: ¡Ya voy!

Ambas sacaron sus maletas y bajaron del barco para solamente quedar deslumbradas ante la hermosa vista de la playa, la arena, el mar, etc.

Peach: ¡Wow! Es más hermoso de lo que imaginé.

Daisy: Si que es hermoso este lugar.

Peach: ¡Mira! Creo que ese es el hotel cinco estrellas en el que nos vamos a hospedar.

Daisy: Ojalá y si sea por que es magnífico.

Peach: Según el folleto si es ese, así que hay que ir a nuestras habitaciones.

Daisy: Tan solo llegar voy a pedir servicio a la habitación por comida.

Peach: Uy creo que yo también, no he desayunado.

Daisy: Yo tampoco, así que supongo que vamos a pedir las dos.

Rápidamente ambas entraron al hotel para hospedarse y quedaron maravilladas por todas las comodidades que había tales como un jacuzzi.

Peach: Creo que no me vendría para nada mal un pequeño momento en el jacuzzi.

Daisy: Yo prefiero la piscina que hay aquí.

Cuando entraron a su respectiva habitación también quedaron sorprendidas por lo bien ordenada que estaba.

Peach: ¡Esta mejor ordenada que mi propia habitación!

Daisy: Y la cama es tan suave como la caricia de un ángel.

Peach: Bueno, finalmente estamos aquí y yo creo que si voy a irme a relajar al jacuzzi.

Daisy: Pues no sé tú pero yo me voy al baño rejuvenecedor que hay afuera.

Peach: ¿Baño rejuvenecedor?

Daisy: ¡Si! Hay uno por aquí.

Peach: ¡Al diablo el jacuzzi! Yo me voy para allá.

Daisy: ¿Qué acaso ya te sientes vieja?

Peach: Ay no, solo es para estar más bonita.

Daisy: Bueno, para mí ya eres la más hermosa del mundo, no entiendo para que quieres más.

Peach: Esa pregunta deberías de hacertela tu misma, ¿Para qué quieres el baño mineral?

Daisy: Pues los deportes desgastan, no me haría nada mal.

Peach: ¿Pues que estamos esperando? ¡Vamos allá!

Peach y Daisy se fueron a ese lugar que era solamente el comienzo de su increíble estancia en el sitio.

Hola amikos, soy el escritor de esta historia y solo les habló para decirles, gracias pero muchas que muchas gracias por todo el apoyo que me han dado con esta historia.
La verdad nunca me imaginé que ah tanta gente le gustaría esta historia tanto aún así muchas gracias para todos aquellos que leen esto semanalmente y también para aquellos que la leen cuando pueden.

Peach X Daisy: Siempre A Tu Lado (Cancelada Hasta Los Coj0nes Cabr0n)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora